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Todos los demonios están aquí, de Marcelo Figueras
Purgatorio
Por | Fotografía: Gentileza Agencia Paco Urondo
Foto: Marcelo Figueras incursiona de lleno en el relato fantástico en su ultima novela, \"Todos los demonios están aquí\".
El autor de “El negro corazón del crimen” rinde homenaje a la novela de terror en un texto atrapante que transcurre en un país desquiciado por la crisis del 2001.
Publicada el en Libros

“Si le quedaran cinco minutos de vida, ¿usted qué haría?”, le preguntó un joven Rodolfo Walsh -30 años, editor, traductor, periodista de ocasión y premiado cuentista de policiales-a su admirado Jorge Luis Borges, en el contexto de una producción periodística para la popular revista Leoplan. “Observar cómo es el principio de la muerte, cómo la muerte se va apoderando de la vida hasta aniquilarla”, respondió el autor de El Aleph. Fiel a su estilo, el consagrado escritor completó su frase con una sutil ironía: “Posiblemente, mi experimento resultaría en vano como cuando, de niño, quería ver el momento en que uno pasa de la vigilia al sueño: siempre que estaba a punto de asistir al milagro, me quedaba dormido”.

Después de su consagratorio “El negro corazón del crimen”, la fascinante reconstrucción ¿ficcional? de la escritura que Walsh hizo de Operación Masacre, el periodista y escritor Marcelo Figueras se entrega de lleno al juego libertino (y no libertario) de la ficción sin ataduras ni anclajes a la realidad, aunque sus nuevos personajes deambulen en una Argentina tan (i)real y descarnada como la de la recordada “crisis del 2001”, que el autor equipara sin eufemismos al infierno del Dante.

Con los recursos narrativos que Figueras maneja con inusual destreza y que hacen que su relato fluya con la velocidad del rayo, el narrador se nutre de aquél paisaje apocalíptico del 2001 para presentar sus estigmáticos personajes y rendir un indisimulable homenaje a su admirado Stephen King, el maestro del terror, género que aparece como el más indicado para contar una historia bien argentina, plagada de metáforas políticas, que tiene como protagonista al querible Tomás Pons, un psiquiatra que sobrevive como puede a su divorcio, la internación de su madre en un geriátrico y el tenebroso recuerdo de su padre usurero, en un país desquiciado  que castiga a sus hijos con la violencia social de una crisis económica atroz.

El vertiginoso relato de Figueras transcurre en un país que se encamina decididamente hacia el abismo, en el que  Pons  -hijo único de un matrimonio patriarcal cuyo jefe lucró con las víctimas del terrorismo de Estado- acepta un trabajo que resolverá su precaria situación económica y lo trasladará del desvencijado hospital público en el que sobrevive a un extraño reclusorio psiquiátrico perdido en una isla del Tigre (si, del Tigre, el mítico escenario en el que Walsh se ocultara de Fernández Suárez y sus fusiladores cuatro décadas atrás). Y allí descubrirá, parafraseando a Borges, la inextricable frontera entre el sueño y la vigilia, o mejor, entre la vida y la muerte, donde transitan personajes atemporales munidos de historias clínicas apócrifas, llenas de tachaduras, que pretenden ocultar –extirpar- un pasado inconfesable. 

Hay en la nueva novela de Figueras múltiples (re)lecturas y homenajes a sus grandes referentes –de Stephen King al Indio Solari-, acertijos encriptados en mensajes de la Divina Comedia de Dante -tallados en el arco de entrada al Jensets, el misterioso neuropsiquiátrico (¿?) enclavado en el Delta del Tigre- y entrañables personajes que transitan con sus almas en pena por un país a la deriva (des)gobernado por De la Rúa, Cavallo y compañía. 

Hijo único de una madre con Alzheimer y un padre usurero, Pons pretenderá salvarse solo hasta que el brutal golpe de (i)rrealidad lo lleve a entender que la única salvación es colectiva, porque el destino ha marcado la hora de salvar a los suyos o incendiarse en la hoguera de sus propias vanidades. Las últimas páginas de esta fascinante novela no se leen; se devoran con la fruición incontenible del esperado desenlace (policial), a la espera de que de ese vértigo surjan al menos algunas respuestas al insondable misterio de nuestra propia existencia.

 

Todos los demonios están aquí, de Marcelo Figueras.

Alfaguara, Buenos Aires, 2021, 430 paginas.

Hernán Vaca Narvaja
- Periodista y escritor -