La última esperanza del abogado de Marcelo Macarrón acaba de desvanecerse: el Ceprocor le informó al fiscal Daniel Miralles que el pelo hallado en el cuerpo de Nora Dalmasso no pertenece a Miguel Rohrer, alias "el francés", con lo que el viudo de la víctima sigue siendo el único imputado que dejó su huella genética en la escena del crimen.
El informe del Ceprocor -del que hoy informa el diario Puntal de Río Cuarto- hace caer la estrategia de Marcelo Brito, que desde que imputaron a Macarrón padre –ya había defendido su hijo Facundo- intentó sembrar sospechas sobre el (ex) amigo íntimo de la familia de su cliente. Pero el resultado del examen de ADN excluye a Rohrer de la escena del crimen y vuelve a encaminar el caso hacia la postergada concreción de un juicio oral y público con jurados populares, que tendrá al viudo Marcelo Macarrón sentado en soledad en el banquillo de los acusados.
El juicio podría realizarse durante la segunda mitad de este año, aunque no se descarta que Brito pida nuevos cotejos de ADN con el pelo al que se aferra como única tabla de salvación. Es bueno aclarar que no se trata de un vello púbico –como dijo engañosamente el abogado del viudo-, sino de un cabello, que bien podría pertenecer a un eventual cómplice del viudo o a alguno de los múltiples curiosos que la noche del crimen se asomaron con total impunidad al cuarto donde yacía el cadáver de la víctima y que no fueron incluidos en las muestras de ADN pedidas oportunamente por Di Santo y el propio Miralles.
Lo más probable es que el juicio se realice después de las elecciones de octubre, para evitarle al casi seguro candidato de Unión por Córdoba, José Manuel De la Sota, la incomodidad de tener que dar respuestas sobre un crimen cometido durante su segundo mandato al frente de la Provincia. Es que a lo largo de una década de impunidad quedó en evidencia la inoperancia/connivencia/complicidad de un Poder Judicial incapaz de investigar a los poderosos, pero también el lado oscuro de una fuerza policial que se mostró ineficiente para develar un homicidio cometido en el corazón de uno de los barrios más exclusivos de la capital alterna de la provincia. Sin mencionar que algunos de sus protagonistas –como el comisario Rafael Sosa- tendrían que responder luego a graves acusaciones sobre su presunta connivencia con el narcotráfico y el crimen organizado.
Esta semana, el fiscal Daniel Miralles dijo que espera el análisis virtual de la reconstrucción del crimen de Nora Dalmasso que pidió a la Policía Judicial de Córdoba para cerrar el último de los requerimientos de prueba que están pendientes. Ya tiene lo oficios de Uruguay –que confirmarían la ventana horaria que compromete al viudo- y el ADN que excluye al “francés” de la escena del crimen.
La hipótesis que maneja el fiscal acusa a Marcelo Macarrón de haber asesinado a su esposa la madrugada del sábado 25 de noviembre de 2006, para lo cual habría viajado en avión desde Uruguay, cometido el crimen y regresado a culminar su participación en un torneo de golf, en el que obtuvo el primer trofeo de su vida. Si bien en la causa hay elementos para investigar posibles complicidades y encubrimientos, el fiscal parece decidido a que esos aspectos se ventilen durante el proceso oral para evitar la posible prescripción de la causa. Considera que, a más de una década del homicidio, es poco lo que queda por hacer en una instrucción viciada de parcialidad y negligencia por un fiscal –Javier Di Santo- que decidió abandonarla tras haber sido denunciado por su inacción por el Observatorio de Derechos Humanos de la UNRC.