En otro contexto histórico, Juan Carlos Maqueda se hubiera ganado el nombre de una calle, una plaza o un aula en los claustros de la centenario Universidad Nacional de Córdoba. En estos días, por imperio de las circunstancias, se aferra a su mullido sillón en la Corte Suprema de Justicia para no ir preso.

Maqueda es uno de los pocos dirigentes políticos de Córdoba -por no decir el único- que ocupó sitiales de privilegio en los tres poderes del Estado. Su formación académica en Derecho Constitucional lo llevó -gracias a su histórica sociedad política con José Manuel De la Sota -a ser protagonista de las reformas constitucionales de la Nación, la Provincia y la reforma de la Carta Orgánica de la Municipalidad de Córdoba. La política fue generosa con él: a pesar de su evidente falta de carisma y su nula militancia territorial, fue diputado provincial, diputado nacional y senador nacional. Agotadas todas las instancias legislativas posibles, Maqueda se dio el gusto de ocupar un ministerio en Córdoba. Fue, aunque pocos hoy lo recuerden, ministro de Educación del gobernador De la Sota. Y confrontaba -milagros del cordobesismo- con el dirigente sindical que terminaría sucediéndolo en el cargo para perpetuarse hasta el día de hoy, sobreviviendo incluso al cambio de gobernadores: el inefable Walter Grahovac.

Maqueda es el único cortesano que tuvo el privilegio (¿?) de integrar las tres Cortes que hicieron historia en la historia reciente del país: la de la mayoría automática menemista, que sucumbió ante la arremetida del presidente Néstor Kirchner; la de mayor prestigio de los últimos tiempos -con Zaffaroni y Argibay Molina como estandartes-; y la actual, una corte patriarcal, desacreditada, polémica, integrada por cuatro varones, de los cuales dos aceptaron en primera instancia entrar por la ventana a través de un decreto del entonces presidente Mauricio Macri.

Cultor casi obsesivo del bajo perfil, Maqueda está hoy involuntariamente en el centro de la escena. Pero no por su trayectoria política ni por su escaso aporte a la academia -no se le conoce ningún libro propio vinculado a su mettier actual-, sino por el escándalo del desmanejo de la obra social del Poder Judicial, que estuvo durante años bajo su responsabilidad y que era administrada -según testimonios aportados en la Comisión de Juicio Político de la Cámara Baja- por su sobrina política y su médico personal. Su suerte parece atada a un eventual cambio de gobierno o a que Rosatti y Rosenkrafk -sus nuevos  e inesperados aliados- no le suelten la  mano.

Prensa canalla. No tienen autoridad moral para cuestionar a nadie, pero no les importa. Fueron cómplices del terrorismo de Estado, del golpe económico al presidente Raúl Alfonsín, del liberalismo desalmado del presidente Carlos Menem, de la mentira delarruista y la represión duhaldista (“La crisis causó dos muertos”, ¿se acuerdan?). Son el periodismo de guerra que batalló sin tregua contra Néstor y, sobre todo, contra Cristina, a caballo de la traición de Cobos y la rebelión del “campo”. Fueron y son una de las tres patas del Lawfare y cobijan en sus empresas a los periodistas/espías más cotizados por sus servicios. Esperaron, con macabra paciencia, que el país superara la dramática barrera de los cien mil muertos para caranchear sin piedad sobre las víctimas. Esperaron, cual ansiosos funebreros, para pintar su tapa de negro, aportando una nueva cuota de cinismo a su patético rol durante la pandemia, instando siempre –con llamativa coherencia- a la rebelión contra toda política de salud pública que procurara morigerar los efectos del Covid 19. Generaron temor, dudas, incertidumbre; fomentaron insatisfacción, hartazgo, malhumor social. Fueron los ideólogos de “la cuarentena más larga del mundo”, voceros de “las vacunas son veneno” y lobbystas de Pfizer y los laboratorios norteamericanos. No se les cayó una sola idea propositiva, ni hicieron un solo aporte comunicacional para prevenir y/o generar conciencia. Son la prensa canalla, patética, golpista, miserable, pregonera de miserias en el desolador paisaje de nuestra mayor tragedia colectiva.

Sabido es que cuando se cita en forma textual un escrito se debe consignar la fuente. La práctia del copy paste se ha convertido en una lamentable práctica en el periodismo de estos días. Aunque tienen una infraestructura periodística infinitamente mayor que El Sur y de hecho cubrieron el acontecimiento con un cronista propio, la página digital de Canal 13 de Río Cuarto (http://www.telediariodigital.net/2018/05/rosa-busca-evitar-el-sobreseimiento-del-jefe-de-investigaciones-de-la-policia/) tomó en forma textual parte de la crónica de esta revista para reflejar la audiencia que Rosa Sabena protagonizó ayer en los Tribunales de Río Cuarto. Está muy mal que se hayan transcripto dos párrafos enteros de una nota ajena sin utilizar comillas ni citar la fuente. Además de constituir un acto de deslealtad profesional, es una estafa a sus propios lectores. Porque el copy paste no es periodismo, es plagio.

Muy interesante la tapa de La Voz del Interior. El otrora diario más tradicional de Córdoba, desde hace varios años en manos del grupo Clarín, valoró la trascendencia informativa de  la muerte del mayor ícono del terrorismo de Estado en la provincia. Y eligió para presentarla a sus lectores una portada audaz y monotemática, al estilo Página/12. Que además acompañó con un texto sobrio y contundente, sin adjetivos innecesarios, que destaca en escasas líneas el tenebroso historial y la cobardía del silencio final de Menéndez. Lástima que en la misma edición, entre los paupérrimos cuatro avisos fúnebres que cosechó el nonagenario represor, el diario haya autorizado que un tal Carlos Rivero incurriera en una grosera apología del delito al elevar su oración por “un patriota y valiente soldado que no vaciló en acudir al llamado de la Patria” que, a su entender, quedará en “el recuerdo respetuoso y el reconocimiento de los cordobeses  memoriosos y agradecidos”.

Odebrech, la empresa brasileña que adquirió fama por haber coimeado a cuanto gobierno se interesó en sus servicios, está llevando adelante la obra de los gasoductos troncales en el sur de Córdoba. Pero para la Fiscalía Anticorrupción de la Provincia, el tema no amerita siquiera una mínima investigación. El gobernador Juan Schiaretti dijo que en Córdoba el proceso licitatorio fue "transparente". Sería un caso único en el vasto mapa de corrupción que los propios empresarios de Odebrech han trazado ante la Justicia carioca. La Voz del Interior habla de "sinceramiento", un término utilizado para justificar tarifazos y despidos a granel por el gobierno de Cambiemos. Y cita al inefable ministro de (in)Justicia, Germán Garavano, quien dijo muy suelto de cuerpo que el gobierno del presidente Macri busca determinar a qué funcionarios se pagaron los 35 millones de dólares que Odebrech dice haber abonado en concepto de coimas. "A funcionarios públicos del gobienro de la señora" (sic), aclara el funcionario, que omite que el principal socio de la empresa brasileña en Argentina es IECSA, que es Calcaterra, que es Macri. La Voz reproduce, obediente, las declaraciones del funcionario. El "sinceramiento" es con sus lectores. Una muestra más de la pérdida de identidad del diario que supo ser propiedad de la familia Remonda hasta que le vendió sus acciones a Magnetto y giró los dividendos a paraísos fiscales. Como hizo Macri.

A diez años del crimen de Nora Dalmasso, el fiscal Daniel Miralles espera las pruebas pendientes de Uruguay para pedir la elevación de la causa a juicio. A un mes de abocarse a la causa que Javier Di Santo tuvo que dejar al ser denunciado por moroso, Miralles imputó a Marcelo Macarrón como autor material del crimen en base a la prueba genética que obra en el expediente desde el mismo día del homicidio. En menos de un año de instrucción, Miralles reafirmó su lectura de la prueba con los testimonios de quienes tomaron las muestras, los peritos riocuartenses a los que Brito intentó descalificar sin éxito durante agotadoras jornadas en los Tribunales. Miralles tendría probada además la existencia de una "ventana horaria" que le habría permitido a Macarrón volar a Río Cuarto, asesinar a su esposa y volver a Punta del Este. Pero para La Voz de Macarrón, la noticia es que -a pedido de Brito- el fiscal ordenará cotejar el ADN de un pelo -y no de un vello público, como se informó en forma aviesa- con el de los presuntos contaminadores de la escena del cirmen y del "francés" Miguel Rohrer. Leído así, pareciera que el fiscal todavía anda a tientas, como su mediocre antecesor. Sin embargo, la noticia es otra (y así lo reflejó el diario Puntal de Río Cuarto): apenas lleguen las pruebas de Uruguay y Brito termine de dilatar la instrucción con sus reclamos extemporáneos, la causa será elevada a juicio. Con Marcelo Eduardo Macarrón como único imputado del "homicidio calificado por el vínculo" de su esposa. 

Esta es la patética declaración de algunos prominentes miembros de la corporación judicial de Río Cuarto para defender a su fiscal caído en desgracia, Walter Guzmán:

"Los testigos que han pasado entre la tarde del lunes y la mañana de este martes han señalado a Rosa Sabena de haber tenido una oficina, con llave, en los tribunales de Río Cuarto. "Era una malcriada procesal", dijo de ella el fiscal Julio Rivero que heredó la causa y luego también sufrió denuncias de Sabena.

A su turno, el abogado de los condenados Vargas Parra, José Valverde, dijo que "la señora era una empleada más del tribunal", donde "estaba toda la mañana" en su oficina. Valverde indicó que en los primeros tiempos de la investigación Guzmán era para Sabena "el mejor fiscal" y después lo atacó. Agregó que con otro fiscal ella gozó de un trato preferencial como querellante y que si alguien no cumplía con lo que Sabena pedía "era lapidaria para cualquier funcionario judicial".

La transcripción es del diario La Voz del Interior, que viene siguiendo el jury como si fuera un partido de fútbol: ayer ganó Sabena, hoy ganó Guzmán. ¿Mañana habrá empate?

De fondo, la tragedia de una mujer que tiene su hijo desaparecido en plena democracia, que se recibió de abogada para ponerse a la altura -jurídica, se entiende- de dos fiscales que hicieron poco y nada para hallar a su hijo: el que tiene que afrontar el jury y su testigo, ascendido a fiscal de Cámara por los servicios prestados.

Guzmán y Rivero tienen otra historia común: ambos cerraron causas conexas al crimen todavía impune de Nora Dalmasso, del que este mes se cumple una década. El primero nunca investigó los apremios ilegales a Carlos Curiotti -cuyo testimonio llevó al "perejil" a la cárcel- y el segundo sobreseyó a la banda del comisario Rafael Sosa porque lo asaltó una "duda insuperable" tras constatar que su estadía en el hotel Opera había sido abonada por el inefable vocero de Marcelo Macarrón, Daniel Lacase.

La cruzada de Rosa Sabena es la lucha del pueblo de Río Cuarto contra su vetusta y obsecada corporación judicial.

¿Será Justicia?

El fallo del juez federal Miguel Hugo Vaca Narvaja (n), que extiende a las Pymes el criterio establecido por la Corte Suprema de Justicia de la Nación para los usuarios residenciales del gas en todo el país, fue un nuevo cimbronazo para el gobierno paraconstitucional de Cambiemos. Los primeros en acusar el impacto fueron sus acorazados mediáticos. Casi como un acto reflejo, tanto Clarín como La Nazion salieron a buscar parientes para acusar al magistrado de supuesta pertenencia K -integra la pecaminosa asociacion Justicia Legítima-, su afán de revancha/venganza por su tragedia familiar y su parentesco político con la ex presidenta. En su apuro por cuestionarlo, Clarín le atribuyó ser hermano de su tía Patricia, ex embajadora en México y ex vicepresidenta de la Cámara de Diputados de la Nación. La Nazion, en cambio, se tomó más tiempo: en un breve perfil sobre el magistrado ("¿Quién es Miguel Vaca Narvaja, el juez que suspendió el aumento de gas a las pymes?"), destacó que: "una patota secuestró a su padre, Miguel Hugo Vaca Narvaja, hermano de Fernando, uno de los líderes de Montoneros"; que "El abuelo del juez fue asesinado por la dictadura unos meses antes, el 10 de marzo de 1976; había asumido la defensa de su hijo. Fue ministro de Arturo Frondizi y uno de los fundadores de la rama intransigente de la UCR"; "Su apellido hoy lo emparenta a la ex presidenta Cristina Kirchner. Camilo Vaca Narvaja, hijo de Fernando, ex jefe montonero (NdelaR: ya se dijo) y tío del juez, es la pareja de Florencia Kirchner y padre de su hija, Helena"; "el magistrado dijo quién es su referente en la Justicia (Zaffaroni)"; "Defensor de la idea de separar la religión de la Justicia, el juez pidió que, en su ceremonia de asunción , se retiraran los crucifijos"; "su carrera judicial incluyó un paso por la Procuración del Tesoro de Córdoba, e intentos infructuosos en concursos para camarista civil y juez civil. Cristina Kirchner lo designó juez federal en 2014, cuando quedó vacante el Juzgado Federal N°3 (NdelaR: luego de que accediera a la terna por concurso público)". Esta brutal demonización de un juez porque no les gustó cómo falló constituye un temerario, irresponsable y peligroso ejercicio de macartismo mediático. 

Prácticamente todos los manuales de periodismo -incluidos los del diario Clarín y La Voz del Interior- dicen que la bajada suma datos al título y anticipa el contenido de la noticia. La manipulación mediática del grupo Magnetto, verdadero acorazado de la corporación judicial en su cruzada contra la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, atenta contra sus propios manuales, que suelen distribuir no sólo entre sus redactores sino también en universidades y escuelas de periodismo. En este caso, La Voz de Magnetto no sólo omite un dato sustancial que explica fiasco del procedimiento judicial -la cifra "hallada" en las cajas de seguridad de Florencia Kirchner coincide con la declarada por su madre-, sino que además, para darle el imprescindible toque sensacionalista, incorpora el invalorable testimonio del "cerrajero que abrió las cajas", a quien ni siquiera identifica. "Mirá lo que tiene esta mina con tanta pobreza en la calle", dice La Voz que dijo el (anónimo) cerrajero. Que luego ni siquiera es mencionado en el cuerpo de la crónica. ¿Picardía del editor u olvido del cronista?  Todo sea por lograr el ansiado primer impacto en los lectores distraidos. Lo demás no importa nada.

El presidente Mauricio Macri mordió el polvo de la derrota en Río Cuarto, la misma ciudad que le había ofrendado un increíble 72 por ciento de adhesiones hace apenas seis meses, cuando el entonces candidato prometía liderar la revolución de la alegría. Mientras llegaban a la ciudad las facturas de gas con los brutales tarifazos implementados por su gobierno, Macri envió a sus ministros a prometer el oro y el moro y pidió, a través de un spot difundido por TV, radio y vía telefónica, que los riocuartenses "votaran por favor" a su candidato. El resultado en las urnas fue catastrófico: Cambiemos dio vuelta el resultado de noviembre y Eduardo Yuni perdió 7 a 3 con el candidato del peronismo. Para paliar semejante noticia adversa, La Voz de Magnetto hoy pone en su tapa una encuesta pedida por el propio diario que dice que el presidente es el politico con mejor imagen en la ciudad de Córdoba. Una caricia mediática -una más- para digerir una durísima derrota en el primer test electoral de Macri desde que llegó al poder. 

El macrismo apuesta fuerte a ganar su primer desafío en las urnas luego de su triunfo en las presidenciales del año pasado. Por eso no escatima recursos para apuntalar a su candidato en Río Cuarto, Eduardo Yuni, que debe cargar sobre sus hombros la pesada mochila de la gestión del intendente Juan Jure y sigue rezagado en las encuestas. En su afán por convencer a los riocuartenses de que voten "el cambio", además de demonizar al gobierno kirchnerista por haber "discriminado" a Río Cuarto (¿se acuerdan cuando Jure se paseaba con Accastello promocionando las bondades del Banco Regional?), el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, anunció ayer que el gobierno nacional invertirá 125 millones de pesos para obras en distintos barrios de Río Cuarto. Entusiasta, el intendente que alguna vez se identificó con Raúl Alfonsin y hoy se abraza con Macri, se sumó a los que esperan la lluvia de inversiones que prometió el PRO para el "tercer semestre". Y demostró que no solo sabe multiplicar los baches, sino también los anuncios: según Jure, llegarán a la ciudad 500 millones de pesos y no 125 como admitió el ministro Frigerio. “Hoy el Gobierno nos ha aportado 500 millones de pesos para obras fundamentales y trascendentes”, sostuvo el intendente, según reprodujo el diario Puntal.La proporción entre la realidad y el deseo es similar a la existente entre las mil viviendas prometidas en su última campaña electoral y las efectivamente entregadas durante su gestión.

Mientras el fiscal Daniel Mirales avanza en la acusación contra Marcelo Macarrón como supuesto autor del "homicidio calificado agravado por el vínculo" de su esposa Nora Dalmasso, el diario La Voz de Macarrón se hace eco de la desesperada defensa de Marcelo Brito, ex fiscal de Estado de José Manuel De la Sota, que ahora aportó un testigo que afirma que es "imposible" que el viudo haya volado a Río Cuarto el fin de semana del crimen. Brito, que ya fracasó cuando defendía a Facundo Macarrón en su intento de destruir la prueba genética, intentó inculpar al "francés" Michel Rohrer y pidió que sea sometido a un examen de sangre para cotejar su ADN con una de las pocas muestras halladas en la escena del crimen que no pertenecen a Macarrón. Pero el fiscal, a diferencia de su antecesor, parece decidido a profundizar su acusación contra el viudo y ya tendría probada una ventana horaria de ocho horas, tiempo que a su juicio sería suficiente para que el viudo viajara a asesinar a su esposa y regresara a tiempo a terminar de jugar el torneo de golf para sostener una coartada demasiado perfecta. Más allá de las operaiciones de prensa de Brito y del eco que siempre encuentra en el diario cordobés, lo cierto es que la investigación parece encaminarse decididamente hacia la elevación a juicio con Macarrón como único imputado. Falta saber en qué momento Mirales considerará agotado el período de recolección de pruebas para pedir la elevación de la causa a juicio, pero no se descarta que el pedido se produzca después de la feria judicial de invierno.