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Los espíritus de Isabel Allende
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Una lectura de La Casa de los espíritus, Eva Luna y Paula, trilogía consagratoria de la escritora chilena Isabel Allende, una de las mayores exponentes del realismo mágico latinoamericano.
Publicada el en Libros

La casa de los espíritus, de Isabel Allende, publicada por primera vez en 1982, es uno de sus libros más identificables con el movimiento del realismo mágico, que se expresa en la capacidad innata de los personajes para predecir el futuro, hablar con espíritus y hasta mover objetos con la mente. Al mismo tiempo, describe la realidad más cruda, que se desata sobre la familia protagonista: la dictadura militar chilena, con Pinochet a la cabeza, es descripta a la perfección con el rigor histórico y la precisión de quien lo vive en carne propia.

La novela narra la vida de una familia que es atravesada por las desgracias que vive su país tanto a nivel climático, como político, económico y social. La mirada de la autora, afectada por la dictadura militar, nos propone analizar las bases de la sociedad, las ambiciones más bajas del ser humano y las miserias que se desatan en la búsqueda del poder absoluto. Nos muestra un pueblo que pensó en la revolución, en el fin del conservadurismo, la derecha y los privilegios e intentó llevarlo a cabo de la mejor manera posible. Pero se enfrentó con el peso y el rigor de los intereses de los más acaudalados, que comenzaron a sabotear a su propio país para que se desatara el caos, el miedo, la angustia y finalmente el terror. En la interpretación atenta está la clave de un mecanismo de acción que se dio en todos los países latinoamericanos que fueron víctimas de golpes y terrorismo de Estado.

Isabel Allende nos invita a pensarnos en nuestras acciones cotidianas, en aquellos pequeños hechos que pueden desencadenar odios profundos, transmitidos de generación en generación. Y nos propone trabajar en la comprensión y el conocimiento del pasado para lograr un presente feliz y un futuro mejor para nosotros y nuestros descendientes.

La novela fue llevada al cine en 1993, con un elenco excepcional y muy buena crítica. Pero el libro sigue siendo superior por su riqueza narrativa. Sencilla, emotiva, sus recursos literarios son utilizados con excelencia y expresa los aspectos propios del realismo mágico en cada capítulo, a lo que suma una variedad de personajes con historias particulares y espléndidas, referencias históricas, guiños de humor y análisis social. 

Los cabellos particulares y los poderes psíquicos de las mujeres atrapan al lector desde la primera página, los hacen explorar sus propias emociones y los dejan con un renovado entusiasmo por la vida, nacido de las entrañas de nuestra esencia como seres humanos.

Eva Luna

Esta novela, escrita en 1987, narra la vida de una joven que tuvo que afrontar problemas terribles y encontrar la manera de salir adelante en un país dormido en los antiguos preceptos y costumbres machistas, convulsionado por la revolución y las nuevas corrientes de pensamiento.

Eva Luna es hija de la casualidad, de una relación romántica de una noche que quedó en el recuerdo familiar por su rareza. De niña debió padecer la pobreza y el trabajo más duro para ganarse la vida, vivió en la calle, donde conoció todo tipo de personajes extraordinarios, mudó su corta vida de pueblo en pueblo buscando el sentido a su existencia, siempre abrazada al arte de la escritura como único sostén espiritual.

En la novela abundan los elementos mágicos, los personajes traídos del centro del Congo y de los antepasados de América, los rituales, las danzas tradicionales, los embrujos de mente y alma y un entendimiento de la esencia de las personas más diversas. Increíble en sus recursos literarios, en la introducción de un relato dentro de otro, rasgo característico de la escritura de Isabel Allende, y una visión positiva sobre el mundo, aferrada a la vida a pesar de las circunstancias.

La obra tiene una continuidad con el libro “Cuentos de Eva Luna”, que profundiza en las costumbres del Chile poscolonial, en la vida de personajes comunes llevados en la memoria por sucesos extraordinarios de los que participaron por culpa del azar o del destino, siempre marcados por la pobreza, el olvido, los prejuicios o el dogma de la religión católica y las buenas costumbres, similares a los observados en las obras de García Márquez.

Paula

La novela fue publicada por primera vez en el 1994. Narra, de manera autobiográfica, la enfermedad y muerte de la hija de Isabel Allende. Comienza como una carta hacia Paula, que se encuentra en coma tras un ataque de la enfermedad que portó toda la vida: porfiria. La narración va alternando entre los relatos de los antepasados de la familia Allende, con su cuota de historia, política y realismo mágico, y los sucesos relacionados a la enfermedad, los momentos de esperanza y resignación propios de una madre que espera un desenlace fatal.

La narración en primera persona le aporta la calidez y emotividad necesaria para ponerse en el lugar de la protagonista y su situación. Los recursos literarios muestran una obra absolutamente realista por momentos, en las escenas que describen los pesares, las consultas médicas y los desgarradores estados de la protagonista cuando comprende que el final está cerca y que sólo queda aceptarlo. En otras partes, los recursos se vuelcan hacia lo mágico -tan característico de sus narraciones anteriores-, con la capacidad de los personajes de hablar con espíritus, realizar peripecias nunca vistas, volver de la muerte por pura casualidad o llevar adelante rituales familiares que terminan en tragedias. Vuelven a aparecer en escena personajes singulares, al modo de La Casa de los Espíritus, marcados por designios divinos, influenciados por las circunstancias políticas del país en el que viven, revolucionarios, diferentes, orgullosos, artistas de la vida.

 La autora analiza el gobierno de Salvador Allende y la situación social, política y económica de su país durante la dictadura. A su vez, lleva adelante una catarsis personal a través de las palabras, hace crecer la figura femenina protagonista, luchadora, fuerte, invencible ante las adversidades y capaz de destruir estereotipos. Nos muestra el lazo indisoluble entre madre e hija, la conexión astral, la magia de llevar vida en el vientre y el dolor de entregarla de nuevo a la tierra, sin más consuelo que el de su tranquilidad en otro plano.

Sin dudas, una de sus mejores novelas, porque nos permite observar su alma desnuda y desvalida, y en las mismas condiciones la de su país de origen, convaleciente y destrozado durante muchos años.

La obra de Isabel Allende nos permite pensar en la importancia fundamental de la comprensión y el conocimiento del pasado para construir un presente sano y proyectar un futuro prometedor. Un mensaje valioso para los habitantes de la sufrida América Latina que padecen la devastación producida por la derecha conservadora. Cuando algunos todavía pregonan sin vergüenza que “con los militares estábamos mejor”, nos damos cuenta de todo lo que nos falta como sociedad para comprender íntegramente nuestro pasado. Está en cada uno de nosotros observar para atrás para mirar a los ojos al futuro y decirle “bienvenido, te recibo de pie, porque nunca me dejé someter por nadie”. Una lección que Isabel Allende supo transmitir en sus obras.    

Danisa Andrea Pérez
- Profesora de Lengua y Literatura -