Crónicas
Entrevistas
Actualidad
El Kiosco virtual
Reflexiones
Cultura
Música
Cine
Libros
Galería Magalú
Galerías multimedia
Quiénes Somos
Revista El Sur
Staff
Ediciones en papel
Suscripcion
#ELECCIONESLEGISLATIVAS2021
Todos ganan
Foto: Un festejo con gusto a poco. Con notoria paridad, arranca la carrera electoral para el 2023.
Juntos por el Cambio ganó en todo el país, pero tuvo un festejo moderado. El oficialismo perdió, pero empardó la elección en el distrito más importante. Los medios hegemónicos festejan el crecimiento de la derecha, pero la tercera fuerza fue la izquierda. Paradojas de una elección atípica que marca el punto de partida para el 2023.
Publicada el en Reflexiones

La perinola electoral dio su veredicto. La que vale cayó en el lugar que reza: Todos ganan. Ganamos, perdimos, igual nos divertimos, cantábamos en la infancia luego de algún duelo futbolístico en el potrero. Las rodillas paspadas, los codos magullados luego de la batalla futbolera, permitían entonar ese canto salomónico, más allá del resultado, que siempre alegra más a unos que a otros. Las elecciones generales del 14 de noviembre trajo la alegoría de esa canción infantil. ¿Todos celebran? Unos porque emparejaron un poco y sobre todo porque evitaron la escena más temida: la pérdida por goleada que auguraba el resultado adverso de las PASO.

El Frente de Todos parece situarse siempre en ese lugar enunciador de evitar la catástrofe, tanto la del temor  al peligro del colapso sanitario como la de la posible debacle electoral. Siempre pudo haber sido peor. Mejor vivos y pobres. Mejor derrotados, pero no por tanto. El mensaje grabado del Presidente llamaba al diálogo posible con la oposición; el del búnker, en vivo y en directo, habló de festejar una victoria.

Nos tocó perder ganando, quiso filosofar Victoria Tolosa Paz. Y se sumó a la convocatoria para hoy, en el día de la militancia, celebrar el triunfo. Hay una dificultad del oficialismo al negarse a llamar a las cosas por su nombre. ¿Por qué no celebrar una remontada? No fue un triunfo, fue una derrota acompañada de un repunte que insinúa que no todo está perdido en el partido largo, que culminará recién en 2023. La Argentina tiene derecho a la esperanza, dijo el Presidente.

Juntos por el Cambio celebró  también porque triunfó, aventajó al oficialismo en ocho puntos a nivel nacional. Arrasó en Córdoba, revalidó en Ciudad Autónoma de Buenos Aires, los grandes centros urbanos, con sendos triunfos. Y ganó la Provincia de Buenos Aires, más apretado. De cuatro puntos a poco menos de un punto y medio de ventaja. Falta territorialidad, dijo Patricia Bullrich a la hora de explicar la derrota en la Tercera Sección, donde es mandamás desde siempre el peronismo. Habla Vidal, habla Larreta. Macri se muestra serio, enmudecido y en un discretísimo segundo plano. Como un nueve goleador relegado que no celebra porque las conquistas de esa tarde fueron de otros. Casi eclipsado, en el momento de ir a votar habló de una “transición ordenada”, como si estuviera en juego el Poder Ejecutivo. La diferencia un poco más apretada en la madre de todas las batallas bonaerense no augura que sea una disputa electoral resuelta de acá a dos años. Una de las grandes incógnitas será develar qué rol jugará la interna del espacio opositor en este tiempo que se abre luego de las elecciones, con la figura del ex presidente y los nuevos perfiles ascendentes: Rodríguez Larreta, Vidal, Facundo Manes y tras él un envalentonado radicalismo.

Las dos opciones por fuera de la grieta también terminaron festejando. El Frente de Izquierda volvió a lograr que una diputada de esa tendencia fuera elegida luego de mucho tiempo por CABA. También sumó dos diputados en provincia de Buenos Aires y una banca más gracias a la espectacular elección de Alejandro Vilca en Jujuy, donde juntó la cuarta parte de los sufragios, disputando voto a voto el segundo lugar con el Frente de Todos. Cuando tantos analistas cayeron en la simplificación de que el electorado se derechiza, el crecimiento del votos del Frente de Izquierda desmiente aunque sea parcialmente esa aseveración. El electorado suele innovar más en las elecciones legislativas y les dio la oportunidad de llevar su representación al Congreso. Minoritaria, pero que se hará escuchar.

¿outsiders?

Los mismos escaños lograron Javier Milei, José Luis Espert y los libertarios. Dos diputados por la CABA y dos por la provincia. En el interior del país, la expresión de derecha libertaria tendió a confluir con Juntos por el Cambio. Donde no hay estructura propia, decantan las afinidades, cristalizándose la unión entre esos dos espacios políticos. Cuando en diciembre asuman sus bancas, éstas figuras que se autotitulan outsiders de la política perderán esa fuente simbólica de legitimación y pasarán a ser un diputado más. Levantarán la mano, la bajarán. Darán quórum, se retirarán del recinto. Acordarán, se diferenciarán. Serán parte de la rosca y “vivirán del Estado”, encarnando una de sus censuras a la clase política tradicional. El tiempo dirá si cuentan con la potencia para encarar una alternativa independiente o se incorporarán como un ala belicosa a Juntos para el Cambio.

El Gobierno perdió, pero falta que corra mucha bajo el puente. A principios de marzo se recuperaría recién la brutal caída económica que produjo la pandemia, como para empezar de cero. El Presidente habló de la segunda parte de su mandato. Por ahora fue un piloto de tormentas heredadas, pandemias, cuarentenas y temor al colapso sanitario, que no sucedió por las medidas preventivas encaradas con gran costo y secuelas. Pero tanto la campaña como los resultados electorales mostraron la dificultad de convertir en capital político evitar los escenarios catastróficos. El votante parece elegir más influido por el día a día ajustado de no llegar a fin de mes, borrando de su percepción las catástrofes que se evitaron. El conservadurismo sanitario cuidó tal vez demasiado al presente, sin mañana, en una sucesión de días iguales. El ala política del gobierno salió a subsanar de raje con algunas medidas expansivas, lo que no se percibió en la ciudadanía antes.

Como se dijo profusamente en las redes sociales luego de la elección, a los ciudadanos del común sólo les queda una cosa por hacer el lunes: ir a trabajar y a pelearla como todos los días, de la forma que sea, como se pueda. El Gobierno repuntó, pero deberá afinar las políticas para hacerle más llevadera la coyuntura al hombre y mujer de a pie. Tal vez de eso se trate. Quedan dos años, pero el tiempo empieza a correr mañana.

Sebastián Giménez
- Escritor -