Matías Centurión no era dirigente ni jugador de fútbol, pero supo moverse en los vestuarios con una sonrisa confiable y un discurso seductor. Mientras cubría los partidos de Estudiantes de Río Cuarto, formó una red de promesas financieras que perjudicó a futbolistas, empresarios y otras personas. Un día de diciembre del año pasado se hizo humo y desapareció sin dejar rastro. Después de casi cinco meses, se entregó voluntariamente a la Justicia. Denunciado por dos mujeres, fue imputado por el delito de estafa. Pero a día de hoy las respuestas siguen sin aparecer.
La última vez que se vio el rostro de Matías Centurión fue el 18 de diciembre de 2024, en el programa de streaming “Imperio Celeste”. A la medianoche, como en los cuentos, pasó a ser un fantasma: desapareció de todos los lugares que solía frecuentar, borró el registro de sus redes sociales, eliminó su número de teléfono, cerró su cuenta de Instagram y aunque su usuario de X sigue disponible, no lo utilizó más. Sólo su TikTok está activado, pero en modo privado.
¿Quién es Matías Centurión?
Centurión estudió en el colegio Galileo Galilei, ubicado en el centro de la ciudad de Río Cuarto. Es fanático de Cristiano Ronaldo (lo tiene tatuado en su brazo izquierdo) y de niño jugaba al fútbol en una de las escuelitas de la ciudad. Su mejor amigo, que prefirió preservar su identidad, lo recuerda como alguien “muy tranquilo y reservado”. “En el colegio era responsable, cumplía”, agrega.
Matías no tiene buena relación con su padre, por eso tanto él como su hermano llevan el apellido de su madre. “Nunca conocí a su familia, no sé ni sus nombres, siempre fue muy reservado e incluso lo llegué a notar como frío”, agrega su amigo. Su cercanía afectiva no alcanzó para que Centurión abriera las puertas de su familia, que a días de su desaparición pidió a la Justicia que averiguara su paradero. Cuando el fiscal Daniel Miralles los citó a declarar, no pudieron aportar ningún dato importante. Nadie sabía dónde se escondía Matías Centurión. Su novia, por entonces, intentó llevar tranquilidad: “El Mati va a volver, no va a cagar a nadie”, escribió en sus redes sociales.
“La última vez que hablamos fue en diciembre del año pasado, dos semanas antes de todo lo sucedido. Él me había propuesto hacer un diseño para hacer un museo en una parte del club. Me servía como experiencia y lo acepté. Estuvimos hablando sobre lo que tenía pensado hacer, lo único que yo les había dicho fue que en ese momento no podía porque estaba con exámenes finales. Pasaron esas dos semanas y justo el día que le hablé para preguntarle qué tenía pensado hacer, desapareció”, rememora su mejor amigo.
El 19 de diciembre era el día previsto para la inauguración del local de bebidas Blend, administrado por los hermanos Centurión. La repentina desaparición de Matías demoró unos días la apertura del local. “La verdad yo no tengo idea de lo sucedido”, se excusó uno de los empleados cuando fue consultado sobre el paradero de su jefe.
Matías siempre fue fanático de Estudiantes. Desde muy chico publicaba y compartía noticias del club en su perfil de Facebook y el año pasado se convirtió en el jefe de prensa del club. Pasaba muchas horas en la institución, seguía los entrenamientos, viajaba a los partidos y disfrutaba de seguir las alternativas desde el campo de juego. También conducía el programa de streaming “Imperio Celeste” junto a Marcelo López Tobares, periodista y fotógrafo del club.
A pesar de que la pretemporada comenzó con la detención del presidente del club y la desaparición de su jefe de prensa, Estudiantes se afianzó en lo futbolístico: de gran campaña, ocupa los primeros puestos de la tabla de posiciones del torneo nacional. Hace seis meses que reina el hermetismo: “Hasta que no se aclare la situación no nos dejan decir nada. No tenía mucha relación con él, solo nos veíamos en el club”, aseguró uno de los trabajadores de prensa antes de que Matías reapareciera.
El mundo cripto
En plena adolescencia, Matías Centurión tuvo su primer encuentro con las criptomonedas. Su amigo de la infancia recuerda que “en el colegio secundario se metió en la Academia Mined, que básicamente es una piramidal. Operaba en España y se llamaba IAM Academy. Después se funde y la traen a Latinoamérica y la llaman Mined. Él se metió en eso y le pegaron una lavada de cabeza. En su momento nos quiso meter a un amigo y a mí en la Academia y le dijimos que no, que era una piramidal”.
Su abogado defensor, Zacarías Ramírez Rigo, dice que Matías no cobraba un salario por su trabajo como jefe de prensa del club.
Pero el joven Centurión tenía un importante sponsor: CryptoDeFi, una plataforma de inversiones basada en el universo de las finanzas descentralizadas (DeFi). Se trata de un modelo emergente dentro del ecosistema cripto, que opera sin intermediarios tradicionales como bancos o entidades financieras. Bajo el lema “multiplicar tu capital con inteligencia digital”, la firma ofrece la posibilidad de generar ingresos pasivos a partir de aportes en dólares o criptomonedas a cambio de rentabilidades altas y rápidas.
Matías Centurión combinaba su rol de jefe de prensa de Estudiantes de Río Cuarto con el de “embajador” de CryptoDeFi en el club.
El joven emprendedor de 22 años era una de las personas más cercanas al presidente Alicio Dagatti. Ambos desaparecieron de escena casi al mismo tiempo: apenas dos semanas después de que Dagatti fuera detenido junto a su hijo y su gerente en sendos y espectaculares operativos policiales, Centurión se hizo humo. “Pensé que estaba involucrado en el asunto de Dagatti. La noticia fue chocante y me impactó porque era del grupo de amigos que me habían quedado del secundario”, comentó su mejor amigo.
El mandamás del club, fue detenido el 4 de diciembre de 2024 acusado de ingresar drogas, alcohol y teléfonos a la cárcel de Bouwer, ubicada a pocos kilómetros de la ciudad de Córdoba y en estos días la imputación se amplió a la comercialización de carne en mal estado. Cuando desapareció Centurión era difícil no vincular su caso con la detención de Dagatti. Pero a pesar de la coincidencia temporal, tanto el fiscal Miralles como el abogado Ramírez Rigo negaron que ambos casos estén relacionados.
La reaparición del fantasma
El paradero de Matías Centurión fue una incógnita hasta el 13 de mayo de este año. Ese día, contra todo pronóstico, se entregó voluntariamente en la Unidad Policial de Banda Norte. Hasta entonces, su cuenta de Tik Tok era la única manera de obtener información sobre sus últimos movimientos, pero era privada. Entre sus cuentas anteriores, que eran públicas, había un patrón con un par de usuarios “falsos” que solo seguían sus tres cuentas (la actual y dos anteriores) y una persona más. Cuando logramos contactar a esa tercera persona accedió a hablar del caso, pero luego dio marcha atrás. “Hace mucho no hablo con Matías, me quedo con lo buena persona que fue conmigo”, se excusó.
Su abogado le hizo llegar un cuestionario de 35 preguntas, pero Matías mandó a decir que por ahora no hablará porque cualquier declaración podría complicar su situación en la causa judicial que tiene abierta. Además de hincha acérrimo del celeste de Río Cuarto, el ex jefe de prensa del Celeste es un reconocido seguidor del presidente Javier Milei y su abogado Ramírez Rigo amenazó con citarlo como testigo. Si el presidente del CriptoGate no está preso, mal podrían mantener encerrado a su cliente, razona el abogado.
“Para mí es una causa más, es una denuncia de estafa”, dice el fiscal Miralles, que le otorgó a Centurión la libertad bajo fianza. Citó a declarar a dirigentes y jugadores del club, pero ninguno dijo haber sido damnificado por Centurión, aunque en el club es un secreto a voces que fueron muchos los que entraron al negocio cripto y nunca recuperaron el dinero invertido. “La gente le dio más revuelo a este caso de lo que realmente tiene. Se investiga una estafa, nada más”, insiste el fiscal, que fijó la fianza del imputado en diez millones de pesos. “Matías está con libertad ambulatoria, se encuentra en su casa pero tiene que ir cada 15 días a la Fiscalía. Desde la defensa queremos trabajar en la inocencia y seguro apelaremos a la falta de méritos en la causa”, insiste su abogado.
Ahora que está libre, Matías Centurión volvió a activar sus redes sociales. Creó una nueva cuenta de Instagram, privada.
Nadie sabe dónde se escondió durante casi cinco meses mientras la Justicia lo buscaba en Paraguay. Su abogado asegura que nunca salió de Río Cuarto, lo que deja muy mal parado al ya devaluado Poder Judicial de la ciudad.
Hoy Matías Centurión está en su domicilio como si nada hubiera sucedido, pero su futuro está en manos de la Justicia. Si no se hubiera entregado, seguiría siendo el fantasma celeste que desapareció de la noche a la mañana. El que se hizo humo delante de toda la dirigencia del club más importante del sur provincial, que mantiene el hermetismo mientras su presidente fatiga despachos tribunalicios de Córdoba capital en el afán de recuperar su libertad.