Crónicas
Entrevistas
Actualidad
El Kiosco virtual
Reflexiones
Cultura
Música
Cine
Libros
Galería Magalú
Galerías multimedia
Quiénes Somos
Revista El Sur
Staff
Ediciones en papel
Suscripcion
Ars Nova
De Mackenna al Estudio Ion de Buenos Aires
Foto: Ars Nova, la banda de hard rock que hace historia desde el sur de Córdoba.
Agustín Muñoz, guitarrista, y Lucas Daniel Fernández, tecladista, son los fundadores de Ars Nova, una banda de hard rock que recorre distintos escenarios del sur de la provincia. Grabaron sus últimas canciones en el mítico estudio que supo reunir a Charly, La Renga y Spinetta.
Publicada el en Entrevistas

¿Qué tienen en común Charly García, La Renga y Luis Alberto Spinetta? Además de ser grandes figuras del rock argentino, los tres recorrieron el histórico Estudio Ion en Buenos Aires. Estudio en el que, hace tres meses, comenzó a sonar el nombre de Ars Nova, una banda de hard rock formada a fines de 2010, oriunda de la localidad cordobesa de Vicuña Mackenna.

A las dificultades de ser una banda de rock en una provincia cuartetera como Córdoba se le suma la escasez de lugares para tocar en los pueblos chicos. Tocar en Elvis es lo que les dio pantalla para poder dar conciertos en otros lugares. Influenciados por bandas de rock como Scorpion, Queen, Bon Jovi y Rata Blanca, compusieron varias de sus canciones con un estilo ochentoso, que también se ve reflejado en su vestimenta y en los muebles rústicos que adornan su sala de ensayos. Es domingo. El guitarrista Agustín Muñoz y el tecladista Lucas Fernández retiran el papel de burbujas que cubre sus instrumentos, su mesa de pool, su televisión y los sofás. “No es lo que parece, el jueves fue nuestro último ensayo”, dicen mientras acomodaban el lugar antes de sumergirse en horas de charla sobre su carrera.

-Del sur de Córdoba a Buenos Aires ¿Cómo terminaron en el Estudio Ion?

Del sur de Córdoba al Estudio Ion. ¿Cómo llegaron? Tecladista y guitarrista se acercan más al grabador y con un aire de orgullo en su voz dicen: “Salir del sur de Córdoba, de un pueblito, e ir a Buenos aires a grabar en el mítico Estudio Ion, un estudio donde ha tenido grandes artistas, fue gracias a las redes”. “No teníamos ningún contacto, ni conocíamos a nadie. Se fijaron en nuestro material y nos llamaron. Jamás pensamos que lo que hicimos en redes terminaría en algo tan grande y obviamente estábamos a la altura para ir. Recuerdo que una semana antes estábamos viendo videos de “Encuentro en el estudio” y nosotros decíamos: “Wow, imagínate estar ahí”, y a la semana nos llamaron del lugar”, dice Muñoz.

- ¿Cómo surgió la idea de formar la banda?

- Lucas Fernández: La familia de Agustín son todos músicos y en un momento los hermanos estaban ensayando para un proyecto en homenaje a Soda Estéreo y a Cerati.  Como éramos amigos antes de la banda yo estaba dando vueltas por ahí y pasó. Agus tenía unos 24 O 25 años y el más pequeño 17. Ahí empezamos a probar música que nos gustaba, que es el rock de los ´70 Y ´80 y es el que hoy tratamos de interpretar.

-Agustín Muñoz: Además de ser amigos y compartir el amor a la música, Ars Nova la armamos con un fin casi terapéutico. Nos juntábamos a dejar la semana ese día con la música, ni siquiera con el objetivo de salir a tocar. No queríamos hacer música para el resto sino para nosotros. En ese momento todas las bandas tenían el mismo repertorio y estábamos podridos de eso. La banda nace sin ningún tipo de proyección empresarial era solo una cuestión de juntarnos a tocar lo que queríamos.

En su debut consiguieron lugar para tocar en un encuentro de artesanos con varios músicos locales en Vicuña Mackenna, un 19 de diciembre de 2010. Esa noche cambió su destino, pero tenían que encargarse de algo antes de subir al escenario por primera vez. “Fuimos a tocar y no teníamos nombre” recuerda Lucas. Se hace un silencio. Se lanzan miradas cómplices. Hasta que irrumpen las risas. “El que sabe más de música es el profe, Agus decile vos”, dice Lucas. El guitarrista acomoda su larga cabellera y dice: “Yo estudié música y recordé la época “Ars Nova”, que en latín significa “arte nuevo”. Lo nuestro no tiene nada de nuevo -dice entre risas-, pero no teníamos nombre, nos sonó simpático y le dije a los chicos: “Che, pongamos Ars Nova”. Y dijeron: “Bueno, bueno, pero toquemos”. Así se terminó imponiendo el nombre sobre nosotros. Lo peor es que lo tenemos que cambiar”.

- ¿Por qué?

- Agustín Muñoz: Ars Nova es un nombre que no se puede patentar porque pertenece a una parte histórica y porque hay muchos ensambles que se llaman así. Más allá de lo legal, tenemos que llamarnos de otra manera. En Mackenna nos conocen por ese nombre, así que en lo legal somos Ars Nova BM, pero en lo público somos solo Ars Nova.

- Su primer recital grande fue en Rocktoberfest ¿Cómo llegaron ahí?

-Agustín Muñoz: Pablo (el cantante actual) se fue a vivir a Córdoba y nos avisó que había un concurso. Le dijimos que nos anotara, pero no leímos nada. Había que enviar temas propios, enviamos los nuestros y a la semana nos avisaron que habíamos quedado seleccionados. No le dimos importancia. “Un certamen más, de tantos que hay todo el tiempo”, dijimos.  Pero después, de 270 bandas, quedaron sólo 27. Lo que comenzó como una descarga para pasar un buen rato terminó con un pase directo para ir al Rocktoberfest. Uno se diluye en su mundo y si no te dice un tercero que te está yendo bien, no te das cuenta. Cuando uno viene remando desde abajo, sin mucha experiencia, es de mucha ayuda.

- ¿Cómo fue presentar sus propias canciones?

- Agustín Muñoz: Uno busca hacer las cosas propias, pero si buscás un espacio para tocar, rinde más usar temas conocidos, la gente se engancha más. Es difícil que se enganchen con canciones que nunca escucharon en su vida. Pero lo real es que todo lo grande que nos llegó es con temas propios. Nos convocan por eso. Otras bandas también nos dijeron que apuntemos por ese lado.

- Lucas Fernández: El éxito tiene que ser una consecuencia del trabajo. Pero tampoco descartamos tocar otras cosas que nos gustan. Además, nos sirven como caballo de Troya para meter los temas propios.

- Ars Nova cambió algunos integrantes ¿Qué criterios buscan para ser parte?

- Lucas Fernández: Nosotros ya éramos amigos desde antes, pero hay un baterista nuevo, un cantante nuevo y fuera de la música buscamos poder ser amigos. Nosotros le prestamos atención al lado humano, claro que se busca que sea bueno con su instrumento, pero también que se dedique a los procesos de integración. Se busca una persona abierta y funcional con quien se pueda construir.

- ¿Por qué?

- Lucas Fernández: Porque si nosotros sentimos química, tocando después se nota. Entonces si perdemos lo que nos mantiene unidos, ese círculo de amistad y de fraternidad, todo lo que podamos generar después… no termina bien.

- Agustín Muñoz: Es como una juntada con conocidos e íntimos amigos, es absolutamente distinto. No importa el medio, sino todo el entorno. La música es una parte, y por supuesto que es recreativa, nosotros la pasamos muy bien. Pero también es cierto que si alguno lo quiere hacer más profesional requiere un tipo de trabajo y exigencia también profesional, y eso desgasta. Comer un asado o hacer juntadas para charlar nos sirve para alimentar otra parte que no es la banda.

- ¿Y cómo manejan el hecho de que el hobby haya pasado a ser un trabajo profesional?

El guitarrista mira el techo y se queda en silencio. Lucas lo mira, mira los instrumentos y suspira. Agustín esboza una sonrisa.

-Agustín Muñoz: Al comienzo lo hicimos de una manera muy degustada, lo seguimos haciendo de gusto. Entonces ni nos preocupamos, sólo era tocar.  Pero hubo un quiebre cuando dijimos: “Esto realmente está funcionando” y requiere seriedad. Al principio era una juntada de amigos para pasar un rato; ahora es una cuestión técnica y profesional.

- Lucas Fernández: El tiempo cambió, llegaron ofertas, queríamos estar a la altura y fuimos evolucionando. Lo que empezó como un hobby terminó en una actividad seria: le dedicamos cinco o seis horas a cada ensayo. A pesar de que tenemos actividades diferentes, le dedicamos mucho tiempo a la banda. Ya no es más sólo tocar el instrumento en la casa, es apuntar a otro lado.

- Ya llevan 12 años juntos, ¿qué los mantiene unidos?

Lucas suelta una carcajada. “Todavía no nos cayó el meteorito. No somos tan viejos”, dice.

-Agustín Muñoz: El lado humano es la espalda que nos ha hecho sobrevivir a lo malo. El arte, hacer música con las personas que uno aprecia, el crear anécdotas con amigos, los hermanos y compartir todo lo que conlleva este proyecto con gente que uno quiere es lo mejor. Es un trabajo que uno quiere, con la gente que quiere, con los tiempos que quiere.

- ¿Qué consejo les darían a otras bandas con aspiraciones?

-Lucas Fernández: Que no se desmoronen. Uno se enamora de lo que hace, y por ahí uno no ve los resultados o piensa que está lejos de todo y eso lleva a que no lo logre. Esa relación persona-instrumento no debe terminar. Nosotros no hemos terminado con ese amor, todo lo contrario, cada vez nos encanta más.

- Agustín Muñoz: Lo que dice Lucas: lo primero es trabajo. Nada a lo que uno no le coloque trabajo puede salir bien o puede tener una continuidad en el tiempo, la constancia es clave. ¿Por qué uno toca? ¿Si eso te hace bien, por qué lo dejás? Uno tiene que hacerse esas preguntas. En el momento que lo técnico nos ganó y nos cansó, se pierde.

- Lucas Fernández: Hace diez años que está la banda, pero hace veinte que estamos tocando juntos. Tuvimos tres proyectos distintos y estamos orgullosos de todo el recorrido y de lo que nos espera. El punto es no caerse en el primer paso.

Alen Cahuana Correa
- Estudiante de Comunicación Social -