Crónicas
Entrevistas
Actualidad
El Kiosco virtual
Reflexiones
Cultura
Música
Cine
Libros
Galería Magalú
Galerías multimedia
Quiénes Somos
Revista El Sur
Staff
Ediciones en papel
Suscripcion
Se levanta el viento, de Hayao Miyazaki
La forma del adiós
Por | Fotografía: Internet
Foto: La aviación, una pasión japonesa.
La última película del más grande animador del cine japonés posa su mirada en la historia de Jiro Horikoshi, el inventor de los aviones que se utilizaron para bombardear Pearl Harbor durante la Segunda Guerra Mundial
Publicada el en Cine

Hayao Miyazaki es indudablemente un fabuloso creador de universos animados (lo demostró en las bellas y excelentes La princesa Mononoke, El viaje de Chihiro, El increíble castillo vagabundo y Ponyo y el secreto de la sirenita) pero hoy, a los 74 años, decidió dejar de filmar. El realizador japonés, quien es también ilustrador, productor de animación y dibujante de mangas, comenzó a trabajar en los años setenta.

Se levanta el viento es el film con el que Miyazaki resolvió despedirse. Por eso, ante su última obra, surgen preguntas: ¿es una película menor, sólo una suma de todo su trabajo o hay algo más? Los trabajos-despedida suelen tener mucho de melancolía/nostalgia, una acción lógica debido a la mirada que se produce desde una edad avanzada, desde una vida ya vivida. Pero el director nipón eligió otro camino, el de sorprender y desafiar. Por primera vez se animó a plasmar una biografía, a marcar una línea muy clara entre sueño y realidad (cuando antes ese límite se confundía o primaba lo onírico), pero la naturaleza viva no deja de estar, el encanto no se pierde, sólo se torna diferente.

Se levanta el viento es la adaptación parcial de una novela homónima de Tatsuo Hori (hay agregados que nunca ocurrieron y anacronismos varios, pero estas licencias están justificadas porque aportan más vuelo a la narración).

La historia sigue el recorrido biográfico de Jiro Horikoshi desde su niñez, en la que amaba a los aviones y soñaba con ser piloto, hasta su adolescencia y adultez, cuando la miopía le impidió volar y terminó optando por convertirse en ingeniero aeronáutico.

La película sigue el vínculo de Jiro con varias personas: Giovanni Caproni (famoso diseñador italiano, con el que se encuentra en sueños y sólo en momentos concluyentes en los que debe tomar decisiones), su hermana Kayo, su amor Naoko y su compañero de trabajo Honjo.

El film sigue a Jiro en su transformación de niño inquieto a hombre que conquista metas, de habitante del ámbito rural a bicho de ciudad (migra a Tokio primero y a Nagoya después), de solitario a enamorado.

El inicio de Se levanta el viento es uno de los más sublimes de los últimos tiempos. Jiro comienza a pilotear atravesando un hermoso cielo que de a poco se va empañando por la amenaza de aviones de guerra.

A medida que la película avanza y  muestra cómo Jiro desarrolla su profesión, se pinta el contexto histórico del Japón anterior a la segunda guerra mundial, un país al que económicamente no le estaba yendo bien. Jiro Horikoshi creó el avión Mitsubishi A6M Zero que se utilizó para bombardear Pearl Harbor. Este punto desató polémica debido a que algunos críticos cuestionaron la elección de la biografía de Horikoshi por considerarla cercana a lo pro-bélico, pero una correcta visualización de la cinta fulmina esta duda y confirma el espíritu pacifista de Miyazaki.

La selección de Horikoshi apunta a otro lado, a manifestar los dilemas de optar entre trabajo y vida personal, beneficio individual o colectivo, fantasear o dejar de hacerlo.

Miyazaki, quien es cofundador del Studio Ghibli (estudio de animación responsable de todos sus proyectos), dirigió once películas, aunque sus trabajos suman veintiséis en total. Lamentablemente, muy pocos de sus films se han estrenado comercialmente en Argentina.

Los personajes del universo Miyazaki sienten embelesamiento por volar y por supuesto Jiro no escapa a eso. Desde el principio (donde aparece la frase “El viento se eleva… ¡hay que intentar vivir!”, de Paul Valéry y leit motiv que atraviesa toda la cinta) queda claro sobre qué trata lo que se verá y qué mensaje pretende el director que conserven los espectadores.

Analía Casero
- Historiadora -