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"Emilio", de Adrián Demasi
Las desventuras del soldado Coleman
Foto: Adrián Demasi sorprende nuevamente a sus lectores con una novela atrapante, de fuerte contenido histórico.
En su tercera novela, el autor relata una dolorosa historia de amor contextualizada en los primeros años del peronismo, con la masacre de Rincón Bomba y la persecución de aborígenes pilagás como telón de fondo.
Publicada el en Libros

Emilio Coleman, un joven humilde, seductor y enamoradizo, es convocado a cumplir con el servicio militar obligatorio. Transcurre la década del ´50 y el sorteo lo lleva a la calurosa provincia de Formosa, donde por esos días se perpetra la masacre de Rincón Bomba, que deja el luctuoso saldo de decenas de víctimas entre la comunidad del pueblo originario Pilagá. 

Poco antes de abordar el tren que lo llevará a ese norte pegajoso y desconocido y lo sumergirá en la tragedia de la represión y la caza de aborígenes, el joven conscripto Coleman concurre a un baile popular, donde conoce al amor de su vida, una tímida costurera que sucumbe al llamado del corazón y le promete esperarlo el tiempo que sea necesario. 

La postal de la apasionada despedida en la estación de trenes cruzará transversalmente la atrapante historia en la que Adrián Demasi, destacado periodista y escritor de Río Cuarto, sumerge a los lectores en su libro “Emilio. Un hombre solo no vale nada”. Se trata de su tercera novela publicada en esta década prolífica, luego de “Las manías de Eduardo” (2012) y “La revolución de los cansados” (2016). A las que hay que sumar además las publicaciones realizadas por el autor en el género humor: su opera prima “Cómo vivir sin ellas – Guía para hombres separados” (2009); y los dos libros en coautoría con Jericles: “Crónicas amarillas” (2001) y “Relatos fronterizos” (2019).

En esta nueva ficción, Demasi rinde un sentido homenaje a su padre -en quien está inspirado el libro, según la sentida dedicatoria a su nieta- y a la memoria colectiva que habita naturalmente el relato de los viejos. Así como la mirada del conscripto Coleman trasluce el asombro juvenil ante un país convulsionado, fascinante y contradictorio, otro país renace con dolorosa y candente actualidad en los vívidos recuerdos del viejo Emilio. Sus recuerdos afloran en improvisadas conversaciones con sus pares en el hogar de ancianos donde pasa sus días, deleitando a sus ocasionales contertulios con sus desventuras de juventud. Las intermitentes intervenciones de los ancianos que lo escuchan muestran la veta humorística del autor, que introduce delicadas ironías que muestran el desparpajo y el sarcasmo de quienes saben que transitan el ocaso de su existencia.

Los recuerdos de Emilio, el personaje central de la novela, nacen y se bifurcan en Edelma, la mujer que lo deslumbra y pasa a ser el centro de su existencia. La novela se nutre de esa historia de amor que -como sugería Ricardo Piglia- se transforma casi naturalmente en la crónica de un viaje, un recorrido de final incierto que Emilio emprenderá una y otra vez para recuperar el amor perdido, pero sobre todo para buscar su/la verdad, para (re)encontrarse con un destino que parece tan esquivo como inminente.

En la larga crónica del encuentro -y, sobre todo, del desencuentro- entre Emilio y Edelma afloran personajes emblemáticos que alimentan el contradictorio devenir de la política nacional. Como el teniente primero Villegas Coy, prototipo del militar argento capaz de buscar con la misma pasión el histórico sable del general José de San Martín que a los aborígenes que lograron sobrevivir a la masacre de Rincón Bomba. El militar, otra figura central en la novela, encarna tanto el deseo de reprimir y sojuzgar indígenas en nombre del ser nacional como la (in)sana costumbre de humillar a sus propios subordinados para imponer los principios rectores de patria, familia y propiedad. También aparecen otros personajes entrañables como don Obdulio, un septuagenario dedicado a la comercialización de madera, que disfruta de la compañía silenciosa de una india pilagás hasta que su muerte lo lleva a compartir penas con Emilio en calurosas conversaciones bien regadas con caña.

Desde el momento mismo en que el joven Coleman se entrega a los primitivos juegos de seducción de una aborigen pilagás, su destino parece sellado. La venganza de Villegas Coy –“propietario” de la india y dueño momentáneo del destino de Emilio-, desencadenará una historia cruenta y despiadada que irá en paralelo con la inestabilidad institucional, los golpes cívico militares y la irrupción del terrorismo de Estado, en una metáfora brutal de la tragedia nacional, un sinuoso camino plagado de violencia, traiciones, ausencias y desencuentros.

Poco a poco Emilio comprende la intrincada trama del siniestro plan urdido en torno suyo, pero develar la verdad no es suficiente, porque la luz del conocimiento parece llegar  irremediablemente tarde. ¿Acaso es posible (re)escribir la (otra) historia? ¿Se puede torcer -o reencausar- el destino? El autor deja que la respuesta quede en manos del lector que, a esa altura del relato, subyugado por el vértigo de un final imprevisible, avanza compulsivamente por las páginas de “Emilio” hasta descifrar el enigma.

 

Emilio. Un hombre solo no vale nada, de Adrián Demasi.

Editorial Dunken, Buenos Aires, 2020, 11 páginas.

Hernán Vaca Narvaja
- Periodista y escritor -