A fines de 2022, Belgrano e Instituto se reinsertaron en la Liga Profesional, donde junto a Talleres reeditaron una convivencia estratégica en el ámbito nacional, que tenía un último antecedente en la temporada 1999/2000. “Es el momento más importante del fútbol de Córdoba”, coinciden, desde entonces, los clubes de barrios Alberdi, Alta Córdoba y Jardín Espinoza.
Dos años más tarde, el Pirata y la Gloria volvieron a ascender: Luis Fabián Artime y Juan Manuel Cavagliatto, sus respectivos presidentes, fueron ungidos como nuevos integrantes del Comité Ejecutivo de la AFA. Ocurrió el pasado 17 de octubre, el día en que la mayoría de los popes de la pelota ratificaron su lealtad con Claudio Chiqui Tapia y aprobaron por aclamación un tercer mandato del hombre fuerte de Barracas Central.
A la hora de la votación, Rodrigo Escribano, el representante de Talleres, llevaba un buen rato afuera del Predio Lionel Messi de Ezeiza, de donde se había marchado tras expresar sus disidencias respecto al tratamiento de algunos puntos incluidos en el orden del día de aquella asamblea ordinaria.
Desde el púlpito que compartió con Tapia, a quien le infla el ego llamándolo Comandante, el influyente tesorero Pablo Toviggino se había encargado de desacreditar la postura de la T. Su intervención fue coronada con los aplausos de la gran mayoría de los hombres del presidente, y las risotadas que dejaron escapar los acólitos más fervientes.
Por entonces, la relación entre la cúpula del fútbol argentino y Talleres -que ya venía calentándose desde hace tiempo- estaba en su punto de ebullición. Una semana antes, el Tribunal de Disciplina de la AFA, en su boletín N° 6.568, había dado cuenta de la suspensión de 24 meses impuesta a Andrés Fassi, máxima autoridad del club de barrio Jardín, por los incidentes posteriores al partido que la T y Boca habían protagonizado un mes atrás en el Estadio Malvinas Argentinas de Mendoza, por la Copa Argentina.
El incondicional
La designación de Cavagliatto como vocal suplente de la cúpula de la AFA no fue una sorpresa. Desde que se hizo cargo de la presidencia de Instituto, adonde llegó en 2021 siendo el hombre fuerte del básquetbol del club, el empresario transportista hizo gala de su cercanía con Tapia. A la buena onda entre ambos se le atribuye un nombre y apellido en común: Hugo Moyano, ex suegro del titular afista y líder del sindicato de los camioneros.
En el círculo áulico de Tapia, a Cavagliatto se lo conoce como Juancito y se lo define sin rodeos como un crack. Más allá de su gestión dirigencial, premiada el año pasado por el gobierno cordobés, “Tatú” -como lo llaman sus amigos y algunos pares de comisión directiva- se ha esmerado en cultivar las buenas migas con el capo máximo del fútbol nacional.
A su autoría intelectual se atribuye el mensaje que la entidad de Alta Córdoba publicó en redes sociales el pasado 21 de febrero, con motivo del cumpleaños número 132 de la AFA: “Instituto felicita a la Casa Madre del fútbol argentino en un nuevo aniversario, y en especial a su presidente”.
El posteo no pasó inadvertido entre muchos ajenos y algunos propios, que lo consideraron un alarde de incondicionalidad. En la intimidad del club no todos terminan de digerir la presencia de un mural de Tapia que adorna uno los vestuarios, junto a las imágenes de Mario Kempes, Osvaldo Ardiles y Paulo Dybala, tres campeones del mundo “gloriosos”. “La verdad es que queda feo, pero si sirve para que no nos cobren los penales que no son, bienvenido sea”, reflexionó en voz alta un miembro de comisión.
A Cavagliatto, quien también ocupa el cargo de vicepresidente 1° de la Liga Nacional de Básquetbol, se le atribuyó un rol clave -como mediador entre la AFA y la Provincia- en la última visita del seleccionado argentino al Estadio Kempes, el 1 de febrero de 2022, cuando el equipo albiceleste enfrentó a Colombia por las Eliminatorias para el Mundial de Qatar. La probada capacidad de gestión del dirigente institutense no pasó inadvertida en la cocina del cordobesismo, donde alguna vez se lo llegó a proponer como el hombre ideal para conducir la Agencia Córdoba Deportes.
El aliado
Un sonriente Luifa Artime sobresalió en la postal que reflejó la presencia argentina en el 74° Congreso de la FIFA, el pasado 17 de mayo en Bangkok. Además del otrora goleador y actual empresario de seguros, posaron junto a Gianni Infantino, el CEO del fútbol mundial, Chiqui Tapia y el selecto grupo de laderos que lo acompañó a Tailandia. En carácter de invitado, Artime se plegó a la comitiva oficial de la AFA, que integraron Víctor Blanco, Cristian Malaspina y Luciano Nakis, respectivos presidentes de Racing Club, Argentinos Juniors y Deportivo Armenio.
La inclusión de Artime como refuerzo de último momento fue una jugada estratégica de la cúpula del fútbol argentino, que terminó inclinando la balanza a su favor entre los clubes cordobeses que forman parte de la Liga Profesional. El respaldo explícito al segundo mandato del exdelantero en el club de barrio Alberdi, ya sin varios de los hombres de negocios que habían apuntalado su lanzamiento a la arena política, también fue un tiro por elevación para Talleres, cuya directiva se alineaba al Gobierno nacional y su idea fija de convertir a los clubes en Sociedades Anónimas Deportivas.
Antes de sumarlo a su lista de aliados, la administración Tapia miraba con recelo los movimientos de Artime en el área chica de la dirigencia futbolera. No terminaban de descifrarle la gambeta, en medio de manifestaciones públicas que defendían el actual modelo de gestión de los clubes y expresiones en privado que alababan la gestión empresarial de los primos de barrio Jardín. Tampoco tenían en claro su real incidencia en las grandes decisiones, lo que le valió el irónico mote de “El Gerente”. “Con Luifa está todo bien, pero el modelo de gestión que lleva adelante Belgrano no es exactamente lo que impulsamos”, llegaron a decir en AFA.
Obligado a reconfigurar los pilares de su gestión luego del cisma que provocó el alejamiento de algunos de sus pares del período 2021-2024, Artime profundizó su acercamiento a Tapia y se ganó un respaldo de peso para validar su investidura. ¿Un matrimonio por conveniencia? Por ahora, la nueva la relación entre Belgrano y la AFA no tiene etiqueta.
El enemigo
Andrés Fassi, flamante campeón del fútbol argentino, lleva una década como presidente de Talleres y una modificación estatutaria, que se anuncia como inminente, podría habilitar la continuidad de su mandato hasta el infinito y más allá.
Pero su futuro en la entidad de barrio Jardín no depende sólo de la voluntad del listado de los 130 asambleístas (la mayoría, allegados y familiares de los directivos) que encabeza Gustavo Santos, polifuncional jugador de la política que vistió las camisetas de la UCR, Unión por Córdoba y Juntos por el Cambio.
Será una corte de la ciudad suiza de Locarno, el Tribunal Arbitral de Justicia (TAS), la que decidirá cómo sigue la historia de Fassi en la T. En la sede de ese organismo de mediación, que desde hace cuatro décadas dirime disputas en el ámbito del deporte, ya fue presentado el descargo de Talleres por aquella suspensión que el Tribunal de Disciplina de la AFA le impuso a Fassi hasta el 10 de octubre de 2026, y cuyo pedido de revisión fue declarado inadmisible por el Tribunal de Apelación de La Casa Madre del fútbol argentino. En el caso de una resolución desfavorable del TAS, una apelación por vía judicial ante el Tribunal Supremo Federal de Suiza sería la bala de plata que le quedaría al mandamás albiazul.
Talleres deberá renovar autoridades en diciembre próximo, por lo que una demora en la conformación del panel arbitral o en la notificación del laudo, condicionaría a Fassi y lo pondría en la obligación de abdicar, en principio a favor de su sobrino Gerardo Moyano Cires, actual vicepresidente 1°.
Desde hace tiempo no andan con vueltas en la AFA al hablar de Fassi, a quien algunos señalan como enemigo y otros atacan con singular ensañamiento en las redes sociales. El encendido discurso contra la gestión Tapia tras el partido ante Boca en Mendoza y la posterior foto con Javier Milei en Casa Rosada fue la secuencia que terminó de colmar el vaso.
“Seguimos peleando, con las armas que tenemos. No hacerlo, sería no ser coherentes respecto a las ideas que tenemos para el fútbol argentino”, declaró el directivo semanas atrás. Sus principales aliados en la promoción de las SAD –el presidente Milei, el secretario de Turismo, Ambiente y Deportes Daniel Scioli y el empresario futbolístico Guillermo Tofoni– por ahora se llamaron a silencio, luego de los amagues fallidos del magnate estadounidense Foster Gillett, su caballito de batalla en el fútbol argentino.
De todos modos, Fassi no pierde el tiempo y juega a varias puntas. Uno de sus hombres de confianza en la conducción de Talleres, el abogado Luis Calvimonte, fue ungido vicepresidente de la Agencia Córdoba Deportes, donde se lo señala como “el Monje Negro” de la gestión de Agustín Calleri.
Resto del Mundo
Desde su desembarco en Estudiantes de Río Cuarto, el 31 de mayo de 2015, Alicio Dagatti no escatimó esfuerzos para ganarse la confianza de los gobernantes de turno de la política, y tampoco para acercarse al calorcito del poder en el ámbito del fútbol. La AFA lo distinguió como “dirigente destacado” en 2019 y cuatro años más tarde lo ubicó como disertante en su seminario de formación de dirigentes. El propio Chiqui Tapia lo acompañó en la inauguración de algunas obras que llevó a cabo en el club.
En noviembre pasado, Dagatti anunció un “proyecto de protagonismo” para El León del Imperio del Sur, en coincidencia con los rumores que daban cuenta de que el elenco del sur cordobés era uno de los apuntados para cambiar la Primera Nacional por la Liga Profesional en la temporada 2025.
Su caída en desgracia -quedó preso y es investigado por presunta asociación ilícita- dejó a Tapia sin uno de sus incondicionales del fútbol cordobés. Quien sí mantiene su vigencia como tal es el empresario de los cuartetos Emeterio Farías, hombre fuerte de la Liga Cordobesa de Fútbol y presidente de la Agencia Córdoba Deportes durante el último gobierno de José Manuel de la Sota, quien el último 29 de mayo lideró el llamado “Cordobazo futbolero” en contra de las inversiones privadas en los clubes.
“Nuevamente los cordobeses nos ponemos de pie y desde acá decimos ‘señores, esto no’. Los clubes son de los socios y eso es lo que vamos a defender”, expresó aquella vez Farías, oficialista de la segunda hora desde los últimos tiempos del reinado de Julio Grondona en el fútbol argentino.
Belgrano e Instituto tuvieron sus representantes en ese cónclave, donde los dirigentes Manuel Pérez y Juan Aróstegui, respectivos presidentes de Racing de Nueva Italia y Sportivo Belgrano de San Francisco, también firmaron una carta de apoyo a las autoridades del fútbol nacional. Otros que pusieron su rúbrica en la ocasión fueron integrantes de las conducciones de los clubes riocuartenses Estudiantes y Atenas, y de Argentino de Monte Maíz, otra de las entidades cordobesas que compiten a nivel nacional.
Entre los directivos que presidieron el cónclave estuvo el presidente de la Liga Riotercerense de Fútbol, Néstor Beltrame, quien representa a la provincia, junto a Emeterio Farías, en el Consejo Federal de la AFA.