En literatura decir que una historia es una “caja china” es hacer referencia a que existe una historia dentro de otra historia y así sucesivamente, como un relato que contiene varias tramas más de la narración original.
La caja previsional de Córdoba es un relato que lleva varias décadas, que obviamente tiene un costado económico, pero que también se vincula con la dependencia financiera que la Provincia tiene de la Nación. Además implica un problema biológico: cada vez vivimos más años. Y también incluye la siempre evocada historia de compararnos con la vecina provincia de Santa Fe.
La historia comenzó en 1992, cuando se decidió la privatización del sistema jubilatorio en el gobierno de Carlos Saúl Menem (tan admirado por el presidente Javier Milei). En aquel momento se determinó que las provincias resignaran el 15% de los recursos coparticipables para financiar el déficit de la Administración Nacional de Seguridad Social (ANSES).
La siguiente etapa de esta trama llegó entre 1994 y 1996, cuando el Estado nacional determinó aceptar la transferencia al Sistema Nacional de Previsión Social de las Cajas de Jubilaciones Provinciales. Once provincias lo hicieron y en esos territorios no existen los jubilados provinciales, pero trece determinaron no realizarlo. Las jurisdicciones que no transfirieron su caja a la Nación fueron: Buenos Aires, Chaco, Chubut, Entre Ríos, Formosa, La Pampa, Misiones, Neuquén, Santa Cruz, Tierra del Fuego, Corrientes, Santa Fe y Córdoba.
Y aquí empieza el nudo gordiano del conflicto.
En 1999 se firmó el Compromiso Federal (ratificado por las leyes 25.235 y 25.400) en el que la Nación se comprometió a financiar los déficits de los sistemas provinciales no transferidos. A su vez, las provincias debían ajustar en un plazo de 180 días su sistema jubilatorio al esquema nacional.
LES VOLÓ LA PELUCA Hasta el año 2023 el principal debate entre las 13 provincias que no transfirieron y la Nación era la actualización de los recursos, porque el compromiso legal de 1999 decía que el Estado nacional debía cubrir el equivalente al monto que les hubiera correspondido a las provincias en caso de haber transferido su sistema previsional.
Ese tema siempre generó controversias. Nación decía que las provincias inflaban los números para recibir más dinero y justificar regímenes excepcionales, las provincias sostenían que el Estado federal no actualizaba tomando en cuenta los índices inflacionarios y todo terminó en manos de la Justicia. Y todos sabemos cómo son los tiempos judiciales en Argentina.
En las últimas semanas hubo reuniones entre los supremos y las máximas autoridades provinciales. La Corte Suprema convocaría a una audiencia entre las partes, como lo hizo en el conflicto de CABA y la Nación por los recursos coparticipables.
En un país de baja calidad institucional como el de Messi y Maradona, a través de las décadas la relación que cada territorio tenía con la “Casa Rosada” ató siempre el envío de fondos a una discrecionalidad que se vinculaba de manera directa a los vientos políticos del momento. Los gobiernos kirchneristas y el macrismo tuvieron diferentes estrategias, con mejores o peores aportes para las provincias, pero nunca se logró una solución de fondo.
Desde aquellos lejanos tiempos en los cuales chatear por Messenger era lo más moderno hasta esta realidad de una inteligencia artificial que crea contenidos, el tema vuelve como una calesita que gira sobre su propio eje y que nunca termina de llegar a ningún lado.
Resulta redundante decirlo, pero como todo problema que la economía nacional tenía, desde la llegada del presidente Javier Milei a Balcarce 50 se profundizó. Los recursos no solamente no se actualizaron, sino que directamente dejaron de enviarse. En 2024 no se transfirió un solo peso por este ítem a las provincias. La deuda acumulada con los trece distritos superaría los 1,2 billones de pesos.
El presupuesto 2025 incluye un apartado relacionado con este tema: en su artículo 59 -del proyecto que en estos momentos debate el Congreso- determina que para que la Nación financie parte del rojo de las cajas provinciales “deben tener un déficit reconocido, ya sea provisorio o definitivo, que surja de un acuerdo suscripto con la Anses, que corresponda al ejercicio 2021 o posterior”.
Ninguna de las 13 provincias cumple hoy con ese requisito.
En estos años el impacto en las finanzas provinciales de todo este proceso fue directo: lo que no puso la Nación lo ponen los tesoros provinciales. La cifra exacta es motivo de discusión y de múltiples análisis, pero quienes conocen las cuentas provinciales estiman que el déficit mensual de la Caja Previsional de Córdoba rondaría los 20 mil millones de pesos. Bastante menos que Santa Fe, cuyo rojo mensual es de 35.800 millones. COMPARACIONES ODIOSAS
Cada vez que se habla de la Caja Previsional cordobesa, el ejemplo que surge naturalmente para comparar es la provincia de Santa Fe. Y en estas últimas semanas la gestión de Maximiliano Pullaro fue noticia justamente por este tema. Cuando el radical detectó que el déficit previsional llegaba a los 430 mil millones de pesos anuales, determinó enviar un proyecto de ley a la Legislatura provincial. El texto establece la emergencia previsional por dos años, con la posibilidad de extenderla por otros dos años más.
Las claves del proyecto sancionado son: pasa los aportes de los activos del 14% actual a una escala que va del 15,5% al 21% según los ingresos, pone un límite a las jubilaciones máximas (con un tope de 20 haberes mínimos como techo) y advierte que en caso de que la Nación modifique la edad para jubilarse, la Provincia también podría hacerlo.
Al sacarles plata de su sueldo a los trabajadores activos para financiar a los pasivos, el tema generó un conflicto que derivó en graves incidentes en la Legislatura provincial.
¿Es Santa Fe un anticipo de la solución que podría aplicar Córdoba? ¿La solución es que los activos paguen más de aportes patronales?
SECRETOS DE ESTADO
Osvaldo Giordano es una de las palabras más autorizadas para opinar: su nombre está ligado a este tema en los últimos 15 años y además tuvo la particularidad de estar de los dos lados del mostrador (aunque por poco tiempo).
El actual presidente del Instituto de Estudios Sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL) de la Fundación Mediterránea fue titular de la Caja de Jubilaciones de la Provincia entre 2007 y 2015 y luego durante ocho años estuvo a cargo del Ministerio de Economía provincial. El 2024 lo encontró con un breve (un par de semanas) y controversial paso por la ANSSES, cuando el presidente Javier Milei lo echó luego de que su esposa votara en contra de la “Ley Bases” en el Congreso nacional.
"Es un problema serio para las provincias que no transfirieron sus sistemas previsionales, ANSES se financia con impuestos que se priva a las provincias de recaudar, entonces ANSSES cubre en parte los déficits de las cajas que si fueron transferidas con recursos que son de otras provincias. Hoy no transfieren nada desde la Nación", explica ante la consulta de revista El Sur.
El ex titular de la Caja previsional analiza la decisión de Santa Fe y la compara con la realidad cordobesa: "Aumentar los aportes que realizan los trabajadores activos no es la solución, porque es como sacar de un bolsillo y poner en otro, lo estaría financiando el propio tesoro provincial de manera directa o indirecta. No creo que valga la pena aumentar los aportes de los activos", dice. Aunque coincide en avanzar en algunos cambios específicos como los que realizó la gestión de Maximiliano Pullaro.
Cuando se le pregunta por dónde pasa la solución, Giordano reconoce que es un tema de resolución compleja y que inevitablemente implica un acuerdo entre la Casa Rosada y El Panal: "La solución deberá pasar por completar las reformas paramétricas del sistema y que ANSSES cumpla con la plata que debe enviar, las dos cosas se deben complementar. Hay una parte de la solución que se deberá hacer en Córdoba y otras decisiones en Buenos Aires. Sin dudas hay que revisar casos de gente que cobra más de jubilado que de activo, existen obviamente algunas situaciones puntuales", indica.
El efímero funcionario libertario no es optimista: "El presupuesto dice que no van a transferir nada, entonces será conflictiva la cosa, incluso está en la Justicia el reclamo. No se ve la voluntad del Gobierno nacional de resolverlo, de hecho la ley de presupuesto dice que no enviarán los recursos". VIDA LARGA Si uno recorre las noticias en Francia por estos días se verá que Emmanuel Macron comenzó a perder legitimidad cuando propuso una reforma previsional que tiene como eje aumentar los aportes patronales y la cantidad de horas trabajadas de los empleados activos. La situación se repite en muchas partes del mundo. El problema cruza lo biológico y lo económico: el promedio de vida se está extendiendo en el mundo occidental. Entonces los aportes patronales de los trabajadores activos tienen que financiar más gente jubilada que vive más tiempo.
Hay un número del censo nacional 2022 que es elocuente sobre lo que ocurre en Córdoba: en 1970 el 6,5% de la población de la provincia tenía más de 65 años, mientras que en el 2022 ese grupo etario representa el 12,4% de la población. Más jubilados y que viven más tiempo, una combinación que supone un problema económico en muchas partes del mundo, del que Córdoba no es está exenta.
El propio Giordano augura y advierte: “Con el cambio demográfico el problema se va a profundizar, no nos podemos hacer los disimulados, urge resolver el tema provincial y nacional".
CAJA DE PANDORA
La caja de Pandora es un mítico recipiente de la mitología griega. En aquel relato milenario, Pandora, la primera mujer creada por Hefesto por orden de Zeus, abre la caja que contenía todos los males del mundo y los libera.
La caja previsional de la provincia de Córdoba admite todas las analogías posibles con aquella historia poco deconstruida. Como todo tema en la economía nacional y provincial, la historia no tiene buenos y malos, sino tantos grises como la policromía permita. Es una caja china en donde cada relato se conecta con otro.
La Caja previsional es el talón de Aquiles de las gestiones provinciales de los últimos 30 años y quizás el voto de los legisladores nacionales cordobeses y la relación tóxica que mantiene el peronismo mediterráneo con La Libertad Avanza tenga un fuerte componente económico y de necesidad.
Hace muchos años había un lugar común que decía que la vida empieza cuando te jubilás. En tiempos libertarios deberíamos agregarle: La vida empieza cuando te jubilás; el problema es cómo se financia.