Máximo Pastor y Santiago Rodríguez Tarduchy son vecinos de la localidad de Agua de Oro. Desde hace un tiempo también decidieron ser combatientes de incendios en la Brigada Forestal Chavascate, una experiencia independiente de vecinos autoconvocados en defensa del monte nativo cordobés. En diálogo con El Sur, cuentan cómo son las tareas de capacitación y logística que realizan en diferentes localidades de la provincia. “La brigada se conformó hace tres años en la zona de sierras chicas, a través de una capacitación que brindó el cuartel de bomberos voluntarios 113 de La Granja, junto a los responsables del Parque Nacional Quebrada del Condorito”, cuenta Máximo. “Hacía algunos años que ellos venían capacitando en el combate y prevención de incendios forestales y durante el penúltimo curso que brindaron coincidimos varios vecinos de la zona que empezamos a vincularnos y de alguna forma recibimos la invitación del cuartel de que la capacitación no quedara en un curso, sino que encontrara algún cause, algo más asentado. Así que también invitamos a personas conocidas que se habían capacitado anteriormente”, agrega Santiago. Fue así que la gente del cuartel 113 les propuso profundizar las capacitaciones y los propios vecinos decidieron conformar una brigada forestal de combate de incendios, que llamaron Brigada Forestal Chavascate.
-¿Por qué ese nombre?
-S.T. El nombre refiere al río Chavascate, el río que atraviesa Agua de Oro y nos vincula con la comunidad de Cerro Azul, donde también hay miembros de la brigada. El nombre representa la cuestión de unión entre comunidades.
-¿Qué buscan desde la Brigada?
-S.T. Sabemos lo que no queremos hacer como brigada, que es lo que hace el Plan Provincial de Manejo del Fuego: atender sólo al combate de incendios forestales. No queremos que la labor de la brigada quede ahí sino que trabajamos todo el año en diferentes estrategias que tengan que ver con la prevención, el combate (porque es algo para lo que nos capacitamos) y quién sabe a futuro también con la remediación del post incendio. Tanto que cuestionamos que no hay prevención desde el Estado, era quedarse en un lugar medio incómodo que nosotros no trabajemos la prevención, por lo menos dentro de nuestras posibilidades.
-¿Cómo trabajan en la prevención?
-M.P. En nuestro laburo de combatientes, muchos instructores nos han dicho en los cursos: “el mejor fuego es el no acontece”. Entonces, desde ahí nos paramos para prevenir el fuego. Y, tanto en la prevención como en la extinción, el laburo es todo el año. Hablamos con vecinos, movemos los hilos que por lo general las instituciones no mueven, tenemos que tener un trabajo previo muy fuerte que no se puede hacer empezada la temporada de incendios.Cuando empieza la temporada de incendios ese trabajo ya terminó: capacitación, coordinación, conocernos, entrenamiento físico, contar con equipos. Sabemos que el momento del fuego es cuando hay más ojos mirando, cuando esta situación se visualiza es el momento en que más donaciones recibimos. Equiparnos con donaciones nos permite enfrentar el fuego en curso pero también prepararnos para el siguiente incendio.
-¿Coordinan con otros grupos?
-M.P. Hoy, como grupo Chavascate, junto a otras brigadas que están emergiendo, por suerte, es fundamental estar muy aceitados en la coordinación. También con cuarteles de bomberos o las ETAC (Equipo Técnico de Acción contra Catástrofes), que se sumaron recientemente. Y esto se logra solamente trabajando todo el año, no hay otra forma de enfrentar desastres no prevenibles de forma espontánea. Nuestro trabajo fuerte empieza cuando ya se acabó el fuego, cuando está todo frío y los ojos están mirando para otro lado, ahí empezamos a prepararnos para el inicio de la temporada de fuego en un julio y agosto secos.
-¿Cómo es la situación de los bomberos?
-S.T. Los cuarteles de bomberos voluntarios están bien dotados, reciben fondos de la provincia y del plan federal, también se han creado estas ETAC, que son bienvenidas siempre y cuando sumen al tema del combate y del trabajo de prevención. Es el primer año que se largan y me parece que todavía está un poco verde el rol de ellos, las tareas y demás. Pero puede ser un potencial recurso. En un momento existieron los pozos de vigía en los cuarteles de bomberos y se retiraron, es una inversión poco significativa para la provincia y que suma como respuesta rápida ante una columna de humo. Con la tecnología de hoy no hace falta un bombero puesto en una torre de vigía las 24hs, instalás una cámara con 360º vinculada a una red y queda grabado permanentemente lo que pasa alrededor. Es una estrategia muy interesante porque a la primera columna de humo que hay tenés el equipo que da una primera respuesta, que es uno de los factores que mayor inciden a la hora de manejar un incendio: mientras antes llegues, mejor lo manejás y evitás que se extienda.
-¿Qué pasa después de los incendios?
-S.T. Respecto al post incendio tampoco hay estrategia. Las respuestas que hay son estas largadas de 100.000 arbolitos nativos para plantar en las zonas quemadas, sin escuchar siquiera a las organizaciones ambientales que están involucradas en ese tema desde hace muchos años. Donde las estrategias y opinión de ellos quizás difieren a llenar de Molles o Piquillines cuando hay un trabajo previo al trasplante.
-¿Cómo analizan la acción estatal?
-S.T. Las brigadas de vecinos autoconvocados, capacitados y organizados surgen justamente porque hay una ausencia del Estado. Esto pasa con esta problemática, pero puede pasar con cuestiones como la salud, lo social, lo laboral, de ahí el origen de las organizaciones no gubernamentales muchas veces: ocupan un espacio que el Estado no tiene asumido y cuando el Estado lo asume, las organizaciones se mantienen o se hacen a un lado porque hay un Estado presente. En mi caso, con el tema de los incendios, empecé a involucrarme hace cicno años. Estaba sensibilizado por el ambiente pero en específico al combate de incendios desde que estoy en la brigada. Hoy en día no hay un laburo de prevención del Estado frente a esta problemática.
-¿Por qué pasa esto?
-S.T. Porque es lo menos visible, entre otras cosas. Es algo que no reditúa políticamente, no tiene el mismo impacto armar un acto donde aparecen 40 o 50 dotaciones de grupos ETAC que lanzó el gobierno ahora, con toda la parafernalia que es noticia, a publicitar el trabajo de prevención que puede ser menos suntuosa, más arraigada en las comunidades. La prevención nunca dio rédito político porque son acciones a largo plazo, no es una cosa instantánea del momento.
-¿Nunca hubo presencia estatal respecto a prevención de incendios forestales?
-S.T. Sí, hubo en cierto momento por parte del gobierno provincial. Cierta actividad vinculada a estrategias de prevención, con trabajos en escuelas, allá por los años 2002, 2003, 2004. Pero eso se cortó y hoy no hay trabajo concreto en las comunidades que son más susceptibles de ser quemadas, que es la zona de las sierras chicas y donde el bosque todavía está presente. En la pampa cordobesa capaz hacen prevención, pero no tiene mucho sentido porque es una zona vinculada con el agro, acá es todo monte nativo. Nosotros pensamos que hoy en día es una debilidad por parte de la política pública, sin embargo se siguen poniendo muchos recursos en el combate de incendios, recursos económicos sobre todo.
-¿Cómo analizan las leyes existentes respecto a la protección del monte nativo?
-M.P. En lo que es legislación, recuerdo haber hablado mucho el año pasado con una compañera que lamentablemente se nos fue hace poco, Laura Gómez, que estaba muy interiorizada con esto y se estaba hablando a nivel nacional el cambio en la legislación. Cada vez que hubo mucho fuego contamos con el apoyo de todos los legisladores a nivel nacional, y ella nos decía que están las leyes, el tema es aplicarlas. Cuando fue el último incendio acá en Candonga, la legislación para que no esté el loteo donde se originó el fuego existía. El problema no es ir a buscar la letra chica en la legislación, sino aplicarla de verdad.
-¿Cambia el uso de los suelos una vez que pasaron los incendios?
-S.T. Está prohibido el cambio de uso del suelo de una zona protegida desde que se hizo el mapa forestal. Si se quema no se puede cambiar el uso del suelo, ni recreativo ni privado, eso está incluido en la Ley Nacional de Bosques. Pero falta el poder del policía para que actúe correctamente. Siempre se ha dicho que Argentina tiene “legislación de primer mundo”, el problema no es tener el papel, sino el cumplimiento de la ley.
-¿Ven posibilidades de potenciar los diferentes esfuerzos?
-S.T. Del 2020 a 2021 surgieron muchos grupos de vecinos que estaban saliendo a los incendios por la preocupación de que se quemaba el monte y las casas. Y del año pasado a éste, se están intentando organizar brigadas en formación, todo a pulmón y sin el apoyo estatal. Para mí es un error que no quieran contemplarnos dentro del Plan de Manejo del Fuego ni de la Secretaría de Riesgo Climático, Catástrofes y Protección Civil. Estamos reconocidos por nuestros cuarteles cercanos, que nos han pedido una serie de exigencias que cumplimos, desde ahí nos convocaron a trabajar y nos reconocen. Se está perdiendo una oportunidad de contar con un recurso de vecinos y vecinas de la comunidad que conocen los territorios, que tienen disponibilidad, que no son “hippies alocados” que quieren apagar el fuego sino gente que se quiere formar, capacitar, equipar. Estas brigadas podrían trabajar en combate de incendios, pero también en logística y prevención, que creemos es lo más importante.