Desde el 31 de octubre hasta el 12 de noviembre se realiza la 26° Conferencia sobre el Cambio Climático (COP26), postergada hasta este año por la pandemia del Covid -19. Dana Oyarzabal es cordobesa, estudiante de Ciencia Política en la UNC e integrante de Jóvenes por el Clima Córdoba. En diálogo con El Sur, resume los tópicos más relevantes abordados en la cumbre, como la necesidad de “descarbonizar” la economía, frenar los desmontes y la original propuesta de canje de deuda por activos ambientales.
- ¿Cómo se origina Jóvenes por el Clima?
- Jóvenes por el Clima se origina en el año 2019 en Buenos Aires, cuando un grupo de jóvenes empieza a acoplarse de forma espontánea al movimiento ambientalista que emerge con fuerza en la región, con una necesidad clara de incluir en la agenda pública la problemática del cambio climático. Con el ejemplo de “Fridays for Future”, el movimiento que coordina la activista sueca Greta Thumber. A fines del año 2020 este movimiento juvenil se conformó en Córdoba debido a los preocupantes incendios que se registraron en nuestra provincia, posiblemente los más grandes que se hayan registrado.
- ¿Qué actividades realizan?
- Durante el año pasado nos abocamos a sostener actividades virtuales debido al contexto sanitario, pero este año nos propusimos llevar adelante acciones concretas como apoyar la lucha en contra del megaproyecto “Autovía de montaña” en el Valle de Punilla. A pesar del rechazo generalizado que han expresado vecinos de esas comunidades se avanzó en la construcción. Hemos realizado marchas por el ambiente junto a otros espacios y referentes de la temática. El sábado pasado realizamos un banderazo en el puente del lago San Roque reivindicando la lucha contra la autovía, un proyecto que no cuenta con licencia social para concretarse.
- ¿En qué consisten las COP?
- Son instancias donde se negocian cuestiones importantes referidas al cambio climático y concurren mandatarios de los países miembros de la ONU, junto a especialistas en la materia. Las dinámicas son complejas, los compañeros que están allá nos cuentan que hay muchos eventos en paralelo y lo más importante de estas cumbres es que concretan resoluciones de las negociaciones. Particularmente en esta conferencia se iban a tratar puntos sobre el “Acuerdo de París” (firmado en 2016) que quedaron pendientes, como por ejemplo la deuda climática contraída por países del norte global a países del sur global. Estamos hablando de una cifra de aproximadamente cien mil millones de dólares, dinero que debía transferirse en 2020 y no se hizo.
- ¿Cuál es el desafío más urgente para frenar el cambio climático?
- Uno de los desafíos más importantes tiene que ver con uno de los puntos del “acuerdo de Escazú”, donde se establece no superar la temperatura promedio mundial de 1.5°C porque de lo contrario se tornará irreversible el calentamiento global. Hace unos días circuló la noticia de que un grupo reducido de países estaba promoviendo la idea de reestablecer el criterio acordado para que el nuevo valor promedio sea mayor a 1.5°C. Está demostrado científicamente que de continuar este rumbo de depredación ambiental, la temperatura promedio rondará los 2.7°C en tan sólo un par de años. Este escenario sería irreversible y los más afectados serán las personas con menos recursos económicos, mujeres y disidencias. Nuestros compañeros que están allí nos comentan que no es tan sencillo llegar a este tipo de acuerdos, a pesar de que el valor de 1.5°C se estableció en la COP21 de París.
- ¿Qué posición llevó la delegación argentina?
- Todo el activismo ambiental estaba expectante de que el gobierno nacional presentara el proyecto de descarbonización de nuestra economía, que apunta al acuerdo de Escazú de bajar la temperatura promedio. Sin embargo, nuestros compañeros pudieron reunirse con Alberto Fernández en esta conferencia y su planteo es presentarlo a partir del año que viene.
Algo que Alberto planteó con fuerza en su discurso fue la posibilidad de canjear bonos de deuda externa por acciones que contribuyan a paliar el cambio climático. Como “Jóvenes por el Clima” estamos de acuerdo en esta medida debido a que Argentina aporta muy poco a la huella de carbono en comparación a Estados Unidos, Europa o Rusia. De esta forma se podría adaptar y mitigar los efectos del cambio climático, que son una verdadera deuda climática de las potencias del norte con el sur global. Por el momento, el Estado argentino destina casi todo el presupuesto a mitigar los efectos del cambio climático, pero no en adaptar la economía para reducir la huella de carbono. Creemos que es un error a revertir.
-¿Qué desafíos analizan para Córdoba?
- Vemos con buenos ojos que Argentina acordó una estrategia para frenar la deforestación, en este sentido, Córdoba estaría dentro de las principales provincias afectadas por los incendios intencionales. Es sabido que los bosques nativos incendiados se reutilizan para actividades agrícolas, ganaderas o inmobiliarias. Este acuerdo puede ser un puntapié interesante para que en Córdoba se frenen definitivamente los intentos de avanzar sobre el monte nativo y se coordine con el Plan Provincial de Manejo del Fuego o la Ley de Bosques. Vemos que los desafíos son equilibrar un ciclo climático que se rompió, por ejemplo: tenemos períodos de sequía extensos, temporada de incendios más largas, lluvias intensas que no logran filtrar los suelos erosionados, las poblaciones serranas que corren riesgo de incendios. Es necesario que todos nos sintamos parte del cuidado de nuestra casa común.