No es un informe clasificado, pero se le parece bastante. El Estudio Técnico del Mundial ’78, visible y accesible a partir de la transformación digital, no es precisamente un documento que salte a la vista cuando alguien ingresa al sitio web de la FIFA. Hay que buscarlo, y con lupa.
El dossier, que contiene 224 páginas y tuvo circulación restringida en el tradicional formato impreso, se presenta como una especie de balance de la XII Copa del Mundo, que se disputó hace 44 años en Argentina. Contiene conclusiones sobre aspectos organizativos, logísticos y reglamentarios, además de un exhaustivo análisis de tácticas y situaciones de juego.
En el escrito hay varias cuestiones vinculadas a Córdoba, una de las seis sedes que tuvo el campeonato. Y algunas “perlitas”, como la alusión a la influencia de las presiones políticas en los rendimientos de jugadores y árbitros. Pero no sólo eso. También expresa un claro posicionamiento ideológico y un respaldo explícito a la última dictadura militar argentina.
Notables agrupados
El neerlandés “Rinus” Michels, DT de la célebre “Naranja Mecánica” subcampeona mundial en Alemania ’74, fue la presencia más destacada en el grupo de estudios técnicos designado por la FIFA para el Mundial de Argentina. Lo acompañaron otros entrenadores de aquella época, como el serbio Milan Miljanic (tres veces campeón dirigiendo al Real Madrid), el checo Vaclav Jira, el suizo Roger Quinche y los alemanes Karl-Heinz Heddergott y Hans Lang. El inglés Walter Winterbottom, primer seleccionador de la historia del representativo de su país y conocido como “el Magnífico”, fue el director; y el irlandés Harry Cavan, quien era el segundo de Joao Havelange en la matriz del fútbol mundial, el presidente.
José Bonetti, excapitán del Ejército brasileño y supervisor de los seleccionados de su país durante el gobierno del dictador Emilio Garrastazu Médici, representó a Sudamérica. Como secretario de esta comisión figuró un ignoto exjugador de hockey sobre hielo cuya presencia pasó inadvertida. Se trata del suizo Joseph Blatter, quien dos décadas más tarde sería entronizado como dueño de la pelota. El mismo que en 2019 debió renunciar por los escándalos de corrupción que mancharon la pelota durante su gestión, incluida la designación de Qatar para el Mundial 2022.
A modo de Introducción
“El escenario fue magníficamente preparado”, asegura el prólogo del informe. Menciona el “homenaje especial que el Dr. Joao Havelange, presidente de la FIFA, rindió a Argentina por haber realizado una labor gigantesca de preparación” en su discurso inaugural; y cita un textual del entonces titular de la AFA, Alfredo Cantilo: “De uno a otro confín, el mundo nos mira ansioso y expectante. No lo defraudaremos”.
“En la competición, la organización funcionó con efectividad y el temor por la seguridad dio paso a una gran admiración por la calurosa bienvenida y la conducta alegre, llena de entusiasmo, del pueblo argentino en apoyo a su equipo. En este sentido, este Mundial fue un enorme triunfo para un país que ama claramente su fútbol”, destaca la introducción.
“De modo que resultaba lógico que el equipo argentino obtuviera, después de varios momentos de ansiedad e incertidumbre, un puesto en el partido final y que luego, después de un encuentro muy disputado contra Holanda, ganara el trofeo en la prórroga”, añade el escrito. ¿Temor por la seguridad? ¿Enorme triunfo para el país? ¿Lógico campeón? Raro.
No falta un párrafo aparte para el Ente Autárquico Mundial ’78, el oscuro organismo que manejó a gusto y placer la caja del evento y que nunca rindió cuentas del “rojo” de US$ 500 millones que arrojó su gestión: “Sólo con la creación del Ente Autárquico Mundial que se pudo garantizar la fuente financiera y organizadora de la Copa Mundial en Argentina”. Lejos de quedar en el ojo de la tormenta, el vicealmirante Carlos Lacoste, el hombre fuerte de EAM ’78, fue premiado con una vicepresidencia en la FIFA y con un puesto en el Comité Organizador del Mundial España ’82.
En el centro de la escena
“Lamentablemente, la tardanza en la siembra del césped, unida al tiempo húmedo durante la competición, hicieron que las superficies de juego, con excepción de Córdoba, no correspondieran a la calidad que era exigible”. La primera referencia a nuestra provincia llama la atención, teniendo en cuenta que el piso del rebautizado Estadio Kempes ha sido un problema recurrente, casi una cuestión de Estado, en los últimos tiempos.
Otro capítulo cordobés bien podría llamarse “no voy en avión, voy en tren” y alude a un episodio así descripto: “Nadie había contado con la posibilidad de que la niebla interfiriera en el desarrollo de la competición. Afortunadamente, los partidos no fueron afectados por este hecho, pero un viaje de 24 horas, en tren, de Buenos Aires a Córdoba del árbitro y los jueces de línea, quiénes inmediatamente después de la llegada tuvieron que dirigir el partido, no contribuye en nada a la eficiencia del arbitraje”. Al respecto, se cita que el equipo alemán tuvo un retraso por la misma causa y que “hubo sensación de alivio cuando la niebla se disipó definitivamente”.
De los estadios se dice que “eran complejos bien diseñados” y que “salvo pequeñas excepciones, cumplieron con su propósito”. Se observa que “profundos fosos cerca del terreno de juego pueden presentar peligro para los jugadores” y se sugiere que los tableros “no muestren los resultados de otros partidos hasta su finalización”. Y deja constancia de un planteo de Polonia: “Tuvo razón justificada para quejarse, ya que estuvo obligada a viajar más que los otros equipos contra los que tuvo que enfrentarse”.
En un segmento más específico, donde se visibilizan situaciones puntuales de juego, el cordobés Osvaldo Ardiles es citado como “ejemplo de esfuerzo total”. Del “Pitón” se destaca que “realizaba más de 100 contactos de juego con la pelota y corría alrededor de 8 .000 metros por partido, un rendimiento más alto que el de los mejores centrocampistas europeos”.
Hablemos de fútbol
Respecto al nivel futbolístico, el grupo de estudios técnicos del Mundial ’78 fue contundente: “el consenso general es que fue inferior a los de Alemania ’74 y México ‘70”. “Existe una fuerte convicción de que las presiones e influencias exteriores -política nacional y prestigio, publicidad, crítica de la prensa y TV y explotación comercial - hacen que los equipos y jugadores no rindan al máximo, afectando también la actitud de los árbitros”, se especifica.
Ya fuera de los contextos, y haciendo foco en el rectángulo de césped, el informe dice: “Se sospecha, cada vez más, que los métodos científicos están comenzando a dominar el fútbol y a imponer valores que no tienen su origen en el deporte. Las tácticas están llevando a los jugadores a modelos defensivos y limitando su libertad de improvisar e innovar. Algunos entrenadores opinan que se carga mucha responsabilidad sobre ellos y que se deberían encontrar formas de reducirla”. Y agrega: “Los resultados han alcanzado tal importancia, desde el punto de vista comercial, que se sacrifica la habilidad individual por un juego táctico estereotipado”.
Sobre la chance de incrementar la cantidad de participantes (en España ’82 se elevó de dieciséis a veinticuatro), se plantea que la variante supondría “una gran carga sobre el país organizador” y que “surgirá también el problema de una mayor duración de la competición final cuando muchos entrenadores y jugadores consideran que ya, ahora, es muy larga”.
Y se concluye: “Varios equipos que participaron en 1974, no jugaron tan bien en esta competición, particularmente Alemania y Polonia. Los dos que han mejorado sus actuaciones fueron Argentina e Italia; y Brasil, pese a no haber desarrollado todo su potencial, jugó en forma más consistente y fue el único que no sufrió derrotas en este torneo. Hubiera figurado en la final, de no ser por la victoria sorprendente de Argentina sobre Perú”.
De Córdoba a Glasgow
El primer partido oficial en el Estadio Córdoba -el 3 de junio de 1978, con la nefasta Junta Militar a pleno en el palco de autoridades- fue el último de los 22 que el escocés Willie Johnston jugó para su selección. El control antidoping posterior al 1-3 ante Perú fue su pasaje de regreso a Glasgow. En el paper de la FIFA se destaca que “la noticia causó sensación” y se apunta que “los asombrados dirigentes de la Asociación Escocesa de Fútbol reaccionaron inmediatamente enviando al jugador a casa y suspendiéndolo para futuros partidos internacionales”. “Muchos entrenadores opinan que la presión de ganar sobre los jugadores es tan grande que las autoridades deben realizar un control muy estricto”, añade.
“Otro punto controvertido fue el de los arbitrajes”, se cita más adelante. ”En los primeros partidos tuvo un nivel sumamente alto; pero, inexplicablemente, el nivel descendió en algunos de los partidos posteriores, cuando dirigieron los árbitros con más experiencia”, apunta. “Durante toda la competición, volvieron a surgir viejos problemas y se dudó de la imparcialidad de algunos árbitros”, enfatiza. Se enuncian “algunos puntos que llamaron la atención”, y se subraya que “los jueces seleccionados por FIFA deberían tener integridad y valor acreditados”.
Otros párrafos del documento echan luz sobre la categórica valoración que se hace del desempeño de los miembros de la corporación arbitral. Por caso, en el análisis del partido Argentina-Francia se destaca que el elenco anfitrión “ganó el partido con un gol conseguido de penal muy discutido”.
De la final que se jugó el 25 de junio en River, dice: “Holanda tuvo la posibilidad de ganar el partido en los largos periodos de superioridad en el segundo tiempo, cuando lograron disminuir la atronadora hinchada argentina. No obstante, durante todo el partido, la enfervorizada multitud fue un factor de gran influencia para que su equipo obtuviera el triunfo”.
El sospechoso de siempre
Un extenso capítulo le dedica el informe técnico de la FIFA a la goleada sobre Perú que le permitió a Argentina acceder al encuentro decisivo. “Los argentinos, al entrar a la cancha, sabían que tenían que ‘crecerse’ para clasificarse para la final. La notable actuación del equipo al ganar 6-0 contra Perú, con la emoción y la exultante alegría de su hinchada, no borra la interrogante de esta disposición tan favorable”, destaca.
“No es la primera vez que se concede un privilegio al país organizador. Es fácil justificar la organización de partidos en ciertas canchas para alcanzar un mayor número de espectadores, mayor interés televisivo y mayor beneficio financiero. Sin embargo, la FIFA debería esforzarse por ser imparcial en todas sus fases competitivas, ya que, de otro modo, la atracción puede ser sustituida por sospechas y acusaciones de parcialidad, seguidas de decepción y desinterés”, enfatiza.
“Brasil jugó más temprano el mismo día y su victoria de 3-1 sobre Polonia dio a Argentina la posibilidad de saber que en su partido de noche contra Perú tenía que ganar por cuatro goles de diferencia para clasificarse para la Final. La derrota de Perú, por seis claros goles, fue el resultado más sensacional del torneo, decepcionando a Brasil”, enuncia. “El encuentro de Argentina contra Perú fue sorprendente en general”, especifica.
“El sistema despertaría mayor interés en la competición de ’eliminación inmediata’ desde los cuartos de final en adelante, eliminaría el ‘juego calculado’ en la segunda fase y evitaría partidos que no tienen ningún impacto sobre la clasificación”, concluye. La simultaneidad de los partidos decisivos recién se instrumentaría en México ’86, tras un conveniente y escandaloso 0-0 que Austria y Alemania protagonizaron en Gijón en 1982.
Volviendo al principio
“Este informe analiza lo que sucedió en la Competición y trata de señalar el camino para futuras acciones. La FIFA distribuirá suficientes copias del informe a las asociaciones miembros para que pueda ser muy leído y discutido por aquellos que están interesados en el desarrollo ulterior del deporte a nivel internacional”, señala el prólogo del documento, que entrelíneas y en forma explícita abarca mucho más que cuestiones técnicas.
Las gambetas del texto, plagado de amagues y fintas previsibles, deviene en desborde por derecha en un párrafo que aparece casi escondido entre varios punto y seguido en la “Introducción”: “El General Jorge Rafael Videla, Presidente de la Argentina, y su Gobierno, pueden vanagloriarse y sentirse satisfechos por el inmenso éxito de esta competición y la buena voluntad engendrada hacia Argentina y su pueblo en todo el mundo”.