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De Clarin a Generacion Zoe
El gran Caruso
Foto: Caruso y Cositorto: crónica de un descenso anunciado.
A fines de 2020 renunció como DT de Belgrano y se marchó con la música a otra parte. Se refugió como panelista televisivo del Grupo Clarín y volvió al fútbol de la mano de Leonardo Cositorto, el líder de Generación ZOE.
Publicada el en Crónicas

“Renuncio porque no acepto más las maldades de Claudio Tapia. Me quiere borrar y nunca va a permitir que ascienda Belgrano. No quiero ser rehén de nadie. Prefiero dar un paso al costado y no perjudicar al club”.

El 30 de diciembre de 2020, Ricardo Caruso Lombardi pegó el último portazo. Llevaba un año y 11 días como director técnico en el club de barrio Alberdi, aunque apenas alcanzó a dirigir 13 partidos, ya que el torneo de Primera Nacional estuvo parado ocho meses por la pandemia.

Se marchó con seis triunfos, seis empates y una derrota ante Barracas Central que terminó en escándalo, con un gol en posición más que dudosa en el minuto 49 del segundo tiempo y dos jugadores menos en su equipo por expulsiones. “Está endemoniado para que su equipo ascienda a Primera”, disparó aquella vez el DT (que también vio la tarjeta roja y recibió cinco fechas de suspensión), en alusión al “capo” de la AFA.

Fue el propio Tapia, con el decreto que abolió los descensos en todas las categorías del fútbol argentino, quien le allanaría el camino al verborrágico entrenador para poder cobrar el jugoso premio -de seis dígitos y en moneda extranjera- que había pactado a condición de que el Pirata no bajara al Torneo Federal A, una tercera división. Nunca más volvió a dirigir.

Un año más tarde, Iván Tapia, el hijo del presidente de la AFA y número “10” de Barracas Central, le dedicó el ascenso del “Caballo del Comisario”.  

Año nuevo, vida nueva

Belgrano fue el último de los 20 equipos que Caruso Lombardi condujo en sus 26 años como director técnico de fútbol. Arrancó en 1994 en Deportivo Italiano y desde ahí fue haciéndose las famas de motivador y de mesías. Una especie de coach que además devolvía con intereses el dinero que apremiados inversores (léase dirigentes aterrados por “el fantasma del descenso”) le confiaban con la fe ciega de los creyentes. Cualquier parecido con Leonardo Cositorto, el líder del polémico holding Generación ZOE, no es pura casualidad. Dios los cría y el fútbol los amontona.

Caruso Lombardi y Cositorto se reconocen como “amigos de hace tiempo”, aunque formalizaron su relación el 2 de julio de 2021, cuando firmaron en la Ciudad de Buenos Aires un contrato privado de prestación de servicios profesionales. En el acuerdo, el ex DT de Belgrano se comprometió a “desempeñarse como director deportivo, para la empresa Generación ZOE, del Club Deportivo Español” hasta el 30 de junio de 2022.

El documento deja expresa constancia de que el holding “ha suscripto un contrato de gerenciamiento y esponsorización” con la entidad que milita en la Primera C Metropolitana. “No hay otro vínculo que no sea publicidad estática en el estadio, en las camisetas de todos los equipos del club y todo lo que se pueda hacer en redes sociales”, se había esmerado en aclarar el presidente del club “gallego” Diego Martín Elías, el tercero en concordia.

Caruso acordó el cobro de $5 millones por trimestre, libres de impuestos, tasas y cualquier otro gravamen, por los siguientes servicios: armado y selección de cuerpos técnicos, incorporación de jugadores profesionales y amateurs, supervisión de entrenamientos y dictado de clínicas. “Además promoverá y publicitará la imagen de la empresa en relación a su labor”, le asigna, casi como una “changa extra”, el pacto con Generación ZOE.

El monto global ($20 millones anuales) equivale a 172 sueldos básicos de un DT de Primera, según la escala vigente de la Asociación de Técnicos del Fútbol Argentino (ATFA), entidad que hasta hace poco soñaba con presidir con su Agrupación Federal. En su paso por Belgrano había facturado $1,8 millón de pesos mensuales en concepto de sueldos para él y su troupe.

Valor agregado

Hay registros de videos que muestran a Cositorto arengando a los jugadores de Deportivo Español en los vestuarios y ofreciéndoles premios en criptomonedas por ganar un partido, por convertir determinada cantidad de goles y hasta por mantener el arco invicto. “Esa modalidad únicamente se utilizó para pagarle al plantel por algunos objetivos, pero el club cobró siempre en efectivo”, subraya Elías.

En el caso de Caruso Lombardi podría decirse que no hay chequera virtual que valga: una cláusula de su vínculo con Generación ZOE lo habilita a embolsar U$S100 mil “billete” en concepto de premio. La condición se ejecutará si Deportivo Español asciende a Primera B de la mano de Juan Chumba-Carlos Orsi, dupla que lo acompañó en su paso por Belgrano y que hasta dirigió una vez al equipo celeste en ausencia del entrenador.

“Le quiero mandar un gran abrazo a ‘Leo’ Cositorto, que se está portando muy bien en Deportivo Español y es un ejemplo para el fútbol argentino”. Como quien no quiere la cosa, Caruso Lombardi pasaba “el chivo” desde el puesto que el Grupo Clarín le asignó para marcarle la cancha a la AFA en su intento por “mojar el pancito” en el negocio del fútbol televisado. Su look no era casual: en la remera le sobresalía el logo de Generación ZOE.

El intercambio de favores traspasó largamente la pantalla de TN Deportivo y las especulaciones sobre que el polémico coach fue quien en febrero pasado financió la fastuosa fiesta en la que el DT sopló 60 velitas. Caruso Lombardi y Cositorto también son socios: Deportivo Español les cedió parte -el 20% y el 40% respectivamente- de los derechos económicos de los pases de todos los futbolistas del plantel superior de la institución.

“La contraprestación de esta cesión radica en que tanto la gerenciadora como el manager buscarán elevar la cotización de estos jugadores y del club, pudiéndolos transferir a un mayor valor de mercado al que poseen actualmente”, detalla el convenio. “Ese no va. No tiene validez. Lo rompí”, fue el alegato del entrenador cuando le consultaron al respecto.

En una de las apariciones virtuales que hizo desde el exilio, a pesar de la orden de captura internacional emitida en su contra, Cositorto anunció que Generación ZOE “quedaba quieta” y que en su reemplazo se creaba una nueva empresa, Sunrise Coach. Ajeno a la táctica y estrategia de su mecenas, al cierre de esta edición Deportivo Español seguía jugando con el logo del polémico holding en su camiseta. Y con Caruso firme como director deportivo, frotándose las manos por la buena campaña del equipo.

Hugo Caric
- Periodista -