A menos de quince días de asumir como titular de la Fiscalía de Instrucción número cuatro de Río Cuarto, el fiscal Daniel Miralles dice que la investigación del asesinado todavía impune de Nora Dalmasso será prioritaria. La semana próxima se reunirá con el fiscal general de la Provincia, Alejandro Moyano, para pedirle que le asigne dos sumariantes que se dediquen en forma exclusiva a la causa. Mientras tanto, ya tomó su primera medida procesal: envió un oficio a la División Procesamiento de Comunicaciones de la Policía de Córdoba para que analice el historial de los celulares mencionados en las escuchas telefónicas, que pertenecerían a Miguel Rohrer (a) “El Francés” y/o a quien era su mano derecha en la multinacional Del Monte Fresh, Ricardo Araujo.
Como anticipó en forma exclusiva esta revista (http://revistaelsur.com.ar/nota/134/Se-cae-la-coartada-del-frances), las escuchas telefónicas llegaron a la causa de casualidad: Senestrari ordenó revisar el material de una vieja causa de presunto espionaje contra un dirigente de Derechos Humanos de Córdoba y se percató de que el material podría ser sensible para el caso Dalmasso.
En la intervención telefónica ordenada en 2007 por la Justicia Federal, agentes de la SIDE intercambian información con los investigadores de la Policía Judicial abocados al caso Dalmasso (http://revistaelsur.com.ar/nota/136/Buenos-negocios), que transitaba sus primeros pasos en la sinuosa investigación que llevó adelante el fiscal Javier Di Santo, finalmente apartado del expediente por “inacción” en abril del año pasado.
Entre otros datos relevantes para la investigación, las escuchas telefónicas demostrarían que Miguel Rohrer, más conocido como “Michel” o “El Francés”, habría estado en Río Cuarto el fin de semana que fue asesinada Nora Dalmasso en su coqueta vivienda del barrio Villa Golf (http://revistaelsur.com.ar/nota/137/Donde-estuvo-el-frances-la-noche-del-crimen). La supuesta presencia del “francés” en las inmediaciones del crimen quedó asentada en la causa, como lo prueba un informe firmado por el detective Ariel Alejandro Llanos, del Centro de Investigación Criminal de la Policía Judicial de Córdoba, incorporado al expediente el cinco de enero de 2007, a menos de dos meses del asesinato de Nora Dalmasso.
El informe de la Policía Judicial es concluyente: el número de teléfono investigado estaba “a nombre del señor Miguel Rohrer” y formaba parte de una flota de 17 líneas corporativas utilizadas por la multinacional Del Monte Fresh, de la que el “francés” era presidente en Argentina. Según el análisis de las celdas aportado por la empresa CTI de los días viernes 24 y sábado 25 de noviembre de 2006, el celular del “francés” estuvo en un área que incluye las ciudades de Coronel Baigorria, La Carlota y Río Cuarto. Es más, el informe apunta que “esta antena posee un espectro de hasta 80 kilómetros de radio, lo cual también toma las señales de la localidad de Las Acequias, donde se encuentra ubicada la estancia Cacique Bravo, de propiedad de Miguel Rohrer. Surgiendo de acuerdo al análisis de los mencionados registros que el aparato telefónico en cuestión se encontraba a las 21:03:11 en la localidad de Las Acequias”.
El informe es categórico: ubica el celular de Rohrer en las inmediaciones de Río Cuarto el fin de semana que asesinaron a Nora Dalmasso. El dato fue incorporado a la causa mientras desde la usina de rumores que operaba en el estudio jurídico de Daniel Lacase –vocero del viudo Marcelo Macarrón- se atribuían decenas de amantes a la víctima, a quien su propio marido “perdonó” públicamente en una bulliciosa conferencia de prensa realizada el 5 de diciembre de 2006 en el Hotel Opera, flanqueado por su vocero y su hijo Facundo Macarrón, por entonces menor de edad.
¿Qué pasó con el sospechoso Rohrer? Fue citado a declarar como testigo el 12 de enero de 2007 ante el fiscal Fernando Moine (que reemplazó a Di Santo, de vacaciones) y brindó una increíble coartada que lo ubicaba en Buenos Aires y de la que daban fe su familia, la novia de su hijo, su empleada doméstica y algunos tickets de combustible que curiosamente había preservado la fatídica noche del viernes 25, en la que dijo haber faltado a una cena porque pinchó una rueda, quedó atascado en un embotellamiento de tránsito y recorrió tres estaciones de servicio para cargar combustible.
La actitud de Moine durante la declaración de Rohrer, por entonces uno de los principales sospechosos de haber sido “amante” de Nora Dalmasso, habría sido avalada por dos policías –especialistas en analizar comunicaciones telefónicas-, que habrían relativizado el informe aportado por la Policía Judicial. Esos mismos policías fueron imputados tres años después en otra causa por la fiscal federal de Córdoba Graciela López de Filoñuk, que los acusó de “falsedad ideológica” por adulterar oficios judiciales para obtener sábanas telefónicas de manera ilegal (http://revistaelsur.com.ar/nota/137/Donde-estuvo-el-frances-la-noche-del-crimen).
De las escuchas telefónicas se desprende que, a días de cometido el homicidio de Villa Golf, la SIDE puso bajo la lupa el fideicomiso de inversión agropecuaria “San Bartolomé”, donde Rohrer habría tenido importantes acciones. Sospechaban que Marcelo Macarrón sería el encargado de lavar el dinero del “francés” y que esa actividad explicaría sus frecuentes viajes a Uruguay.
Según los servicios de inteligencia, Rohrer tenía depositado a título personal seis millones de pesos/dólares en ese fondo de inversión. “Esta chica (por Nora Dalmasso) se habría enterado que lo estarían usando a Macarrón como que estaba no te digo lavando dinero o algo por el estilo, pero a través de Macarrón, entonces la mujer se entera y se pone loca y el grupo habría dicho mirá negro, encargate de este tema, solucionalo”, dice textualmente una de las conversaciones telefónicas transcriptas por la Justicia Federal de Córdoba.
Además de certificar que el celular del “francés” –que éste atribuyó “espontáneamente” a su mano derecha, Ricardo Araujo- habría estado en Río Cuarto la noche del crimen, los espías mencionaron en sus conversaciones la existencia de un testigo que habría visto esa noche a Rohrer en una vivienda ubicada a 150 metros de la casa de Nora Dalmasso.
Con este caudal probatorio, el ADN del presunto asesino, la autopsia psicológica y otras pruebas relevantes incluidas en los 23 cuerpos del voluminoso expediente, el nuevo fiscal del caso Dalmasso se muestra decidido a avanzar en la dilucidación del crimen de mayor repercusión mediática en la historia de Río Cuarto, que en noviembre cumplirá una década de impunidad.
Egresado de la Universidad Nacional de Córdoba, Miralles ingresó en al año 2000 como sumariante a la Justicia de Huinca Renancó, tras haberse desempeñado como juez de faltas municipal. Fue cinco años prosecretario del fiscal Walter Guzmán hasta ser designado Ayudante Fiscal en barrio Alberdi. Recién ascendido a fiscal de instrucción, dice ser consciente que afronta su mayor desafío profesional: demostrar que la Justicia de Río Cuarto es capaz de dilucidar el cobarde homicidio de Nora Dalmasso y encarcelar a su/s asesino/s.