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Martín Gill
El intendente de Lincoln
Foto: Martín Gill no para. Pese a haber renunciado a la Secretaría de Obras Públicas de la Nación, sigue recorriendo el sur de la provincia.
Entrevista exclusiva con el intendente de Villa María y referente del Frente de Todos en Córdoba. ¿Encabezará una fórmula propia o acompañará a Martín Llaryora en 2023?
Publicada el en Entrevistas

Su relación con Accastello, con Llaryora, con Schiaretti, con “sus” intendentes… De todo dialogó telefónicamente Martín Gill con este periodista, al que no le gusta realizar este tipo de entrevistas por teléfono. “Es que hoy me voy por la mañana a Córdoba y de regreso paso derecho para Buenos Aires… Y mañana vuelvo a la tardecita, pero…

-Bueno, Gill, usted parece El abogado del Lincoln…

-¿Quién?

-¿No vio la serie que la está rompiendo en Netflix? La del tipo que piensa mejor las cosas arriba del auto, en movimiento. Es abogado, igual que usted…

-No la vi, pero sé que hay gente que utiliza distintos espacios y maneras para concentrarse. La voy a mirar. Los teléfonos y las computadoras, hoy por hoy son una herramienta de trabajo, los utilizo todo el viaje, permanentemente; para planificar, para ir atendiendo diferentes cuestiones, para responder pedidos, para hacer trámites. Efectivamente, se aprovecha más el viaje hoy en día.

-¿A los cien intendentes que juntó en Villa María los fue llamando mientras viajaba?

-Estamos en contacto siempre y no sólo con esos intendentes que vinieron a Villa María y que fueron ciento diez, sino con muchos más, incluso de otros espacios políticos. Uno siempre pone a disposición la experiencia, las relaciones, el conocimiento de los programas existentes… Los que somos intendentes sabemos cuánto cuesta hacer bien nuestro trabajo, y en una provincia con tantos municipios y con municipios tan diferentes, cuesta más. Yo recuerdo que cuando estaba en la Secretaría de Obras Públicas a esto se lo marcaba siempre a los funcionarios centrales, que muchas veces creen que se lanza un programa nacional y que llega con igualdad a todos, pero no es así. Hay lugares que ni siquiera tienen conectividad, entonces vos no podés hacer proyectos que impliquen eso, porque les estás haciendo una carrera de obstáculos casi insalvable a algunos intendentes y jefes comunales. Entonces hay que tratar de acompañar, ayudar, agilizar… Esa es la mirada que me traje el día que decidí volver a Villa María y me comprometí a ser un puente en aquellas gestiones que habíamos iniciado durante mi gestión y en otras que se puedan iniciar.

-¿Ese cargo y esas obras que vinieron a Córdoba lo pusieron en un contacto más estrecho con el gobernador?

-A ver… Nosotros tratamos de tender puentes no solo con Córdoba, sino también con las demás provincias argentinas y promover el federalismo hacia los municipios. Y se hicieron acciones muy importantes en todo el territorio nacional. Acá se reactivó la autopista de la Ruta 19, que había sido uno de los convenios que se habían suscripto y no habían sido cumplidos por el gobierno nacional anterior; se puso en marcha la Avenida de Circunvalación de Villa María, a la que se había comprometido Macri con el gobernador en su momento y tampoco se había concretado, y la Autopista Holmberg-Río Cuarto, otro de los compromisos incumplidos. Además, se reactivaron y se terminaron las obras de las plantas depuradoras de Río Cuarto, de San Francisco y la de Bajo Grande, que Macri había iniciado pero se encontraban paralizadas. Y no son las únicas obras que se pudieron terminar. Hay que recordar la creación de centros de salud en el contexto de pandemia, como pudimos hacer en el Hospital de Clínicas, en Santa Rosa de Calamuchita y Mina Clavero o en Punilla o las obras en la cárcel de Bouwer. Podría mencionar la repavimentación de las rutas 158, de la 9, de la 9 Norte, de la 60 hacia Catamarca…

-Bueno, a lo que íbamos. ¿Eso le valió el reconocimiento de Schiaretti o un mayor reconocimiento de parte de él?

-Y… hoy se pueden contar 40 obras que está llevando adelante la provincia, pero con fondos de la Nación… Volver a construir los jardines que se habían prometido y que no se habían hecho…

-La pregunta es si cree que esos puentes tendidos, esas obras que se gestionaron, lo pusieron en el radar del gobernador; si cree que él lo visualiza como un actor a tener más en cuenta en el plano provincial.

-Yo creo que me toma como el intendente de la tercera ciudad de la provincia. La relación institucional con él, como con la Nación, es una relación donde se puede pensar distinto, no absolutamente igual en todo, pero en cuyo marco podemos poner sobre la mesa los desafíos y los objetivos que tenemos en la ciudad de Villa María. Nuestro municipio tiene una relación institucional como debería ser lo normal con el gobierno nacional y con el gobierno provincial. Realizamos un aporte importante como conglomerado regional y, a partir de allí, no me parece que tenga que ser ninguna autoridad la que defina o marque o empodere a los actores. Las construcciones las realiza cada uno según la huella que puede ir marcando y la vocación que uno puede tener de querer ser protagonista. Y, en ese sentido, no estoy buscando ninguna sortija, sino que estoy convencido de que los municipios tienen que ser protagonistas del tiempo que viene. Nosotros, en este espacio de intendentes e intendentas, fuimos construyendo una forma de mirar la realidad hoy y de mirar la realidad hacia adelante, con un profundo sentido de amplitud, de búsqueda de consensos, puntos de encuentro ante la diversidad. Eso es lo que buscamos intendentes e intendentas que, proviniendo de distintos sectores políticos como el justicialismo en su dimensión provincial, el justicialismo en su dimensión nacional, el vecinalismo y el radicalismo, tenemos la capacidad de cerrar esas grietas que la política ha marcado en otros espacios; demostrar que podemos trabajar juntos y que podemos pensar en la transformación de la realidad todos los días. Y en esa Córdoba que viene, en esa Córdoba de los próximos veinte años, este grupo y seguramente otros mandatarios locales, consideramos que la política no es algo que se nos da como algo hecho, sino que se construye. Y en esa construcción sentimos que tenemos ganas, que tenemos vocación, que tenemos la responsabilidad de caminar con la mirada en el interior de la provincia de Córdoba.

-Cuando desde otro punto del territorio cordobés miran políticamente hacia Villa María, reparan en el intendente y en el ministro Accastello. ¿Cómo está la relación entre ustedes dos?

-Esa vocación de construir la unidad en la diversidad la podemos plasmar en nuestra relación. Claramente la política de los últimos 20 o 25 años ha marcado protagonismos muy fuertes de distintos intendentes dentro del justicialismo y hoy permite que tengamos dos ministros provinciales como son los casos de Eduardo y de Nora (Bedano), que tengamos secretarios de Estado a nivel  provincial, que tengamos una centralidad también a partir del rol que a cada uno le tocó cumplir tanto en el orden nacional como local y eso creo que es una muestra de la trascendencia del proyecto político que llevamos adelante. Tanto con Eduardo como con Nora, aunque no pensemos igual en el fondo o en la forma en varios puntos, tenemos la capacidad de no abandonar el diálogo y de construir la unidad que reclamamos, porque creemos que este proyecto que durante 25 años marcó una bisagra en Villa María en su rol central dentro de la región y en la provincia de Córdoba, tiene que ser profundizado. Y sí, es un camino que hay que remarcar, hay que seguir y para eso tenemos que tener esa capacidad. Lo pudimos plasmar en el partido con una sola lista para elegir las autoridades en la ciudad y el departamento, lo plasmamos todos los días en las gestiones que hacemos y también es una relación institucional correcta la que mantenemos. Hemos ayudado mucho a Villa María y a la región, pero que también tenemos un enorme desafío hacia adelante y una enorme responsabilidad. Entonces la relación es buena, es correcta, creo que es de afecto recíproco entre los distintos actores, pero también tenemos nuestras diferencias y, más que plantearlas como motivo de desencuentro, hoy hay que plantearlas como oportunidad de construir la unidad.

-¿Qué opinión tiene sobre Martín LLaryola, quien aparece hoy como un posible candidato a la Gobernación?

-A Martín lo conozco desde antes que fuera intendente y él me conoce a mí desde antes que yo lo fuera. Hemos trabajado juntos cuando yo era rector de la Universidad Nacional de Villa María para poner en marcha el Centro Regional de Educación Superior de San Francisco. En lo personal existe un afecto recíproco. Y por otra parte creo que la ciudad de Córdoba ha recuperado un espíritu que hacía mucho tiempo no tenía; un espíritu de transformación, un espíritu progresista, un espíritu de ocupar un rol como tiene que ocupar una ciudad que es el segundo conglomerado urbano de la Argentina. Me parece que su tarea no es fácil, porque llegó tras muchos años de abandono, de desinversión, de no abordar la agenda central de la ciudad. Más allá de todo eso que pienso de Martín, creo que el justicialismo tiene que recuperar una capacidad de debate interno, pensando no tanto en poner sobre la mesa todo lo que hemos hecho durante este tiempo como provincia, sino de representar una esperanza de transformación para los años que vienen en Córdoba. Quizás es un momento refundacional, como el que se dio con José Manuel De la Sota cuando llegó a la Gobernación. Y me parece que en ese debate no tenemos que tener mezquindades y que tenemos que tener mucha transparencia para representar y englobar a la totalidad de los que conformamos el justicialismo.

-¿Estima que están dadas las condiciones para que eso suceda?

-Tenemos algunas miradas comunes y otras diferentes en muchos aspectos, pero ojalá se dé el debate interno. Si ese debate se da, nosotros estamos dispuestos a ser protagonistas para poder traducir este espíritu profundamente federal en nuestra provincia y el reflejo de lo que al interior de la provincia le pasa en el corredor productivo, en la realidad de los pueblos y ciudades, en cada uno de los valles turísticos… Como siempre digo, las candidaturas no se cierran en acuerdos de café ni en operaciones mediáticas; tienen que surgir del debate, de la exposición de ideas y de todos los sectores, aunque no piensen lo mismo. Ojalá se dé y, como dije, seremos protagonista allí. Si no se da, si se prohíbe, bueno, evaluaremos el lugar que nos tocará ocupar, el rol que nos tocará cumplir y, además, la posibilidad de construir espacios más amplios, con alianzas políticas, pero también con alianzas sociales. A esto último José Manuel De la Sota lo inició cuando conformó aquella unión de cuerpos sociales que después devino en la Unión por Córdoba, que generó algo mucho más grande que el peronismo en la provincia. Creo que a esa dinámica la tenemos que retomar y hay sectores productivos, industriales, de la economía social, de la economía popular, sectores de la educación, sectores universitarios que tienen que estar presentes y ser protagonistas en la Córdoba que viene.

Pregunta si quedan muchas preguntas. Una más, en todo caso…

-Aunque es muy volátil el escenario, ¿lo imagina a Schiaretti en algún armado nacional?

-En ese marco de lograr la unidad en la diversidad… Creo que si no hubiésemos tenido la trágica muerte de De la Sota, el justicialismo tendría un escenario nacional con todas sus vertientes, donde las distintas expresiones dirimirían sus diferencias en las PASO. Hay espacios con particularidades que tienen que tener una voz y una palabra y un lugar. Yo desearía que fuera dentro del justicialismo. El mismo debate que pido en Córdoba debería ser un debate que se diera en el orden nacional. Si ese debate se diera, me parece que el gobernador tiene la capacidad, las condiciones y una gran trayectoria para poder ser un hombre que puede aportar mucho. Repito, aspiraría que fuese dentro del espacio político que nos contiene desde siempre. Por eso, cuando algunos me plantean: “vos te fuiste del justicialismo” o “te vas del justicialismo y después volvés”, yo respondo que siempre mantuve una coherencia, porque a mí no me dio lo mismo votar a Macri que a Alberto Fernández, pero tampoco me dio lo mismo votar a Negri o a Mestre que a Schiaretti. Siempre he tratado de construir en el justicialismo, plantear las cosas desde adentro, con las coincidencias y las diferencias.

El auto no se detiene. Los suburbios anuncian una gran ciudad. El pasajero medita su próxima movida. La conversación con el periodista quedó atrás.  

Sergio Vaudagnotto
- Periodista. -