Crónicas
Entrevistas
Actualidad
El Kiosco virtual
Reflexiones
Cultura
Música
Cine
Libros
Galería Magalú
Galerías multimedia
Quiénes Somos
Revista El Sur
Staff
Ediciones en papel
Suscripcion
El misterioso viaje de Armando Pérez a Bahréin
Un pirata en el reino de los dos mares
Por | Fotografía: Prensa AFA
Foto: El presidente de Belgrano y una misteriosa incursión a una dictadura sin fútbol.
El titular de la Comisión de Regularización de la AFA, y presidente de Belgrano en uso de licencia, recorrió 13.280 kilómetros para buscar fondos que aseguren el “día a día” del fútbol argentino en el corto y mediano plazo. ¿Cuál es el negocio que el empresario de los cosméticos fue a ofrecerle a una de las dictaduras más cuestionadas de Medio Oriente?
Publicada el en Crónicas

Bahréin es literalmente el Reino de los Dos Mares. Ubicado estratégicamente en el Golfo Pérsico, este archipiélago de apenas 700 kilómetros de extensión y 1,5 millón de habitantes le debe su grandeza básicamente al petróleo, y en menor medida al turismo. Pero no fueron los paisajes y los lujos asiáticos los que llevaron hasta allí a Armando Pérez, el timonel al que la Fifa, la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) y el Gobierno Nacional -¿en ese orden?- le confiaron la misión de evitar el naufragio del fútbol argentino.

El titular de la Comisión de Regularización de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), y presidente de Belgrano de Córdoba actualmente en uso de licencia, tiene recorridos mucho más que los 13.280 kilómetros que separan a Buenos Aires de Manama, la capital barheiní: se sabe que el empresario de los cosméticos dispone discrecionalmente de una flota propia de aviones en los que suele trasladarse indistintamente a un Casino de Las Vegas, a una carrera de Fórmula 1 en Sao Paulo o al Festival de Cine de Cannes. En este caso lo que llama la atención es el destino elegido por Pérez, y también el objetivo de su viaje: recaudar fondos para que la pelota pueda seguir rodando en un terreno plagado de irregularidades, al menos hasta que la tan mentada normalización institucional sea una realidad. “El objetivo es buscar financiamiento para el día a día de la AFA, y para poder afrontar las deudas de los clubes”, refirió una fuente cercana a los manejos del fútbol nacional, citada por el diario “La Nación”.

Bahréin es un país de escasa tradición futbolística. De hecho, su primera participación en eliminatorias mundialistas fue en la previa de Argentina ’78, en un triangular con los seleccionados de Kuwait y Qatar que se disputó en Doha y que no logró superar con éxito luego de jugar cuatro partidos en nueve días. Un poco mejor le fue en las competencias preliminares de los campeonatos de Alemania 2006 y de Sudáfrica 2010, donde se quedó en las puertas de debutar en una Copa del Mundo en sendos repechajes ante Trinidad y Tobago y Nueva Zelanda.

Con la ilusión de dar el gran salto internacional en Rusia 2018, la Federación de Fútbol de Bahréin contrató al entrenador argentino Sergio Batista en agosto del año pasado, pero la gestión del “Checho”, integrante del plantel campeón del mundo en México ’86 y conductor del seleccionado albiceleste que ganó la medalla de oro en Beijing 2008, duró apenas tres meses.

El modesto elenco asiático, ubicado en el puesto 123 del ranking de la Fifa, transitó con más pena que gloria el periplo pre-mundialista y quedó eliminado en la segunda ronda de competencia en noviembre pasado. Pero más allá de aquella decepción, los jeques no se dan por vencidos en su afán de posicionarse en el mundo del deporte más popular y más rentable del planeta: sostienen su propia Superliga, realizan fastuosas obras de infraestructura deportiva y contratan a numerosos jugadores extranjeros, sobre todo procedentes de Brasil.

Batista fue reemplazado por el checo Miroslav Soukup, el DT que dirigió al representativo Sub 20 de su país en el Mundial de Canadá 2007, perdiendo la final ante el elenco argentino que tenía en sus filas a los hoy reconocidos Sergio Agüero, Ángel Di María, Ever Banega y Sergio Romero. Ahora le apuntan de lleno a la Copa del Mundo que organizarán sus vecinos qataríes en 2022.

¿Dónde hay un mango, viejo Pérez?

Bajo el título “Gestión de Armando Pérez en Bahréin”, un comunicado de la AFA trató de brindar precisiones sobre el enigmático viaje del dirigente cordobés a Medio Oriente. “El presidente del Comité sigue manteniendo encuentros con interesados en ofrecer recursos para equilibrar las finanzas de nuestra institución, situación que favorecería a los clubes”, precisó el escrito, que también dio cuenta de la “atracción” que ejerce el fútbol argentino en un país que en términos políticos es considerado como un aliado estratégico de los Estados Unidos.

El parte oficial también muestra varias postales de Pérez y sus laderos (Víctor Tabuada y Miguel Hirsch, respectivos gerente general e integrante del departamento “Medios” de la AFA) con autoridades y empresarios de Bahréin, y hace referencia a entrevistas periodísticas que el pope del fútbol argentino concedió a las cadenas televisivas “Bein Sports” y “Gulf News”. Nada dice del resultado de las tratativas.

Según trascendió, el contacto entre Pérez y los hombres de los turbantes, que hace rato desembarcaron con sus petrodólares en el fútbol de Inglaterra, Francia, España y Estados Unidos, surgió a partir de las buenas migas que supieron hacer en aquellas tierras algunos residentes argentinos dedicados al rubro de la construcción. De todos modos, no son pocos los que señalan como una pieza clave en las negociaciones a Fernando Marín, el empresario al que el Gobierno Nacional le confió el desmantelamiento del programa “Fútbol para Todos”, la principal fuente de financiamiento de los clubes en los últimos años, y el posterior desembarco de la cadena Turner para adueñarse de los derechos de televisación de los campeonatos.

Marín es conocido en el mundo de fútbol por haber sido la cara visible del gerenciamiento de Racing Club de Avellaneda en su carácter de presidente de “Blanquiceleste S.A.”, una firma que en su momento tuvo estrechos y nunca bien aclarados lazos con el entonces presidente de Boca Juniors Mauricio Macri.

A Marín también se le atribuye un rol influyente en la reciente y escandalosa elección de Claudio Úbeda al frente del seleccionado argentino Sub 20. Quien fuera capitán de aquel  Racing campeón del tándem Blanquiceleste-Marín-Macri en el turbulento diciembre de 2001, fue designado “a dedo” luego de una promocionada convocatoria que intentó transparentar el procedimiento y que dejó a 44 carpetas en eterna lista de espera. “El tema de los proyectos fue un circo”, enfatizó al respecto el ex goleador Gabriel Batistuta, uno de los tantos interesados que había presentado su plan de trabajo a la comisión de “notables” designada para supervisar el concurso de antecedentes y oposición. El mencionado órgano colegiado tuvo como integrante al mismísimo Secretario de Deportes de la Nación, Carlos Javier Mac Allister, en una clara y manifiesta demostración de la intromisión estatal en los asuntos del fútbol doméstico, situación prohibida expresamente pero hoy avalada de hecho por la Fifa.

La desprolijidad en la designación de los nuevos responsables de los seleccionados juveniles fue tan manifiesta que inclusive en algún momento se llegó a ofrecerle la dirección técnica del Sub 20 a Edgardo Bauza, quien ya demasiados problemas parece tener con el seleccionado mayor. Mientras “el Patón” trata de enderezar el rumbo del equipo de Lionel Messi y compañía en las eliminatorias sudamericanas, Úbeda ya entró en funciones: dio su primera lista de convocados, que incluye a un hijo de Mac Allister. Lo acompañarán el preparador físico Gerardo Salorio y el entrenador Fernando Batista, hermano del “Checho”, quienes figuraban en el plan de trabajo presentado por Francisco Ferraro (rechazó el ofrecimiento porque se lo llamó para ser DT, cuando él se postulaba como mánager) y también trabajan de un tiempo a esta parte en el área de deportes del gobierno nacional.

Todo queda en familia

Las fotos del parte oficial mostraron a un Armando Pérez sonriente y de look informal (blazer azul y jean celeste), junto a un hombre vestido con túnica blanca y otros ornamentos típicos al tono. Se trata de Alí Mohammed Saada Al Khalifa, un primo del rey de Bahréin que tiene fuerte influencia en el direccionamiento de las inversiones que realiza su país. Con este personaje se negoció concretamente la posibilidad de obtener dinero fresco para el fútbol argentino –se habla de unos 25 millones de dólares-, a  cambio de asesoramiento deportivo y de un programa de formación y capacitación que incluiría un intercambio entre entrenadores de ambos países.

Las gestiones quedaron pendientes, ya que el Plan A de los jeques asiáticos era poner un pie en el fútbol argentino a través del otorgamiento de un “crédito blando”, sin más contraprestación que una devolución en tiempo y forma de sus codiciados petrodólares y la chance de entablar algún vínculo con un gobierno que no tiene representación diplomática en sus dominios.

Lo concreto es que habrá alargue en este partido. Y ahora la pelota la tiene otro primo del rey bahreiní, Salman Bin Ibrahim Al Khalifa, que es el mandamás de la Federación Asiática de Fútbol y el candidato que sacó más votos detrás del suizo-italiano Gianni Infantino en las elecciones que consagraron al nuevo presidente de la Fifa el 26 de febrero pasado en Zúrich.

El jeque Salman fue ministro de Deportes y máxima autoridad del fútbol de su país, y su pretensión de convertirse en el dueño universal de la pelota fue objetada en su momento por organismos de derechos humanos de Bahréin, que lo señalaron como responsable de la detención, la tortura y la expulsión de tres miembros del seleccionado nacional luego de la llamada “Revolución de la Perla”, una manifestación popular que exigió mayores libertades políticas y más respeto a los derechos humanos por parte del gobierno que desde 2002 encabeza Hamad Bin Isa Al Khalifa. Una de las dictaduras que todavía se mantienen en pie en Medio Oriente, con el guiño cómplice e interesado del gobierno norteamericano de Barack Obama.

El álbum de fotos de la reciente visita de Pérez a Manama también lo muestra, esta vez ataviado con elegante ambo de color negro y camisa blanca,  abrazado con Nasser Bin Hamed Al Khalifa, uno de los hijos del rey y jefe de la Guardia Especial del Ejército, acusado de haber participado directamente en actos de tormentos contra manifestantes de movimientos pro-democráticos y militantes de derechos humanos.

“Fuimos a ver si tenemos la posibilidad de obtener dinero, porque los clubes no van a poder hacer frente a algunas situaciones en el corto plazo. Estamos buscando alternativas para poder lograr una salida razonable, lógicamente asumiendo un compromiso con quienes nos otorguen el préstamo”, manifestó  Pérez en una entrevista que le concedió a Fox Sports durante su estadía en Medio Oriente. ¿Algo concreto? Mmmmm. De eso, no se habla.

En aguas turbulentas

De regreso a Argentina, Armando Pérez no tendrá demasiado tiempo para las poses. En el mejor de los casos, seguramente tendrá un poco más en claro quién es quién entre los que se acercan cuando se encienden los flashes. Sabe que mientras no consiga oxígeno para las arcas de la AFA, sus pares de los clubes no le darán tregua. Ni los “chicos”, aglutinados en torno a la figura de Claudio “Chiqui” Tapia, presidente del Club Barracas Central y básicamente yerno de Hugo Moyano, el sindicalista camionero devenido en capo máximo de Independiente de Avellaneda. Ni los “grandes”, liderados por Daniel Angelici y Rodolfo D’Onofrio, los respectivos titulares de Boca Juniors y River Plate.

“Pérez tiene que entender que ha perdido el apoyo de todos los clubes”, dijo Angelici, tirándose con los tapones de punta contra la gestión del Comité de Regularización. “Es cierto que Pérez no cumplió con muchas de las cosas que se le encomendaron, pero también tenemos que ver que los que pedimos elecciones ya somos los mismos que el año pasado empatamos 38 a 38”, señaló D’Onofrio, un poco más moderado, haciendo alusión a los fallidos comicios del 3 de diciembre de 2015 que debían la sucesión entre Luis Segura y Marcelo Tinelli, y que terminó sin decisión por la sorpresiva “aparición” de un voto más que los 75 posibles adentro de las urnas. Uno y otro, más allá del tono que utilizan en sus declaraciones, hacen números a cuenta de una futura Liga Profesional que obviamente los incluye y que amaga con hacer más amplia la brecha entre clubes ricos y clubes pobres.

“Sólo me voy a ir si me lo pide la Fifa”, respondió Pérez ante el cuestionamiento casi unánime de los popes de las instituciones, que le reclaman un paso al costado antes del plazo máximo estipulado para convocar a renovación de autoridades: el 17 de junio de 2017. “Soy un negrito del interior, y de un club chiquitito. No soy un poderoso, y este mundo del fútbol es muy difícil. Pero tengo convicciones y voy a cumplir con la tarea que me encomendaron. Yo encontré un verdadero desastre en la AFA, y me pregunto: ¿dónde estaban estos últimos dos años esos directivos que hoy piden elecciones?”, destacó Pérez en declaraciones a Cadena 3. “Primero hay que modificar los estatutos y recién después llamar a comicios”, enfatizó el dirigente. “Y antes que eso, los clubes tienen que comprometerse a devolver el dinero que están debiendo, porque así lo exige la Fifa”, añadió.

En sus reiteradas apariciones mediáticas de los últimos días, Pérez se encargó de dejar en claro que nunca pensó en renunciar a su cargo y que el organismo que preside tiene un mandato de la matriz del fútbol mundial que excede inclusive a la voluntad del gobierno nacional (“Yo no me voy a ir de la AFA porque me lo pida Macri”, subrayó). En los corrillos del fútbol y de la política se comenta con insistencia que el mandatario nacional le habría bajado el pulgar a Pérez, quien llegó al Sillón de “Don Julio” Grondona con imagen de buen gestor deportivo y de empresario exitoso, aunque sus emprendimientos comerciales no atraviesan por su mejor momento de un tiempo a esta parte. Le achacarían haberse tomado muy a pecho la conducción de la Comisión de Regularización, en desmedro de la ex barrabrava y representante de futbolistas Carolina Cristinziano, del abogado Javier Medín (hombre de extrema confianza de Macri) y del titular del Consejo Federal de la AFA Pablo Toviggino, sus otros tres integrantes.  

Más allá de las convicciones esgrimidas por el propio titular del Comité de Regularización de la AFA, no son pocas las voces que vinculan su férrea postura de sostenerse en el cargo con la necesidad de seguir haciendo los méritos suficientes como para obtener un trato más benévolo de la Afip en un futuro inmediato. Inclusive hay quienes alientan la hipótesis de algunas segundas intenciones vinculadas al ámbito de la política.

En medio de tanto barullo (incluida la certeza de que el fútbol no contará en 2017 con los 1.800 millones de pesos del Estado), lo cierto es que Pérez, el hombre fuerte de la última década en el Pirata cordobés, tendrá que seguir haciendo malabares para poder navegar ente dos mares. No le tocan aguas calmas: aún estaba en Bahréin cuando se confirmó la renuncia de uno de los vicepresidentes de Belgrano, el periodista Abraham Rufail, aparentemente disconforme con su decisión de delegarle todo el poder a Jorge Franceschi, el profesor de historia que es su mano derecha en el club de Alberdi desde la época del gerenciamiento de Córdoba Celeste. “¿Será cierto aquello de que ‘todo pasa’?” Es la pregunta que por estas horas,  mirando el retrato de Julio Grondona en su despacho y mientras espera noticias desde otro reino, se debe estar haciendo el hombre que ocupa el trono de Viamonte 1.366.

Hugo Caric
- Periodista -