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La familia de secuestradores que hace furor en el cine y la TV
Relaciones monstruosas
Foto: Arquímedes y Alejandro Puccio, los pilares de una familia dedicada al secuestro extorsivo.
La película de Pablo Trapero bate récords de taquilla. La historia negra de los Puccio es abordada también en una serie televisiva.
Publicada el en Cine

                                                                                                                            Nunca pensé encontrarme con el diablo

                                                                                                                                              Tan vivo y sano como vos y yo.

                                                                                                                                          Tenía la risa que le dan los años

                                                                                                                                        Y la confianza que le da el temor.

                                                                                                                                                                                    Encuentro con el diablo, Serú Girán

El principio de El clan apunta, por un lado, a contextualizar los hechos y por otro, a anticipar el desenlace. Lo primero es mostrado a partir de material de archivo; específicamente los discursos de Alfonsín (el de su asunción, donde expresó su deseo de que no volviera a pasar lo vivido durante los años de represión, que no ganara el odio, que era momento de asegurar la dignidad del hombre) y Galtieri. Lo segundo es introducido a modo de gancho: el espectador quiere saber cómo se llegará a ese momento. También, aunque muy velozmente, en esa apertura, se puede apreciar algo del universo al que apelaba Arquímedes Puccio; en su escritorio se observan: una hoja con el membrete del Frente de Liberación Nacional, un busto de Perón y una imagen de la virgen María. 

Y así, queda claro que la película intentará insinuar, no mostrar explícitamente. Decisión que en gran parte se agradece.

La historia no tiene mucho preámbulo, va directo al grano: los secuestros no tardan en llegar; aparecen de forma abrupta, sin preparación ni explicación previa, pero por la misma razón es que causan atracción.

A Pablo Trapero, director que integró el llamado Nuevo Cine Argentino de los noventa, le interesa mostrar vidas de personajes marginados, al límite (El bonaerense, Leonera, Carancho, Elefante blanco) pero también historias de familia, de desencuentros dentro de ella (Mundo grúa, Familia rodante, Nacido y criado); por eso, no es extraño que haya decidido llevar a la pantalla grande a la parentela Puccio, o más concretamente la relación que se da entre dos de sus integrantes: el pater familias Arquímedes y su hijo Alejandro (el cuadro familiar se completaba con Epifanía, la esposa y el resto de los descendientes: Guillermo, Maguila, Silvia y Adriana).

La narración se exhibe de una manera recortada, oscilando entre 1982 y 1985 (se concentra en los casos de Ricardo Manoukian, Eduardo Aulet, Emilio Naum y Nélida Bollini de Prado); años en que Arquímedes comprendió que la dictadura finalizaba y que para sobrevivir ante el retorno de la democracia debería reacomodarse intentando utilizar sus antiguos contactos castrenses.

Los Puccio tenían una doble vida: blandían una careta de familia tipo del barrio porteño de San Isidro (Trapero abandona el oeste del Gran Buenos Aires por la zona norte). Eran dueños de una rotisería, pero ese negocio les parecía degradante, querían algo más, escalar, ser una familia de clase media alta. Por esa razón, entre otras cosas, todos los miembros del clan justificaban los secuestros, algunos de modo más directo, otros prefiriendo hacer oídos sordos.

Arquímedes realizó este trabajo sucio durante la dictadura, avalado por las altas jerarquías que con la llegada del período alfonsinista, llegado cierto punto, le soltaron la mano.

Arquímedes Puccio (contador, ex miembro del Servicio de inteligencia de la Fuerza Aérea y de la Triple A y también ex peronista de derecha) no actuaba solo. Lo hacía acompañado de un puñado de conocidos y de su hijo Alejandro (quien fue el entregador de muchas víctimas). Mientras perpetraba nuevos modos para seguir creciendo a costa de los secuestros, Alex (Alejandro) se tropezaba con caminos muy diferentes a los que le proponía su padre: era reconocido en lo deportivo (el rugby), encontraba el amor y su negocio de productos deportivos crecía. Para él no fue fácil escapar al sometimiento de Arquímedes (en una escena éste lo acompaña a comprar zapatos, Alex quiere unos pero termina eligiendo los que le indicó su padre).

Alejandro, al sentirse asfixiado (un fotograma lo muestra aferrado a un tubo de buceo para tomar oxígeno) convertirá a Kalmar (una idílica ciudad sueca) en su horizonte esperanzador.

Otra de las máscaras detrás de la que se escudaba Arquímedes era una vida normal amorosa (ayudaba a su hija a hacer los deberes, barría la esquina de su casa) y religiosa (rezaba antes de las comidas).

La banda sonora es uno de los puntos controversiales del film. La selección de temas en inglés (como Sunny afternoon, de los Kinks o I’m just a gigolo, de David Lee Roth) para muchos es provocadora y polémica (teniendo en cuenta que el período en el que transcurren los hechos está ligado a la guerra de Malvinas); Trapero expresó que la idea de potenciar las imágenes a través de la música fue una forma de homenajear al gran Martin Scorsese. Para otros fue un desperdicio no aprovechar canciones valiosas y muy potentes del ámbito local (aunque sí hay una muy obvia pero acertada en el final: Encuentro con el diablo, de Serú Girán).

La serie: Historia de un clan, dirigida por Luis Ortega (Caja negra, Lo que el tiempo nos dejó), quizás debido a su amplitud para narrar, parece tener una mirada más filosa en muchos puntos y también lo que le suma es el hecho de que todos los personajes tienen más espacio para desarrollarse, a diferencia de la película.

Transitar la filmografía de Pablo Trapero (realizador que combina lo autoral con lo comercial) deja sensaciones encontradas, pero también certezas.

EL PLUS (+)

Analía Casero
- Historiadora -