La historia de Juan Salvo se escribió a fines de los años 50, en un momento en el que la realidad del país pedía a gritos un poco de fantasía, aunque esa fantasía tomara la forma de una nevada mortal. El Eternauta, escrita por el genial Héctor Germán Oesterheld y dibujada por el no menos genial Francisco Solano López, se convirtió en la mejor aventura de ciencia ficción escrita en Argentina y la mejor historieta nacional de todos los tiempos. El próximo 30 de abril, 68 años después de la publicación de la historieta original, la plataforma Netflix estrenará globalmente una serie inspirada en esa historia.
Lo hará bajo la dirección de Bruno Stagnaro, un director argentino surgido de la generación dorada de mediados de los noventa (junto a Lucrecia Martel, Israel Adrián Caetano, Sandra Gugliotta y Daniel Burman). Entre los éxitos de Stagnaro se encuentran la recordada Pizza, Birra y Faso, seguida de otros como Okupas y Un gallo para esculapio.
Hubo varios intentos fallidos de llevar El Eternauta al cine y uno de ellos tuvo como protagonista a Lucrecia Martel, pero el proyecto no avanzó. La empresa de filmar El Eternauta siempre fue un sueño y un proyecto difícil de realizar, demasiado grande, demasiado costoso y hasta demasiado político.
La expectativa por el estreno de Netflix es mucha y las preguntas de los fanáticos también. ¿Está la serie de la Ene Roja a la altura de la historieta? ¿Mantendrá el espíritu original y su contenido o será un producto lavado destinado a una insípida audiencia global? Aunque podríamos hacernos muchas preguntas más y lo que se sabe es poco, es alentador: apenas un tráiler muy corto, unas fotos prometedoras, entrevistas de Ricardo Darín -el actor que encarna a Juan Salvo- y de Bruno Stagnaro, que dieron algunas pistas que no logran calmar la ansiedad.
El proyecto es grande por donde se lo mire y quienes tuvieron la responsabilidad de ponerse al frente aseguran que el espíritu está intacto. Admiten también modificaciones importantes. Las más notorias son, sin dudas, la decisión de ubicar la narrativa en tiempos recientes y la de subir la edad de los personajes. El Juan Salvo interpretado por Darin tiene sesenta años, el doble que el de la historieta. No pocos se preguntaron si esto obedecía a la necesidad de que el taquillero actor de ojos celestes pudiera encarnarlo. El director y guionista Bruno Stagnaro asegura que no, que la decisión de aumentar la edad tuvo que ver con cuestiones de credibilidad y de la época.
En una de las pocas entrevistas que dio antes del estreno, Stagnaro expresó que necesitaba que “el protagonista arrancara una noche jugando al truco y a las cinco horas se estuviera cagando a tiros con un bicho. Ello implicaba que Salvo sabía disparar, que tenía cercanía con las armas, porque no iba a tener tiempo de aprender. Entonces me pregunté: ¿Somos una sociedad que tiene esa cercanía con las armas o no? Creo que no. Una sociedad como la yanqui sí, y así cuentan ellos sus historias, pero acá estamos contando nuestra historia, con nuestros personajes y con nuestra forma de ser”. Aseguró que necesitó construir un personaje “que explicara esa cercanía de un modo que siguiera pareciendo un tipo querible y eso, de algún modo, tenía que ver con el pasado del personaje. Por eso me gustó que Juan Salvo tenga 60 años. Me permite mantener el espíritu de ese comienzo de la historieta y agregarle algo que tiene que ver con las segundas oportunidades”.
Habrá que ver que quedó de lo individual y de lo colectivo en la adaptación de los personajes de Netflix, al introducir un pasado en la vida de Juan Salvo. Para Oesterheld, el héroe siempre es colectivo y nadie se salva solo. Lo decía y lo plasmaba en sus historias. ¿Cómo será el Eternauta de Stagnaro? Los pochoclos ya se están calentando.
Además de los cambios en la historia, la serie contiene retos tecnológicos de vanguardia y aseguran que no tiene nada que envidiar a las grandes producciones. A pesar de ello, Stagnaro sostuvo que “no es una ciencia ficción de la abundancia, es una ciencia ficción de la carencia y de cómo nos arreglamos con lo que tenemos”. Aseguró, en definitiva, que lo que vamos a ver “va directo al corazón de la argentinidad”.
La historieta más icónica
Aparecida en Hora Cero Semanal entre 1957 y 1959, El Eternauta reunió a Oesterheld con Francisco Solano López, con quien ya había trabajado en otras historias como Bull Rockett, Uma Uma y Rolo el Marciano Adoptivo.
El Eternauta arranca una noche en la casa de un guionista de historietas (el propio Oesterheld). Un hombre – a quien un filósofo del siglo XXI ha bautizado El Eternauta- se materializa de la nada frente a él. Su nombre es Juan Salvo y le cuenta la historia más fantástica que el guionista haya escuchado jamás: la de un grupo de amigos que una plácida noche disfruta de las cosas simples de la vida, como jugar una partida de truco, mientras afuera una nevada mortal cubre las calles y mata a todo aquel que tenga contacto con ella. Los sobrevivientes, encerrados providencialmente en la casa de Salvo, toman conciencia de la situación y pronto el misterioso hombre llamado Juan Salvo, su mujer Elena, su pequeña hija Martita, Favalli, Herbert y Polsky comprenden que el aislamiento, la soledad, el hambre, la desaparición de todo lo conocido es el juego que les propone el destino. Más adelante, Juan Salvo se convierte en viajero del tiempo y se aparece en la casa del guionista para contar esa historia y evitar que suceda. Oesterheld personaje de su mismo guion, se pregunta si es posible detener el horror contando la historia del Eternauta. Los lectores tienen la respuesta.
Oesterheld construye personajes basados en seres comunes, pero dotados de una humanidad sobrecogedora, llevados al límite por la fantástica nevada. Deciden emprender una resistencia tenaz y organizan las fuerzas rebeldes contra los “Cascarudos” (unos bichos horribles enviados por los invasores) en la Avenida General Paz y en el estadio de River Plate, generando inolvidables escenas de una Buenos Aires conocida, protagonista de la invasión. La aparición de la resistencia es un punto clave de la historia y marca un elemento fundamental en todas las creaciones de Oesterheld: el héroe grupal o colectivo, la idea de que nadie se salva solo, distinta a cualquier superhéroe primermundista.
Según el guionista, “el Eternauta comenzó siendo un cuento corto, de apenas 70 cuadros. Luego se transformó en una larga historia, una suerte de adaptación del tema de Robinson Crusoe. Me fascinaba la idea de una familia que quedaba sola en el mundo, rodeada de muerte y de un enemigo ignorado e inalcanzable. Pensé en mí mismo, en mi familia, aislados en nuestro chalet y comencé a plantearme preguntas. El Eternauta se fue construyendo semana a semana. Había si una idea general, pero la realidad concreta de cada entrega la modificaba constantemente. Aparecieron así personajes y situaciones que ni soñé al principio”, supo contar Oesterheld en una entrevista.
Y esta es quizás una de las claves en las modificaciones del guion de la serie de Netflix.
Para Stagnaro los arcos narrativos que planteados en la historieta -fruto de su forma de publicación semanal y sin final- son efímeros y en general tienen la lógica de las historietas, que “a las tres páginas tiene que pasar algo que te enganche”. Stagnaro considera que para una serie de televisión eso no es posible y entonces tuvo que rearmar los arcos de los personajes acordes a las lógicas televisivas. En la historia de Oesterheld la realidad del país se colaba constantemente en sus guiones, que se modificaban permanentemente con sutiles críticas. En la Argentina de los golpes militares que imaginó el creador del Eternauta los invasores construyen su base general sitiando al Congreso, sede y símbolo del poder del pueblo y la democracia. El escritor Juan Sasturain, ex director de la Biblioteca Nacional, dijo alguna vez que “Oesterheld se encuentra con la realidad por el camino de la aventura y la aventura se encuentra con la Argentina a través de Oesterheld”.
Familia diezmada
Germán Oesterheld nació en Buenos Aires en 1919 y estudió geología, aunque la abandonó para dedicarse de lleno, a partir de 1950, a la pasión de su vida: escribir novelas de aventuras. Pronto se reveló como un narrador original, prolífico, especialmente escribiendo guiones de historietas y relatos de aventuras para revistas como Misterix, Hora Cero y Frontera. En poco más de una década construyó sus personajes fundamentales: Sargento Kirk, Bull Rockett, Ernie Pike, Ticonderoga, Sherlock Time, Randall, Mart Cinder y el más importante: El Eternauta. Trabajó con notables dibujantes de la talla de Hugo Pratt, Solano López y Alberto Breccia, con los que revolucionó el género.
Con su mujer Elsa Sánchez se casó en 1947 y tuvieron cuatro hijas. Durante la dictadura cívico militar del ´76 se unió junto a ellas a Montoneros y llegó a ser jefe de prensa de la agrupación. Ese mismo año del golpe se hizo una reedición de El Eternauta y su éxito motivó la creación de una segunda parte: El Eternauta II, que volvió a contar con dibujos de Solano López. Esta segunda parte reflejó en el guion su compromiso político, mostrando al Eternauta como un caudillo que guiaba a un pueblo oprimido para alzarse contra un gobierno opresor y derrotarlo a cualquier precio. Solano López no estaba del todo de acuerdo y se produjeron diferencias.
Sus cuatro hijas Diana (24), Beatriz (19) Estela (25) y Marina (18) fueron secuestradas y asesinadas. Dos de ellas estaban embarazadas. También asesinaron a las parejas de tres de ellas. El 27 de abril de 1977, Héctor Oesterheld fue secuestrado en La Plata. Estuvo detenido en los centros clandestinos de detención El Vesubio y El Sheraton y nunca más hubo noticias de él, pasando a engrosar el número de desaparecidos en Argentina. La única sobreviviente de la familia fue Elsa, quien debió vivir con la carga de tener 10 integrantes de su familia desaparecidos. Se unió a las Abuelas de Plaza de Mayo, donde trabajó durante décadas, hasta que falleció el 22 de junio de 2015.
La serie
La serie protagonizada por Ricardo Darín cuenta además con un gran elenco integrado por Carla Peterson, César Troncoso, Andrea Pietra, Ariel Staltari, Marcelo Subiotto, Claudio Martínez Bel, Carlos March, Orianna Cárdenas y Mora Fisz. Fue filmada íntegramente en Buenos Aires entre mayo y diciembre de 2023, utilizando más de 35 locaciones reales y 25 escenarios diseñados específicamente con tecnología de Virtual Production, que permitió recrear la atmósfera apocalíptica de la historia al tiempo que resaltó la esencia única de la ciudad como escenario central de los eventos. La producción estuvo a cargo de K&S Films, una compañía con amplia experiencia en proyectos de gran envergadura como Relatos Salvajes, El Clan y El Ángel.