Mon roi cuenta la historia que atraviesan Tony y Georgio en un lapso de 10 años. Desde que se conocen (o reconocen) hasta la actualidad. Ella es abogada. Él es dueño de un restaurant. Ella es  estructurada. Él es un hombre de la noche y así se lo expresa a Tony: “No me conociste en una biblioteca, me conociste en un bar en medio de una ronda de amigos; esto es lo que soy, y lo mismo que te gustó de mí es lo que ahora te aleja”. Ambos pertenecían a mundos diferentes y eso mismo fue lo que los deslumbró y unió (pensando tal vez en que los opuestos se atraen o se complementan) y también lo que los demolió y separó.

La película es muy significativa para mirar en estos días, tan cercanos a la manifestación del Ni una menos, ya que expone el círculo vicioso en el que se encuentra sumergida una pareja. Evidentemente hay en esta relación un marcado amor enfermizo que ninguno de sus integrantes sabe cómo sanar ni cortar. Tony insiste en ver ciertas situaciones como normales que para quienes la rodean no lo son.

Mon roi es el cuarto film de la actriz y directora francesa Maïwenn (después del multipremiado Polisse) quien en su adolescencia fue protagonista de un turbulento amor:  a los 15 años inició una relación con el director Luc Besson (Nikita, dura de matar, El profesional, El quinto elemento), quien era 17 años mayor y estaba casado. Estuvieron juntos un lustro y tuvieron un hijo. Muchos ven en su último trabajo puntos de contacto con su vida personal, pero de eso no hay certezas.

Las comparaciones también se pueden entablar con otras películas: 5x2 (2004) de François Ozon, El amor primera parte (2005) de Santiago Mitre, Alejandro Fadel, Martín Mauregui y Juan Schnitman, (500) Días con ella (2009) de Marc Webb y Blue Valentine (2010) de Derek Cianfrance, entre otras.

El principio de la cinta arranca con un accidente (¿deliberado?) que llevará a Tony a internarse durante un tiempo en un centro de rehabilitación. Allí, donde intentará también curar su interior, irá procesando diferentes momentos de su vida conyugal (ya que se observa dependiente y frágil). Así se refiere Maïwenn a esto: “La estructura narrativa le permite a Tony una doble mirada, sobre Georgio y sobre sí misma, cuando empieza a cuestionarse su historia de amor. Era una oportunidad para reconstruirse. Al apartarse del centro de la historia, entra en una especie de resistencia”.

El tema del título del film merece un apartado. Mon roi, cuya traducción significa mi rey, hace referencia a una verdad que le expresa Georgio a Tony acerca de quién es en realidad. Aunque, para suavizarla, lo hace en tono jocoso. La realizadora explica su elección del nombre: “No se me ocurría ninguno. El que había escogido al principio había dejado de convencerme. Empecé a recordar letras de canciones de amor y un día me puse a canturrear una de Elli Medeiros: ‘Eres mi techo… Eres mi todo, eres mi rey’. Era breve y directo. Y Georgio es realmente el rey en todos los sentidos de la palabra”.

Mon roi se posiciona desde la mirada de Tony (un nombre masculino, según la cinta), quien está interpretada impecablemente por Emmanuelle Bercot (ganadora como mejor actriz por este rol en Cannes y quien es además una prolífica directora) y Georgio por el siempre genial Vincent Cassel (El odio, Los ríos de color púrpura, Irreversible). Hay dos personajes secundarios que juegan un cierto peso en la historia: Agnes (Chrystèle Saint Louis Augustin), la ex novia de Georgio y Solal (Louis Garrel), el hermano de Tony.

La película carece, en algunas instancias, de delicadeza en lo metafórico y además hay un gustillo a trillado, pero aun así logra momentos atractivos y reflexivos.

FICHA TÉCNICA: Mon roi, Francia. 2015. 130’.Dirección: Maïwenn                               

Intérpretes: Emmanuelle Bercot, Vincent Cassel,

Louis Garrel, Chrystèle Saint Louis Augustin.