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Armando Pérez buscará la presidencia de la AFA
"No soy el candidato de Macri"
Foto: Armando Pérez busca aglutinar a los equipos del interior del país para federalizar la AFA.
El hombre fuerte de Belgrano de Córdoba está decidido a participar en la disputa por la presidencia de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) en las elecciones del próximo 30 de junio. Sería el tercero en discordia de una compulsa que tiene como favoritos al famoso animador televisivo Marcelo Tinelli y al ignoto dirigente del ascenso metropolitano Claudio “Chiqui” Tapia, el yerno del gremialista Hugo Moyano.
Publicada el en Entrevistas

Armando Pérez no se da por vencido. El presidente de Belgrano confía en que esta vez sí podrá juntar los siete avales que le exige el estatuto de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) para lanzar su candidatura presidencial y competir en las urnas el próximo 30 de junio.

El año pasado se quedó con las ganas de participar en la finalmente fallida elección entre Luis Segura y Marcelo Tinelli, a la que él mismo calificó de “bochornosa” (38 votos para cada uno, entre… ¡75 electores!), pero todo indica que esta vez se convertirá, nomás, en el tercero en discordia en la pelea por la sucesión del trono que la muerte de Julio Humberto Grondona dejó vacante en 2014, luego de un largo reinado de 35 años.

Segura, el dueño de la pelota “interino”, ya quedó fuera de juego. Su designación como miembro del Comité Ejecutivo de la Fifa, el 26 de febrero pasado, fue la salida elegante para el hombre que hizo sus primeros “palotes” como dirigente deportivo en el Argentinos Juniors que el genocida Guillermo Suárez Mason gobernó a gusto y placer durante la última dictadura militar. Está claro que lo hicieron a un lado. Más allá de algunas declaraciones de ocasión (“si me necesitan, estaré donde mis pares lo dispongan”, declaró durante una reciente visita al Estadio Mario Kempes). Tinelli, en cambio, no quiere saber nada con decir “chau, chau, chau” y espera que el nuevo ciclo del “Bailando por un sueño” y el arrastre que le otorga a todos sus actos el rating de la pantalla chica le sirvan como trampolín para relanzar su carrera electoral.

El animador televisivo y hombre fuerte de San Lorenzo de Almagro llegó como favorito a la compulsa del 3 de diciembre pasado, pero los que conocen los pasillos del viejo edificio de la porteña calle Viamonte aseguran que hoy tendrá que remarla bastante, y desde atrás. Entre los viajes de placer y de negocios, la cambiante actualidad del equipo de sus amores y los malabares que debió hacer para despegarse del empresario Cristóbal López, su ex socio en la productora “Ideas del Sur”, Tinelli parece haber perdido terreno y adeptos, más allá del guiño que significó la reciente invitación a Olivos del Presidente de la Nación, Mauricio Macri, con quien alguna vez supo compartir inversiones en el fallido proyecto de la compra del Badajoz, un modesto club del ascenso español que casi termina desapareciendo tras su gestión.

Claudio “Chiqui” Tapia, alguna vez barrendero, después dirigente gremial, más adelante presidente de Barracas Central, actual dirigente “fetiche” del seleccionado argentino y básicamente yerno del dirigente camionero Hugo Moyano, asoma como la nueva amenaza para las ambiciones del ex cronista deportivo y hoy empresario mediático. Desde su oficina de la vicepresidencia 2º de la AFA, este sanjuanino de nacimiento que bautizó con su nombre al estadio del club que conduce por mandato de su parentela política, hace malabares para captar adhesiones, sobre todo en el terreno que más conoce y donde mejor se maneja: las barrosas canchas del ascenso metropolitano. “Quiero para la AFA un presidente serio, no uno que se pinte los labios”, supo decir Tapia en obvia alusión a la figura de Tinelli, marcando la cancha. “El poder mediático no alcanza para presidir a la AFA”, apuntó a su turno Moyano, actual mandamás de Independiente de Avellaneda y aliado político de “Cambiemos” en la última elección nacional, en tiempos no muy lejanos en los que todavía apuntalaba la continuidad de Segura como "capo máximo" del balompié criollo.

Más relegadas asoman las probables postulaciones de otros tres presidentes de clubes: Víctor Blanco (Racing Club de Avellaneda), Nicolás Russo (Lanús) y Marcelo Achile (Defensores de Belgrano). Igual que las ambiciones del mismísimo Moyano.

Entre uno y otro extremo, el poder sindical y la omnipotencia mediática, aparece la figura de Pérez, “el tercer hombre”. Dueño de Tsú Cosmeticos, con pasado vinculado a los medios y al espectáculo (fue propietario de Radio del Plata y del Teatro Regina) y desde hace 11 años hombre fuerte del Pirata cordobés, primero como gerenciador (2005-2011) y luego como presidente. “Es un buen dirigente. Hizo un gran trabajo en Belgrano”, lo elogió Mauricio Macri en la mesa de la conductora televisiva Mirtha Legrand, espacio predilecto de exposición de ricos, famosos y mediáticos. De todos modos, Pérez se saca el rótulo de “candidato del presidente”, y prefiere hacer hincapié en las gestiones que lleva adelante para formar un bloque de clubes del interior del país, y que tuvo su primer acto formal el pasado martes al mediodía en el Hotel Sheraton de Retiro.

La convocatoria incluyó a “todos los clubes y ligas del interior del país, voten o no como asambleístas”, con un temario amplio y abierto al que Revista El Sur tuvo acceso y que -entre otros puntos - hizo hincapié en “terminar con la concentración de poder de decisión”, “evitar que se profundice la penetración de factores políticos en la dirección de la institución”, “solicitar un cuadro de situación presupuestario, económico y financiero” y “evitar que el próximo presidente asuma con todas las grandes decisiones ya ejecutadas”.

De estas y otras cuestiones inherentes a la actualidad del fútbol argentino habló Armando Pérez, en exclusivo para este medio.

 -¿Va a ser candidato en las próximas elecciones de la AFA?

-Sí, me voy a presentar. Pero le aclaro que hoy mi preocupación pasa por otro lado, y no por la presidencia. Mi idea es hacer una convocatoria amplia para todos los clubes del interior del país, porque me parece que estamos mal. En el fútbol argentino hay que solucionar muchas cosas, y para ello es necesario aunar criterios, que es mucho más trascendente que armar candidaturas.

-¿Por qué hace hincapié en los clubes del interior?

-Porque los clubes que están ‘del otro lado de la General Paz’ hoy no tenemos presencia en la AFA y tampoco tenemos la menor idea de las cosas que está pasando ahí adentro. Nadie sabe cómo estamos en lo económico, en lo financiero; y mucho menos cuáles son los contratos que están vigentes y los derechos y obligaciones que estos generan. Nadie nos informa de nada, y nos terminan llevando como chicos al colegio. Es así, lamentablemente. Las cosas se siguen manejando con el espíritu de Grondona… Yo creo que estamos complicados. Más allá de quien sea el próximo presidente de la AFA, la verdad es que no sé de qué va a vivir nuestro fútbol a partir del próximo semestre.

-Cambió mucho el panorama desde aquella fallida elección del 3 de diciembre pasado. De hecho, hay nuevas autoridades en la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) y en la Fifa, y también en el gobierno nacional, que en los últimos años fue un socio estratégico de la AFA con el programa “Fútbol para todos”.

-La verdad es que sí. Yo creo que lo que realmente zarandeó muchas cosas fue el tema de la Fifa. Particulares, estructuras… cambiaron muchas cuestiones. Y acá también. A tal punto que hoy vemos que, por distintos factores, algunos que eran firmes candidatos para presidir al fútbol argentino a fines del año pasado, a lo mejor ya no lo sean para los comicios que se harán seis meses después.

-Mientras se desangra en sus luchas internas, la dirigencia del fútbol argentino ha ido perdiendo peso específico a nivel internacional, a tal punto que actualmente no ocupa cargos de relevancia en los ámbitos continental y mundial. Hasta podría decirse que a la actualidad de la AFA le calza a medida aquello de “mientras entre ellos se pelean, los devoran los de afuera”.

-Es un análisis que nos debemos. Los dirigentes deberíamos saber a ciencia cierta qué posición ostenta hoy la Argentina en la Fifa y en la Conmebol, si ocupa algún asiento, y en todo caso qué posibilidades tiene de participar en las grandes decisiones. En la época de Grondona teníamos una marcada presencia y una gran influencia fuera de las fronteras de nuestro país, pero también exportamos algunos problemas. Ya sin Julio, hoy no se visualiza con claridad dónde estamos parados. ¿Nuestros puestos cuáles son? ¿Y cómo son? No lo sabemos. Aparentemente ahora está Segura en el Comité Ejecutivo de la Fifa, y no sé si es el mejor dirigente que en este momento nos puede representar. Al menos tendríamos que discutirlo, ¿no? Pero el interior no se entera de nada.

-Su postulación para presidir a la AFA hoy parece representar claramente una “tercera posición”, en medio de una puja de extremos entre el poder sindical que representan Hugo Moyano y Claudio “Chiqui” Tapia, y el poder mediático y empresarial que personifica la figura de Marcelo Tinelli. En ese contexto, ¿cuáles cree que pueden ser las debilidades y fortalezas de su candidatura?

-Lo único que yo tengo para exhibir es el trabajo realizado en un club, y en eso, al menos hasta acá, creo que no hay discusión: me ha ido razonablemente bien al frente de una gestión que para muchos de mis colegas representa un modelo para imitar. No sé si a eso otros lo pueden mostrar. Al mismo tiempo, creo que hay una actitud y una conducta que son coherentes en cuanto al planteo de lo que debe ser el funcionamiento de la AFA como institución. Cuando todos hablaban nada más que maravillas de Grondona y en el Comité Ejecutivo se limitaban a levantar la mano a todo lo que él decía, fui el único que se atrevió a plantear objeciones. Los demás nunca se plantaron. En los cafés todos criticaban al Viejo, pero en las reuniones nadie decía nada. Me dejaron solo.         

-¿Con gestión y coherencia le alcanzará para dar batalla? Teniendo en cuenta los ‘nenes’ a los que debería enfrentar en una eventual elección, así la lucha se perfila como bastante desigual. De hecho, ya recibió algunas “chicanas” de algunos de sus pares, que buscan desacreditarlo como postulante.

-Y bueno… Son las cosas por las que uno tiene que pasar cuando quiere participar y cambiar estructuras. ¡Qué le voy a hacer! Me tendré que ‘comer’ todo lo que puedan decir de un lado y del otro.

-En varias ocasiones, Mauricio Macri elogió públicamente su gestión en Belgrano, ¿usted cree que esto lo convierte sin más trámites en el elegido del Presidente de la Nación para manejar el fútbol argentino? Mire que Hugo Moyano es un aliado político del gobierno y que Tinelli fue recibido hace unos días con bombos y platillos, y con “melosos” twitts y selfies incluidos, en la Residencia de Olivos.

-Hay quienes afirman que Armando Pérez es “el candidato de Macri” pero yo creo que es todo política, ¿vio? Siempre dije que es un halago que alguien, en este caso el Presidente de la Nación, piense que uno puede llegar a ser útil para algo. De todos modos, le digo con todas las letras que yo no soy el candidato de Macri. Si él habla con Marcelo (Tinelli), si él habla con Moyano, si él habla con Daniel Angelici (presidente de Boca), quien a la vez asegura que Víctor Blanco es el bendecido de la Casa Rosada… Yo con Mauricio hablé un montón de veces, pero jamás sobre fútbol. Sus elogios me cayeron bárbaro, me llenaron el corazón, pero de ahí en más… ¿me entiende?

-¿El “Fútbol para todos”, que en el primer semestre de 2016 le reportó a la AFA un ingreso de 761 millones de pesos y hoy es su principal sostén, ya tiene fecha de vencimiento?

-Eso se está comentando, pero en la AFA nadie informó nada. Al menos no lo hicieron con los dirigentes de los clubes del interior. Se habla de una licitación, y de que este procedimiento ya tendría la bendición del presidente Macri, pero considero que no sería lógico que hubiera una intromisión gubernamental. Una cosa es que el Estado quiera disolver la sociedad que está vigente y que ofrezca acercar a posibles nuevos inversores, y otra muy diferente es que llame a una licitación por los derechos de televisación del fútbol. No sería lógico. En todo caso, es la AFA la que debe convocar a los oferentes. Y no sólo eso: debe hacerlo con toda la transparencia del mundo. No es posible que alguien decida por todos una cesión de derechos, y menos por 15 ó 20 años, como se está hablando en los medios de comunicación. Eso sería una locura.

-¿Considera que el fútbol televisado debería seguir siendo gratuito?

-Es otra de las cosas que se tienen que definir. Por un lado se  dice  que “el Fútbol para todos” seguirá siendo gratuito, y por el otro se está hablando de una licitación. El discurso es ambiguo. Nadie aclara las cosas. Yo digo que hay que sentarse, discutir y votar.

-Esta convocatoria amplia de la dirigencia del fútbol del interior incluye a Talleres, Instituto y la Liga Cordobesa de Fútbol. Le pregunto porque ninguna de estas tres entidades apoyaron su candidatura para los comicios del año pasado.

-Yo quiero armar un bloque de dirigentes del interior del país, y empezar por Córdoba. ¿Por qué? Y… si no me creen los cordobeses, estamos jodidos. Talleres tiene buena predisposición, y lo mismo sucede con Instituto. A veces pueden aparecer algunas cuestiones de celos, es cierto, pero creo que se puede lograr. Tenemos que identificar necesidades comunes y buscar coincidencias para luchar todos juntos y mejorar nuestra situación, ya que hoy estamos afuera de todo. Hay que actuar con madurez y dejar de lado la rivalidad de los partidos.

-Durante la gestión de Grondona se planteaba siempre la siguiente contradicción: AFA rica, clubes pobres. Hoy la cosa parece haberse emparejado, pero hacia abajo.

-Es cierto. Ya no hay plata que alcance. Hoy todos estamos empobrecidos. Esto es producto de la mala gestión, de la mala administración de los dirigentes; hay que hacerse cargo de ello.

-Muchos presagiaban que en el fútbol argentino soplarían aires de renovación al final del largo reinado de Grondona, pero hasta ahora lo que se vio es más, o quizá menos, de lo mismo. ¿Este diagnóstico es preciso?

-Yo creo que sí. Lamentablemente, en los últimos tiempos se continuó con la cultura desarrollada durante tantos años por Julio: clubes totalmente dependientes de los dineros de la AFA.

-Desde su punto de vista, ¿cuál cree que debe ser la prioridad para la futura conducción afista?

-Entender dónde estamos parados, sobre todo en términos económicos y financieros. Después viene lo demás: la organización de los torneos, la planificación del futuro a mediano y largo plazo, la lucha contra la violencia… Habrá que revisar bien los contratos vigentes y empezar a generar nuevas ideas para crecer; y si no surgen nuevos recursos, ajustarse a lo que hay.

-¿Cómo está el futbol argentino hoy?

-Complicado. Si algunos días atrás no le daban un cheque a los clubes del ascenso metropolitano, la Primera B no se jugaba. Y lo mismo pasó con otras categorías, que pudieron seguir gracias a la creación de un fondo solidario. Hay que barajar y dar de nuevo. Fijate que los partidos del ascenso se juegan en días y horarios en los que la gente no puede asistir a la cancha, porque no hay dinero suficiente para pagar los operativos policiales, y entonces los clubes no tienen ingresos por recaudación. Ahí comienza la dependencia, que tiene un montón de costos… y de voluntades.

-Por el momento, el abanico de candidatos para convertirse en el nuevo dueño de la pelota se abre y muestra tres tonalidades: la dupla Moyano-Tapia, con el apoyo de los clubes del ascenso metropolitano; Tinelli, con muchos adeptos en las dos principales categorías; y Pérez, tratando de aglutinar a la dirigencia del interior. Mientras tanto, ¿a qué están jugando Boca y River?

-Yo también quisiera saberlo. Angelici, el presidente de Boca, dice que es amigo del Presidente de la Nación y supuestamente transmite lo que dice que le dicen desde Casa de Gobierno… Rodolfo D’Onofrio, en cambio, parece que no entiende nada, que se quiere ir. Si es por irse, nos queremos ir todos, pero me parece que no es la actitud correcta que debe exhibir un dirigente, y mucho menos quien tiene la “chapa” de vicepresidente 1º. ¿Por qué se quiere ir? Ni idea. Quizá habría que revisar cuánto le está debiendo la conducción de River a la tesorería de la AFA.

Hugo Caric
- Periodista -