Hace diez años que un grupo de periodistas y fotógrafos cubrimos para distintos medios o en forma independiente los juicios de lesa humanidad en Córdoba. A lo largo de los ocho procesos orales desarrollados en esta provincia, en el espacio de la sala de prensa de Tribunales Federales aprendimos unos de otros y compartimos debates enriquecedores sobre el terrorismo de Estado, el proceso histórico de su juzgamiento y el efecto de esa experiencia en el presente y futuro de la sociedad argentina.

Durante ese tiempo común de trabajo,

…hemos visto a las víctimas, sus familiares y militantes de los organismos de derechos humanos lograr por fin una respuesta institucional a su lucha por memoria, verdad y justicia sostenida durante décadas.

…hemos escuchado a los sobrevivientes y testigos dar ante los jueces un testimonio de dolor, dignidad y coraje, contra todos los estigmas y prejuicios, y a pesar de la amenaza que pesaba sobre ellos a partir de la segunda desaparición de Jorge Julio López.

…hemos presenciado las condenas a los autores de aberrantes crímenes que ofenden a toda la humanidad por el solo peso de las pruebas, y también hemos visto salir a la luz de la Justicia, de la sociedad toda, cada una de las historias de las miles de víctimas que fueron devoradas por la oscuridad, pero que tuvieron una vida, un nombre, razones y sentimientos.

...hemos verificado que los tribunales de la democracia han respetado a rajatabla las garantías constitucionales y el derecho a defensa de los represores acusados, quienes ni siquiera les permitieron a sus treinta mil víctimas el derecho a una muerte y sepultura dignas.

…hemos revivido atrocidades inimaginables, secuestros, saqueos, torturas, violaciones, reducción a servidumbre, asesinatos y desapariciones, en nombre de un extraño patriotismo compatible con la destrucción y entrega del patrimonio nacional y con el hambre del pueblo; en nombre de una civilización occidental y cristiana compatible con la aniquilación de los derechos, la dignidad y la vida del prójimo.

…hemos asistido al derrumbe del negacionismo, el pretexto de los “excesos” y la teoría de los “dos demonios”, demolidos por la paciente y profunda investigación que fiscales y querellantes llevaron adelante hasta alcanzar justicia y verdad.

…hemos sentido el efecto reparador y sanador que la justicia tiene en las miles y miles de familias azotadas por el terrorismo de Estado, que todavía esperan que los victimarios rompan el pacto de silencio para decirles dónde están los restos de sus desaparecidos y a quiénes fueron entregados aquellos niños robados. Ni las víctimas ni sus familiares ejercieron jamás la justicia por mano propia. Tan importante ha sido la expectativa por una justicia democrática, que algunos –como Emilia Villares D’Ambra– recién se permitieron morir tras haber asistido a la sentencia.

…hemos comprendido que el plan sistemático de exterminio de opositores políticos fue perpetrado por una dictadura cívico-militar-eclesiástica, con mandantes y cómplices de los grupos de poder empresarial, clerical, judicial, político y mediático, a quienes todavía falta juzgar.

…hemos compartido el orgullo de ser ciudadanos del único país del mundo que, con sus propias leyes y sus propios jueces, llevó a juicio a quienes usurparon el Estado y cometieron crímenes contra la humanidad, como un requisito indispensable para la construcción de una verdadera democracia.

…hemos dedicado nuestro trabajo a la finalidad de que el pueblo argentino pueda saber y entender lo que pasó, para que Nunca Más vuelva a ocurrir.

Por eso, decimos:

-NO al beneficio del 2x1 a los condenados por crímenes de lesa humanidad.

-NO a la reconciliación sobre la base de la impunidad.

-Memoria, Verdad y Justicia.

(Firman el documento: Ana Mariani – Marta Platía – Alexis Oliva – Katy García – Aldo Blanco – Orlando Ocampo – Agostina Parisí – Jorge Vasalo – María Laura Villa – Mechi Ferreyra – Mónica Ambort – Delia Galará – Alejandro Mareco – Nicolás Castiglioni – Waldo Cebrero – Gustavo Vaca Narvaja – Lucía Galará – Emiliano Peña Chiappero – María Teresa Macello – Julia Parodi)