Alicia (a su padre Luis): Si pudieras elegir un poder mágico, ¿cuál elegirías?
Luis: Ser invisible e intangible
Alicia: Eso sería como no existir
El cine español en los últimos años ha renacido. Algo parecido sucedió con la producción nacional post 2001. Son los efectos inesperados de las crisis.
El muy joven historietista Carlos Vermut está dando sus primeros pasos en el cine (su película anterior se llama Diamond flash), pero ya demuestra ser un director a seguir.
En Magical girl el centro de la historia pasa por Bárbara, una mujer joven cuya ocupación consiste en mirar televisión todo el día, que viste prendas oscuras y muy cubiertas, de mirada triste, conflictuada, depresiva, que carga con un pasado oscuro que se niega a abandonarla. Bárbara contagia su putrefacción a aquellos con quienes se cruza.
Por otro lado se encuentran Luis y su hija Alicia. Él es un profesor de literatura en paro que está vendiendo sus libros para sobrevivir. El cuadro de su desesperación se completa con la realidad cruel de su pequeña: tiene doce años y está muy enferma (padece leucemia). La niña se halla en cierto punto imposibilitada de comunicarse con su padre (quiere decirle cuánto lo ama y él no la escucha, además él interpreta mal sus deseos, escritos en un cuaderno). Así, de a poco, se va dibujando el tema transversal de la historia: la incomunicación y la extrema soledad de los personajes (en un momento Bárbara le pide a Luis que la abrace), que parecen tener un nudo que oprime sus gargantas.
Bárbara y Luis harían todo por las personas que adoran. Ella por su marido (un prestigioso psiquiatra que le exige que se empastille para que sea la mujer que necesita y Bárbara acepta porque no quiere perder el nivel económico que la relación le brinda). Y él por su hija (Luis llegaría hasta lo inimaginable, no puede resistirse a los ojos de su niña, por eso le concede pedidos locos: fumar, beber gin tonic, etc).
El cuarto protagonista es Damián, un ex-profesor de matemáticas que ha salido recientemente de la cárcel. Tanto Luis como Damián representan la decadencia educativa en la que ha caído España a raíz de la recesión.
La película desconcierta a cada paso puesto que sorprenden los caminos y vueltas de tuerca que va tomando. Hay imágenes y palabras muy potentes y simbólicas. Un rompecabezas al que le falta una pieza y que luego será destruido; las miradas de Bárbara y Alicia al espejo; el chantaje llevado a cabo en una Constitución; la herida sangrante del rostro de Bárbara, similar al misterioso lagarto negro de la casa de Olivier; la tauromaquia como expresión entre el raciocinio y la pasión, pero también como objeto premonitorio del mal en el sueño/pesadilla de Alicia; una tarjeta con la palabra hojalat;, y el universo del anime que cruza la vida de las dos féminas de la historia. Alicia utiliza como seudónimo el nombre Yukiko y Bárbara bebe un trago denominado Sailor Moon.
El nombre de la cinta, que está dividida en una introducción más tres grandes capítulos (mundo, demonio y carne), viene a causa de que Alicia anhela vestirse como una magical girl.
Para finalizar, una parte de la canción La niña de fuego,interpretada por Manolo Caracol, que suena en gran parte de la cinta: Mujer que llora y padece/Te ofrezco la salvación/ Te ofrezco la salvación/ El cariño es ciego/Soy un hombre bueno/Que te compadece.
FICHA TECNICA:
Magical girl. España. 2014. 127’
Dirección y guión: Carlos Vermut.
Intérpretes: Luis Bermejo, Bárbara Lennie, José Sacristán, Lucía Pollán