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¿Schiaretti presidente?
Los límites más allá de la comarca
Foto: Schiaretti eligió la Fundación Mediterránea como plataforma de lanzamiento al escenario nacional.
Apoyos y condicionantes del gobernador Schiaretti en su salto al escenario nacional.
Publicada el en Reflexiones

El gobernador Juan Schiaretti dio su discurso habitual en el almuerzo anual de la Fundación Mediterránea de Córdoba y una fila de empresaries de primer orden lo ubicaron inmediatamente como “dirigente nacional”. Incluso el diario Perfil publicó días después, citando fuentes off de the record, que los comensales especularon con su inclusión como candidato a vicepresidente en una posible fórmula con Horacio Rodríguez Larreta.

La titular de la entidad organizadora del almuerzo y dueña de Astori Estructuras, Pía Astori, dijo a La voz del Interior que “es el mejor gobernador de la Argentina y lo veo como un dirigente nacional. Si él quiere podrá hacerlo (en relación a su plan nacional)”.

El encuentro patronal del 16 de mayo pasado en el hotel Holiday Inn tuvo 350 asistentes de primer rango, que recibieron el informe del mandatario provincial sobre la marcha del gobierno.  Estuvo presente el empresariado que mantiene vínculo fluido con Schiaretti: Luis Pavone, Juan Calos Rabbat, Rosana Negrini, José «Pepe» Franco, Sergio Roggio, Lucas Salim, Diego Parra, entre otros.

“Podrá tener presencia a nivel nacional y espero que así sea”, señaló Negrini, de Agrometal; “él tiene un gran papel para cumplir en eso, ojalá lo haga”, apuntó Rabbat, de la Universidad Siglo 21; “lo veo como una excelente oportunidad”, añadió Felipa, de Manfrey; “por supuesto que lo veo como un dirigente nacional. Tiene una trayectoria lo suficientemente experimentada, sólida y competente para aspirar a eso”, agregó Martín Amengual, el desarrollista de Regam. La lista sigue.

Amengual era un nobel presidente de la entidad en 2009 cuando concedió una entrevista a Revista El Sur donde lanzó el lapidario “Schiaretti está administrando una quiebra”, en referencia al Gobierno que había heredado de su socio político José Manuel De la Sota, denuncias de fraude mediante.

En  el salón principal del hotel de zona norte la platea respondió con aplausos ante cada autoelogio del gobernador apuntado a la fortaleza de la gestión provincial. Sobre todo cada vez que dijo que Córdoba tiene la ratio más baja de estatales provinciales cada cien mil habitantes. Lo mencionó unas diez veces para refrendar el método de levantar una quiebra que ostenta el poder cordobesista.

Aquella entrevista de Amengual significó la puesta en escena nuevamente del discurso mediterráneo donde la Fundación ofrecía sus planes económicos a la dirigencia política, después de la debacle del 2001 y la implosión de la convertibilidad de Domingo Cavallo, hijo dilecto de la entidad y primer presidente del IERAL. Ahora Pía Astori sumó a la escudería al economista Carlos Melconián, que garantiza minutos de prensa para levantar la marca devaluada de la Fundación. En el Holyday Inn, Melconian tuvo su foto con Schiaretti. O viceversa.

Modelo para armar

Todo giró en torno a la promoción del modelo cordobés, que garantizaría una gestión de las cuentas públicas “calzadas” entre ingresos y egresos. “Contrastada con los crónicos desequilibrios del Estado nacional, la situación fiscal y financiera de Córdoba luce definitivamente más saludable”, sentenció La Voz del Interior en su balance de la participación del gobernador en el acto. La premisa supone en el ambiente una plataforma indispensable para proyectar un candidato a la disputa nacional.

Consultado por Revista El Sur, el economista Ignacio Juncos, que reporta en el Observatorio de Trabajo, Economía y Sociedad (OTES), aseguró que desde 2011 la Provincia inició un proceso de ajuste fiscal que efectivamente se expresa en un balance fiscal de superávit permanente, como destacan en la Mediterránea. “¿Cómo lo logra? Con el recorte del gastos de los servicios sociales, que empiezan a descender desde 2011. Este camino se profundiza entre 2017 y 2019, sobre todo recorta en Educación y Cultura. Por eso cuando se habla de los números de pobreza y desocupación, Córdoba tiene los índices más altos del país, por encima de la media”, advierte Juncos.

El economista le quita flores al Excel provincial cuando seguidamente lamenta que “Córdoba no tiene la misma salud en cuanto a su situación financiera porque, a pesar del superávit, tomó mucha deuda fundamentada en la necesidad de financiar la obra pública. A partir del 2016 cuando la Nación comienza el proceso de endeudamiento, la Provincia particularmente se endeuda mucho: en el periodo 2016-2020 la deuda creció casi 1.000%, cuando la inflación acumulada fue del 300%, y más del 90% fue deuda tomada en dólares, con el agravante de que es deuda a muy corto plazo y concentra casi todos los vencimientos entre 2021 y 2027. Por eso al igual que el Estado nacional, Córdoba tuvo que reestructurar su deuda a fines de 2020”.

Si bien hay que destacar que la deuda deja un saldo favorable por la capitalización que conllevan obras muy importantes para la provincia (viales, gasíferas, de conexión de internet o de saneamiento cloacal) “esto implica que la situación financiera fue muy complicada. Por eso se reestructuró la deuda en 2020, pero con menores quitas que la deuda nacional y a un plazo más corto. Por eso decimos que a partir de 2016 la situación financiera no fue sólida y tampoco lo será en el futuro. La reestructuración sólo logró un alivio por algunos años”, sostiene Juncos.

Deuda social

Por llamativos, los índices sociales de Córdoba son mencionados cada vez con mayor insistencia en los análisis económicos. Aún los más elogiosos de la tercera gestión del gobernador Schiaretti admiten que Córdoba tiene altos índices de pobreza y desde 2019 están siempre por encima del promedio nacional. Para OTES esto obedece a que cuando el sector agropecuario gana espacio en el Producto Bruto Geográfico cordobés, y alcanza el primer lugar, esto implica que gana preponderancia una actividad económica que paga sueldos muy bajos y eso incide en un cuadro donde la gente trabaja pero no logra salir de la pobreza. En cambio, los mejores salarios del sector privado están en la industria manufacturera, con ingresos convencionalizados y sindicatos fuertes que hacen un seguimiento de la situación salarial, que cayó al tercer puesto en la provincia hace casi una década, desde 2013 a esta parte.

El gobernador resaltó en su discurso que “Córdoba es una provincia de trabajo” y que tiene “una tasa de actividad de las más altas del país”, pero eso no lograr revertir la desocupación medida por el INDEC en el conglomerado de la ciudad de Córdoba y alrededores, que alcanza el primer puesto en el ranking nacional con el 10%. La tasa de actividad (TA), la cantidad de gente que trabaja y que quiere trabajar, no justifica tan alta desocupación porque el gran Rosario, con la misma TA, tiene 7% de desocupación, un 30% menos que Córdoba, como recordó a principios de abril el diario Marca Informativa Córdoba.

Plataforma política

En 2019 Schiaretti alumbraba un camino alternativo para el peronismo después de ganar las elecciones de forma aplastante con el 57% de los votos. Pero a la semana de la victoria Cristina Fernández de Kirchner sacó de la galera la candidatura de Alberto Fernández y logró que todos los gobernadores peronistas se embanderaran detrás del Frente de Todos, dinamitando la posibilidad de que Schiaretti organizase una vía de expresión propia del peronismo, que él bautizó “republicano”. Irremediablemente perdió el concurso de Sergio Massa y Roberto Lavagna. Así el cordobesismo quedó limitado a conformarse con disfrutar del confort provincial, atrincherado en el chauvinismo cordobés. Como describe el periodista Sergio Carreras hace ya una década: “Gobernar, en Córdoba, es echarle la culpa a Buenos Aires”.

Ahora que Schiaretti tantea transformarse en un jugador nacional parece difícil que en lo sucesivo pueda seguir usando la misma herramienta si su horizonte es una alianza con el jefe de gobierno de CABA Horacio Rodríguez Larreta, el jefe político de los porteños.

Schiaretti enfrenta el obstáculo epistemológico de pretender levantar la bandera del federalismo al mismo tiempo que evita sumarse a la masa de gobernadores que decidieron dar pelea a Larreta en el conflicto que el hombre del Pro tiene con el Gobierno nacional por los fondos traspasados por Mauricio Macri  y que Alberto Fernández  recuperó en pandemia.

Nada ha dicho el gobernador cordobés al respecto, atento a que entre los fundamentos de las provincias el federalismo fue una de las cartas fuertes jugadas sobre la mesa, tanto en términos políticos como jurídicos. El ministro del Interior Eduardo “Wado” De Pedro tomó la posta y ahora le disputa a Schiaretti la bandera colorada. En el encuentro que llevó a cabo en Mendoza, titulado “El peronismo del futuro”, Wado dedicó varios pasajes de su discurso a reivindicar el federalismo y disputarle a Schiaretti el concepto, tan caro a los sentimientos de la provincias fundantes de la república.

Mientras, los gobernadores amenazan con juicio político a la Corte Suprema de Justicia, donde ocupa un lugar preponderante el peronista cordobés  Juan Carlos Maqueda. Así, los límites de la actuación política de Schiaretti los marca una dinámica que no maneja, a diferencia del frente interno, donde logra aplausos y consensos en almuerzos, meriendas y cenas.

Guillermo Posada
- Periodista -