El ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta, ratificó que la prioridad del gobierno es la preservación de la salud ante la pandemia de coronavirus que afecta prácticamente todo el territorio nacional. Lo hizo durante un conversatorio virtual realizado con la comunidad educativa de Río Cuarto y la región, en el que se mostró cauto sobre la vuelta de los estudiantes a las aulas. Admitió que la pospandemia dejará un escenario de mayor pobreza y desigualdad social y anunció que trabajará para reducir la brecha digital en las distintas escuelas del país.
Del conversatorio “La educación pública, desafíos y transformaciones pendientes” participaron el intendente Juan Manuel Llamosas, el rector de la Universidad Nacional de Rio Cuarto, Roberto Robere, el intendente de Las Acequias, Gastón Tomattis , los dirigentes gremiales Guillermo Ashworth, Zulema Miretti y Richard Ordoñez -de AGD, UEPC y SADOP respectivamente-, los ex rectores Alberto Cantero y Marcelo Ruiz, funcionarios, legisladores, concejales y referentes del área educativa de la ciudad y la región. En horas del mediodía, la actividad fue declarada “de interés legislativo, educativo, cultural y social” por el Concejo Deliberante de Río Cuarto.
“Añoro las dificultades que tenía la Argentina cuando asumimos en diciembre”, dijo Trotta, quien fuera uno de los coordinadores de los equipos técnicos del Frente de Todos durante la campaña electoral que llevó a Alberto Fernández a la Presidencia. Precisó que el macrismo destruyó 160.000 puestos de trabajo solamente en el sector industrial y contrajo la mayor deuda externa que se registre en la historia del país. “Nosotros estábamos preparados para afrontar esa situación, que era realmente difícil, pero encima vino la pandemia y complicó aún más el escenario”, admitió el funcionario.
Trotta lamentó que durante el gobierno de Cambiemos se interrumpiera el programa Conectar Igualdad, que proveía de computadoras a los estudiantes de los sectores más vulnerables. Y dijo que el retroceso económico y social de esos años fue de tal envergadura que hubo que cambiar drásticamente las prioridades de gestión: “Los millones de pesos que en algún momento invertimos en la compra de netbooks para reducir la brecha digital ahora tuvimos que invertirlos para la compra de alimentos: 70.000 millones de pesos -que equivalían en su momento a mil millones de dólares- invirtió este gobierno para poner en marcha un plan para combatir el hambre en la Argentina”.
El funcionario reivindicó lo realizado en materia educativa durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner y convocó a retomar la senda de aquellas políticas de Estado para “seguir construyendo el país que construimos hasta el 2015”. Reivindicó las leyes de financiamiento educativo –“que llevaron a destinar en su momento el 6% del PBI a Educación”- y la ley de educación técnico profesional, que potencia la enseñanza técnica en las escuelas. Ambas leyes -advirtió- fueron ignoradas por los ministros cambiemitas Alejandro Finocchiaro y Esteban Bullrich, que en cambio “desfinanciaron la escuela y se pelearon con los maestros”.
Trotta admitió que llevará tiempo reconstruir el sistema educativo y pidió constancia, planificación y compromiso para revertir la situación actual. Reivindicó la Educación Sexual Integral como herramienta imprescindible para romper viejos paradigmas patriarcales y se comprometió a reducir la brecha digital con la compra y entrega de nuevas computadoras a los estudiantes de los sectores más vulnerables.
“Acá no hay contradicción de personas, sino de ideas”, apuntó para diferenciar claramente las políticas educativas de este gobierno de las de Mauricio Macri. “Nosotros no somos los que confrontamos con las universidades; nosotros somos los que construimos universidades”, graficó.
El encuentro virtual se extendió poco más de una hora y fue transmitido en directo por el canal de televisión de la UNRC. Al término de su disertación, Trotta respondió preguntas de los dirigentes gremiales de AGD, UEPC y Sadop, quienes plantearon la necesidad de mayor presupuesto educativo y acciones concretas para mitigar la desigualdad social y el deterioro edilicio que produjeron los últimos cuatro años de neoliberalismo, agravados por el impacto económico y social de la pandemia.