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#RíoCuartoVota
De campaña en pandemia
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De los ocho espacios políticos que disputan el Sillón de Mójica, sólo dos candidatas son mujeres. La agenda de género y los jóvenes son los grandes ausentes de la campaña. El desplazamiento de los medios de comunicación social y la disputa en las redes sociales
Publicada el en Reflexiones

Se acercan las elecciones municipales y mucho se ha dicho. Desde estas líneas sumamos algunas reflexiones para profundizar el análisis de la relación entre la sociedad y sus formas de representación, la democracia, su dinámica local y los modos de adherir a un rumbo determinado. Ocho espacios políticos postulan candidatos para ocupar el sillón de Mojica y llegar al Concejo Deliberante para conducir los destinos de la ciudad.

Si pidiésemos un análisis político de este escenario a una inteligencia artificial o a una red de neuronas con capacidad de procesar toda la información digital de la ciudad -los teléfonos móviles y las computadoras o dispositivos con conexión a internet-, ¿qué requisitos pediríamos para establecer algoritmos que establezcan criterios de análisis?

Hay un primer plano cuantitativo obvio, la cantidad de habitantes empadronados para participar en el acto eleccionario (poco más de 135 mil), algún criterio de segmentación por barrio, edad, género, nivel de ingresos, afiliación política, las dinámicas de empleo, el PBI y los indicadores económicos de la ciudad, que nos permitan observar en el Centro, Alberdi y Banda Norte algunas similitudes y diferencias.

Luego hay un plano cualitativo, de opinión respecto de los candidatos y las alianzas; ¿votaría Ud. a tal o cual? Un análisis de la opinión pública en relación a los temas que más preocupan a la ciudad y sus ciudadanos, expectativas para el año que viene. Alguna visualización activa de las redes sociales y un análisis de la agenda de los medios de comunicación, qué temas integran la agenda, a quién favorecen y a quién perjudican y sobre todo qué temas no integran la agenda.

Un mapa de las instituciones de la superestructura presentes en la ciudad, la iglesia católica, las evangelistas y otras, la representación del gobierno nacional (FFAA, PFA, PAMI, ANSES, Trabajo, Desarrollo Social, Justicia Federal, Universidad, etc.), las representaciones del gobierno provincial (Centro Cívico, Hospital Regional, Policía de la Provincia, Justicia Provincial, escuelas públicas provinciales, etc.), las representaciones del poder local (cámaras empresariales, organizaciones sindicales, organizaciones sociales).

Le sumaríamos un mapa de los actores locales, las vecinales, los clubes deportivos, las asociaciones profesionales, las organizaciones no gubernamentales, algunos grupos de activistas con influencia en dinámicas de la ciudad (gestores culturales, ambientalistas, feministas, entre otros).

Luego tendríamos que ir a recorrer diez bares de la ciudad y sentarnos un par de horas en cada uno escuchando de qué habla la gente por ahí y afinar la punta del lápiz en los modismos que la inteligencia artificial no comprende.

Conclusiones

De todo este trabajo podrían salir grandes conclusiones:

Que, de los ocho candidatos a intendente, sólo dos son mujeres, no ocupan el podio de los que tienen posibilidades de triunfar y tampoco hay preocupación en la ciudad por que llegue la primera intendenta mujer de la historia. No será esta vez.

Que no es un tema central de charla el de las elecciones municipales; viene en quinto o sexto orden de interés en general y décimo entre los más jóvenes.

Que no se percibe una propuesta que interpele y movilice las pasiones de la ciudad: la sensación es que si gana Llamosas sería seguir como hasta ahora -con la ventaja de que coincide con el oficialismo provincial y nacional- y si gana Abrile sería otra experiencia entre lo mejor de los gobiernos del Toño y lo peor de los de Jure, preocupación que lleva algunos votos del radicalismo a Pablo Carrizo.

Carrizo es un distinto que logra podio y construye una referencia que crece desde la empatía con un progresismo que no se siente interpelado por las políticas tradicionales. No está para gobernar la ciudad todavía, pero parece que tendrá una nueva oportunidad para ser oposición en el Concejo Deliberante.

Los cinco que disputan el diez o doce por ciento de los votos son Lucía De Carlos, Mario Lamberghini, Eduardo Scoppa, Guadalupe Fantín y Marcelo Ljubich.

Si seguimos el ejercicio e intentamos construir la visión de los equipos de campaña de los candidatos a intendente de este 2020 tan particular aparecen algunas cosas obvias y otras no tanto.

Ya no hay una comunicación partidaria. La Unión Cívica Radical, otrora insigne cantera de dirigentes locales, provinciales y nacionales, ya no recurre a su legado histórico ni a sus banderas tradicionales ni a su marca para comunicar. Lo mismo sucede con el Partido Justicialista: Perón y Evita no son los iconos del peronismo cordobés en su estética de campaña, tampoco José Manuel De la Sota ni otros referentes históricos. Pablo Carrizo cambió de marca. Al ser expulsado de Respeto, armó Nuevo Respeto. Si bien hay un discurso que apela a una nueva sensibilidad, la marca en realidad es él mismo.

Los medios de comunicación tradicionales son desplazados por las redes sociales. Si bien es una tendencia que viene consolidándose hace tiempo, nunca antes las operaciones en los medios de comunicación tradicionales de la ciudad incidieron tan poco en la opinión pública; apenas sirven para fidelizar el voto propio, más que como ventanas para seducir al indeciso.

Las nuevas generaciones exigen más y cambian su preferencia electoral. El proyecto de vida de hace tres décadas, de un trabajo para toda la vida, un matrimonio para toda la vida y una convicción partidaria para toda la vida, ya no explican las realidades que habitan las nuevas generaciones. Algunos autores hablan de identidades líquidas. Lo cierto es que la democracia, en cuatro décadas, no ha resuelto los problemas estructurales de la ciudad y los partidos políticos no canalizan las inquietudes ni las expectativas de las mayorías. Esta es la base objetiva en la que ancla la anti política y la apelación a viejas ideas para dividir y enfrentar a la sociedad, llevándola a la indignación, la impotencia, la angustia y la disgregación. Ahí naufragan la mayoría de las inquietudes de estas nuevas generaciones, que no encuentran las herramientas para transformar una realidad que a todas luces no los conforma.

Aquiles Anderson
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