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Accastello se posiciona como alternativa de poder
El tercero en discordia
Por | Fotografía: Internet.
Foto: Eduardo Accastello crece en las encuestas.
Por primera vez en doce años, el kirchnerismo cordobés plantea una alternativa con expectativas reales de terciar en la disputa por la gobernación. La candidatura de Eduardo Accastello es fruto de una historia de seducción y traiciones mutuas que parecen haber llegado a su fin
Publicada el en Crónicas

El nacimiento del kirchnerismo como fuerza política se dio en un momento de resquebrajamiento institucional. En Córdoba, el delasotismo llegó al gobierno gracias a los errores y horrores de las administraciones radicales de Eduardo Angeloz y Ramón Mestre. Con base en el PJ, De la Sota aglutinó varias expresiones políticas de centro derecha en el frente Unión por Córdoba y terminó con la hegemonía radical en la provincia en las elecciones de 1999.

Cuando el kirchnerismo llegó al poder en 2003, la identidad partidaria primó sobre las diferencias políticas y se acordaron listas “consensuadas” de candidatos para las elecciones legislativas de 2003 y 2005.  Así  llegaron al Congreso Nacional dirigentes como Roberto Urquía, Alberto Cantero, Haide Giri, Patricia Vaca Narvaja y Eduardo Accastello.

Luego del año 2005, con la pelea entre Kirchner y Duhalde como telón de fondo, las piezas del peronismo mediterráneo empezaron a acomodarse de manera distinta. El kirchnerismo buscó adhesiones en diferentes sectores políticos y sociales, relativizando al PJ como obligado eje convocante. Era el tiempo de la transversalidad kirchnerista.

El año 2007 mostró los primeros signos de ruptura. Con el proyecto transversal de Néstor Kirchner en pleno auge, Luis Juez (peronista de origen, fundador de su propio partido en 2003 y devenido intendente de la ciudad de Córdoba tras el tsunami Kammerath) fue uno de los elegidos para encarnar el ideario kirchnerista en la provincia. Pero en tiempos electorales tuvo, en tiempos de electorales, otra expresión surgida del mismo movimiento. Ese otro sector del kirchnerismo, referenciado por el ex basquetbolista Héctor “Pichi” Campana, se sumó a la fórmula con Juan Schiaretti. Juez, para no ser menos, sumó al binomio al por entonces radical “K” Benigno Rins.  

La política kirchnerista de poner los huevos en distintas canastas colapsó cuando Juez perdió con Schiaretti por estrecho margen y denunció fraude. Al no encontrar el eco esperado en la Casa Rosada, el verborrágico líder del Frente Nuevo rompió lanzas definitivamente con el kirchnerismo. 

El conflicto con “el campo” por la célebre Resolución 125 terminó de dividir las aguas entre el PJ cordobés y el kirchnerismo. El gobierno de Juan Schiaretti se encolumnó con las patronales agropecuarias y congeló la relación entre las administraciones nacional y provincial.

Kirchner se hizo fuerte en la estructura del PJ nacional para apuntalar la gestión de su esposa y terminó renunciando a la transversalidad. En las elecciones legislativas del 2009 el kirchnerismo puso a sus referentes más fuertes en listas, pero el propio ex presidente perdió en la provincia de Buenos Aires. En Córdoba, el kirchnerismo obtuvo poco más del diez por ciento de los votos. Pese a la derrota y el deshonroso cuarto lugar, fue la primera experiencia solitaria del Frente para la Victoria, que muchos imaginaron como el comienzo de la construcción de una nueva fuerza.

Néstor Kirchner murió en octubre de 2010. Cristina Fernández anunció que buscaría su reelección. Lo propio hizo en Córdoba José Manuel De la Sota. El kirchnerismo, que sumó referentes territoriales en todo el país, en Córdoba decidió no impulsar una lista propia, facilitando la continuidad del proyecto de Unión por Córdoba.  Para las elecciones nacionales, en cambio, presentó su propia lista de candidatos a diputados nacionales.

El kirchnerismo debía competir con los candidatos de la lista de Unión por Córdoba –o del flamante “cordobesismo”-, que se presentaba sin referencias nacionales claras. En esa elección, que marcó el debut de las PASO (Elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias) en el país, la lista del Frente para la Victoria se alzó con el 35 por ciento de los votos, mientras la de Unión por Córdoba, encabezada por el inefable Carlos Caserio, arañaba el siete por ciento.

Ante el pronóstico de una segura derrota en las urnas, el delasotismo decidió retirar su lista. Un lacónico comunicado del PJ expresaba: "El peronismo de Córdoba decide hoy ser quien da un paso importante en el camino de la mejor relación entre la Provincia y la Nación para los próximos 4 años. Lo hacemos con enorme optimismo y con la alegría que significan los gestos del Gobierno Nacional y un renovado espíritu de superación que la mayoría de los argentinos sentimos de parte de la Presidenta".  La capitulación delasotista hizo que la lista del Frente para la Victoria fuera la única expresión del peronismo cordobés.

El tercer mandato de De la Sota en la Provincia terminó de dividir las aguas entre el Frente para la Victoria y Unión por Córdoba. Las aspiraciones presidenciales del gobernador lo llevaron a adoptar una postura de permanente enfrentamiento con el gobierno nacional. Las elecciones legislativas del 2013 repitieron el esquema del 2009, aunque el margen de Unión por Córdoba se hizo aún más estrecho. Como contrapartida, el kirchnerismo se mostró como una opción electoral consistente y obtuvo dos bancas en el Congreso Nacional (Scotto y Gil).

De cara a las próximas elecciones, todo parece confirmar esta última tendencia. Con De la Sota lanzado al escenario nacional y Schiaretti buscando su segundo mandato, el villamariense Eduardo Accastello encabeza la fórmula del Frente para la Victoria, que en Córdoba lleva el nombre de Córdoba Podemos. Por primera vez, en poco más de 12 años de existencia, el kirchnerismo logra unificar sus filas para presentar una alianza amplia que le permita poner en jaque a la hegemonía de Unión por Córdoba en la provincia mediterránea.  Ante el estancamiento de Schiaretti y la división de la oposición, las encuestas indican que ésta sería la primera vez que un candidato kirchnerista tiene chances reales de terciar en la disputa por la gobernación.

César Martín Pucheta
- Periodista -