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Pasiones que matan
Por | Fotografía: Internet.
Foto: La vida en el cuarto azul, un imposible en celulosa.
Una joya cinematográfica del actor y director Mathieu Amalric
Publicada el en Cine

Mathieu Amalric es uno de los actores más estupendos del momento, es uno de esos intérpretes por los que se puede mirar un film sólo por su actuación, sin importar lo demás, y encontrar satisfacción. Amalric trabajó con los directores más prestigiosos y variados (Arnaud Desplechin, Steven Spielberg, Alain Resnais, David Cronenberg, entre otros) pero también se convirtió él mismo en realizador. Dirigió cuatro películas, aunque sólo dos se estrenaron comercialmente en Argentina: Tournée y El cuarto azul. La última es una relectura del texto homónimo de 1964 del escritor belga Georges Simenon. Allí el protagonista es Julien, quien está entre tres mujeres: su amante Esther, su mujer Delphine y su hija Suzanne. La relación de Julien con lo femenino parece estar afectada desde que su madre y su hermana fallecieron en un accidente, cuando él era chico.

Julien y su compañera de colegio de la infancia Esther (en la novela de Simenon sus nombres son Tony y Andrée) vuelven a encontrarse ya casados e inician una relación amorosa. Durante once meses sus encuentros tienen lugar en el cuarto azul de un hotel. Al inicio de la cinta, Esther le pregunta a Julien: “¿Te pasarías la vida entera conmigo?”, y él contesta: “por supuesto”. Esta respuesta genera un malentendido que deriva en tragedia.

Al mismo tiempo, Amalric muestra cómo esos mismos diálogos, en otro contexto, están expuestos a múltiples interpretaciones según quien indague acerca de su significado. Así es como el juez, que reconstruye la historia, cambia el sentido de lo que Julien le cuenta. Sobre esta dificultad, el protagonista dice: “La vida es diferente cuando la vives que cuando la recuerdas después”. El film utiliza este interrogatorio como excusa, ya que queda claro que lo que interesa son los protagonistas y sus emociones. Así se podría decir que los temas que toca la película son: el cariño, la pasión, el escepticismo, el rencor, el retraimiento y el inconformismo.

Julien parecía tenerlo todo. Una hermosa esposa, una bella hija, una modesta empresa (de venta de maquinaria agrícola), una casa soñada. Pero sentía que algo le faltaba. En cuanto a Esther, él explica a los investigadores que fue la única mujer con la que logró plenitud sexual.

Amalric demostró que tiene un asombroso poder de síntesis (la película dura una hora y cuarto, pero no por eso pierde encanto ni contundencia) y también se animó a una apuesta estética (rodó en un formato que ya casi no se utiliza). En el film el azul lo invade todo (paredes, vestimentas, puertas, objetos) y del mismo modo es reiterativa la figura de una abeja –que en la novela es una mosca- en el cuerpo de Esther, en el helado de Suzanne y en la sala del juicio.

En El cuarto azul, donde Mathieu Amalric y Stéphanie Cléau, que son pareja en la vida real, elaboraron el guión y se pusieron en el rol de Julien y Esther, hay reminiscencias del cine de Claude Chabrol, en el sentido de un retrato provinciano del mundillo burgués.

Ficha técnica: El cuarto azul (La chambre bleue). Francia, 2014, 76’

Dirección y guión: Mathieu Amalric. Intérpretes: Mathieu Amalric,

Léa Drucker, Stéphanie Cléau, Mona Jaffart, Laurent Pointreaux.

Analía Casero
- Historiadora -