Aunque en estos tiempos de volatilidad política y liquidez informativa nada parece ser permanente, todas las encuestas reflejaron en mayor o menor medida que el escándalo de la criptomoneda Libra dañó el capital político más preciado del presidente Javier Milei: su expertise en materia económica y el honestismo que apuntala su cruzada contra la "casta". "Está claro que sin Milei la estafa no se hubiera producido", dijo a El Sur el diputado nacional Pablo Carro, que integra la flamante comisión investigadora del caso Libra en el Congreso Nacional. Con facultades investigativas plenas, la comisión planea viajar a los Estados Unidos para interiorizarse de las pesquisas judiciales contra el presidente en las tierras de su amigo Donald Trump, de donde es oriundo uno de los principales arietes de la megaestafa.
"Hay algunas cosas que están claras. La primera que es una estafa típica del mundo de las criptomonedas: alguien crea la moneda, algunos jugadores que tienen información privilegiada compran la moneda a muy bajo valor, luego aparece una figura pública que le da impulso a la moneda -que no tiene ningún respaldo real-, entran muchos compradores que hacen subir el precio y luego se retiran los insiders y el creador de la moneda, dejando un montón de estafados. En el caso de Libra, se calcula que los estafados son más de 70 mil", explicó Carro.
"Lo segundo que quedó claro es que el primero que publicó el contrato para poder comprar la criptomoneda fue Javier Milei. Es decir que Milei mintió cuando dijo que se limitó a difundir la iniciativa, ya que era un jugador con información privilegiada y el primero en difundir el contrato", insistió el diputado nacional.
"Y en tercer lugar -completó- está probado que especialistas en criptomonedas le dijeron a importantes funcionarios del gobierno que el evento de Tech Forum era trucho, porque ninguno de sus organizadores tenía antecedentes amigables en el mundo cripto e incluso algunos tenían denuncias por estafas anteriores".
Con estas certezas, lo que deberá establecer la comisión investigadora es si Milei era parte de la estafa o fue engañado en su buena fe. "Milei es partícipe necesario de la estafa. Sin su participación ésta no se hubiera concretado", insiste Carro.
"¿Por qué Milei no denuncia que lo engañaron?", se pregunta el diputado. Es la principal pregunta que la comisión investigadora intentará develar. Dispone de un plazo de cuatro meses para elaborar su informe. Entre otras medidas, evalúa citar a declarar a la hermana presidencial Karina Milei, al asesor sin firma Santiago Caputo y al vocero/candidato Manuel Adorni. Si se niegan –como ocurrió con la fallida interpelación-, la comisión puede hacerlos llevar por la fuerza pública.
- ¿El jefe de gabinete Guillermo Francos despejó alguna de estas duras cuando lo interpelaron?
- En absoluto. No dio ninguna explicación. Clarificó la posición oficial, que era muy endeble: dijo que Milei sostiene que el contrato de Libra era público y él le cree. Pero no dio ninguna prueba. Y ningún sector del gobierno analizó si el proyecto tenía entidad. Ni siquiera estaban inscriptos en la Comisión Nacional de Valores.
- Ustedes no le creen a Milei cuando dice que solamente retwiteo el tweet original de Libra...
- Nadie puede creer eso. Él sabía de qué se trataba la movida. De hecho, hay dos casos previos en los que promocionó criptomonedas y también terminaron en denuncias por estafa. Es decir que ya lo hizo antes.
- ¿Qué efecto tiene el trabajo de la comisión investigadora?
- La comisión sólo tiene atribuciones para investigar y generar un informe parlamentario. En realidad se debió activar directamente la comisión de juicio político, porque va a tener que hacer el mismo trabajo que nosotros si los elementos reunidos habilitan un juicio político. Si el pleno así lo decide, la comisión de juicio político tendrá que volver a hacer la misma investigación.
¿Llaryora se despega?
Golpeado por su confrontación inicial con el gobierno de Javier Milei -que nunca buscó-, el gobernador Martín Llaryora parece haber decidido tomar distancia del presidente libertario, a quien no sólo le firmó el promocionado Pacto de Mayo, sino que mandó a sus diputados -con la honrosa excepción de Natalia De la Sota- tanto a sumarse al boicot al rechazo al MegaDNU 70/23 como a aprobar la Ley Bases, columna vertebral del desguace del Estado que viene implementando el gobierno libertario.
La decisión de concurrir personalmente a la Corte Suprema en las dos audiencias de conciliación para destrabar la millonaria deuda previsional que la Nación mantiene con Córdoba parece haber sido el primer movimiento de distanciamiento del presidente libertario. Pero no será el último.
Llaryora, un obsesivo de las encuestas, visualiza que a la caída de Milei se suma la posible fragmentación opositora si Luis Juez y Rodrigo De Loredo no resignan sus apetencias personales.
Habituales felpudos del poder, Juez y De Loredo se desviven por encabezar la lista de La Libertad Avanza en Córdoba, pero chocan con la terquedad de la hermana Karina y la ambición del jefe del bloque libertario Gabriel Bornoroni, reacios a ceder protagonismo a los camaleones de la política mediterránea en las elecciones de octubre.
La fragmentación de la oferta electoral en Córdoba también entusiasma al oficialismo, que hace tiempo procura convencer al ex gobernador Juan Schiaretti de encabezar la nómina de candidatos. Seria -argumentan- la mejor manera de apuntalar el armado de Hacemos por Argentina, la siempre frustrada exportación del "modelo Córdoba" más allá de las fronteras provinciales, algo que no logró ninguno de los fundadores del cordobesismo (ni el radical Eduardo Angeloz ni el peronista José Manuel De la Sota).
Lejos de la estructura partidaria que ahora comanda Cristina Fernández de Kirchner, el peronismo cordobés ahora en manos de Llaryora parece más decidido a profundizar su perfil provincial -el Partido Cordobés que promociona el propio gobernador- que a consolidar la apuesta nacional de Scharetti. En una elección que amenaza polarizar entre Milei y el peronismo, la "ancha avenida del medio" a la que apuestan los cordobesistas se torna una lejana utopía.
Si finalmente hay tres o cuatro listas conservadoras en octubre -Hacemos por Córdoba/Argentina, La Libertad Avanza, El Pro, la UCR y/o el Frente Cívico-, se abre una perspectiva interesante para el voto progresistas, que en Córdoba suele orillar entre el 10 y el 15 por ciento. Sería un escenario similar al que se le plantea a Daniel Santoro en CABA, donde podría dar el batacazo el próximo domingo 18.
"El escenario de octubre es una oportunidad para nuestro espacio en Córdoba que, con sus limitaciones, es el único que le votó todo en contra a Milei. Y eso va a tener algún reconocimiento, sabiendo que es un distrito complicado para nosotros", se esperanza Carro.
- Eso si no se refleja la división del peronismo nacional en la provincia...
- Tiendo a pensar que acá no tenemos ese problema porque nadie puede encontrar una diferencia significativa entre Cristina (Fernández de Kirchner) y Axel (Kicillof). Tampoco veo que nadie quiera alinearse con alguno de los dos. Por eso confío en que en Córdoba vamos a hacer una buena elección de medio término.
- ¿Esto incluye a los referentes de Sergio Massa en Córdoba?
- Ellos no participan del kirchnerismo en Córdoba. Tienen su propio espacio. Y si bien es cierto que Sergio Massa fue también nuestro candidato y trabajamos juntos en la campaña, después ellos siguieron su propio camino. Y me da la sensación de que ellos piensan que pueden morder algo del peronismo cordobés y nosotros no estamos en ese plan, somos muy críticos con lo que hace el Gobierno de Córdoba.
- ¿Cómo ves la figura de Natalia De la Sota, que parecen disputarse el cordobesismo y el massismo?
- La veo muy bien, me parece muy piola, en el Congreso pocas veces votó con los diputados de Llaryora; lo hizo más en consonancia con nosotros. Pero también es cierto que cuando vuelve a la provincia no hace ninguna crítica al Gobierno de Córdoba. Para mí es una buena compañera, que ha tenido un gran desempeño en la Cámara, pero tampoco creo que esté en sus planes abandonar el peronismo provincial.
- ¿Se puede repetir en Córdoba el escenario inédito que se vive en CABA en estas elecciones?
- No sé si en el nivel de CABA, que tiene su particularidad. A mí me parece que en Córdoba hay mucha fragmentación ahora, pero que llegado el momento se unificarán estas fuerzas políticas en un espacio paraoficialista: el PRO hoy no mide nada y no me extrañaría que De Loredo termine siendo candidato de La Libertad Avanza y que allí confluyan el PRO y parte del radicalismo. Nosotros en Córdoba tenemos un electorado fiel en la medida en que nuestros candidatos los representen. Si esto se da me parece que vamos a mantener nuestra banca en el Congreso e incluso podremos mejorar un poco nuestra performance electoral histórica.