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Una biografía sobre Alicia Eguren
Revolución con manos de mujer
Por | Fotografía: Gentileza Melisa Blois
Foto: Se acaba de publicar \"Alicia en el país. Apuntes sobre Alicia Eguren y su tiempo\", un libro de Miguel Mazzeo bajo el sello editorial Colihue.
Por primera vez se publica en Argentina una biografía sobre Alicia Eguren. Bajo el título "Alicia en el país. Apuntes sobre Alicia Eguren y su tiempo" de la editorial Colihue, su autor compila documentación y reflexiones de la vida de esta figura intelectual del peronismo revolucionario, de la que poco se conoce en general.
Publicada el en Entrevistas

Miguel Mazzeo se siente representado principalmente bajo el rol de militante popular, consecuentemente con esto, ha participado en varias organizaciones. Confiesa que aspira a la condición de educador popular, la cual considera un escalón muy alto. También es docente en la UBA y en la UNLa hace muchos años, donde ejerce como Profesor de Historia y Dr. en Ciencias Sociales. En diálogo con El Sur, hace un repaso por las principales motivaciones que lo llevaron a emprender esta tarea y las reflexiones que surgieron durante el proceso.

¿Quién fue Alicia Eguren?

Digamos que Alicia fue una intelectual, una agitadora política, cultural, poeta, fundamentalmente militante revolucionaria. También fue una precursora del feminismo, podríamos definirla como una protofeminista. En el libro decimos que fue una feminista práctica. Pero también fue una feminista teórica, cuando uno profundiza un poco en su vida se da cuenta de que también le cabe esta definición, sobre todo en la década del '60. Una lectora temprana del tema y además una mujer que tuvo vínculos con otras feministas. Lo de feminista práctica puede relacionarse, quizás, a la década de '40, más temprano. Pero podemos ubicarla como feminista teórica alrededor de los '60.

Básicamente fue un cuadro político, del nacionalismo primero, del peronismo después, y del socialismo revolucionario guevarista al final de su vida. Una mujer vinculada directamente a políticos y militantes revolucionarios de primer nivel, obviamente el más conocido fue John William Cooke, que fue su compañero de vida durante muchos años. Pero también interactúa con el Che, con Salvador Allende, con Omar Torrijos, con Perón por supuesto, Leonel Brizola... sería muy larga la lista de personalidades latinoamericanas con las que Alicia tuvo vínculo personal y político.

Hay una hipótesis en el libro Alicia en el país, yo digo que Alicia fue la mujer que mejor encarnó y simbolizó la idea de la revolución socialista en la Argentina, entre las décadas del '60 y '70 . Una revolución que por otro lado, entramaba a cristianos, peronistas, marxistas, una síntesis ideológica y política muy potente.

¿Qué te motivó a escribir un libro sobre su biografía?

Siendo militante joven, tomo contacto con Cooke a principios de los '80, yo soy de la generación posdictadura. De algún modo, mis compañeros mayores eran militantes de los '70, que no eran tan viejos en esos años. Con la fuerte figura de Cooke viene Alicia, tal vez ocupando un lugar secundario. Pero con el tiempo empecé a notar que Alicia no era un personaje para nada secundario. Entonces un primer motivo que me llevó a escribir sobre ella fue constatar que Alicia estaba subrepresentada, la subrepresentación de Alicia en el relato histórico fue la primera motivación.

Después viene la pregunta del por qué estaba subrepresentada, obviamente se debe a la gran derrota en la dictadura, ese es un dato insoslayable. Pero también habían otros elementos que abonaban a esta cuestión, lisa y llanamente el machismo que impera en la sociedad argentina en general, y el machismo que existe en algunas organizaciones populares revolucionarias.

En los años posdictadura, Alicia aparece como una figura inasimilable para gran parte del peronismo y para la izquierda dogmática y tradicional. Y al mismo tiempo es una figura central para cualquier imaginario político que pretenda transformar la Argentina. A partir de esa paradoja, es que también me sentí motivado a escribir.

Tomé la decisión de escribir la biografía, un género que yo no cultivo usualmente, porque me parecía que podía contribuir a subsanar esta situación, a contrarrestar la subrepresentación de Alicia en el relato histórico y tal vez, este es el deseo más recóndito, restituirle el lugar que a ella le corresponde. Después hay que destacar un montón de situaciones fortuitas que sucedieron, el vínculo con hombres y mujeres que fueron compañeros de ella, es decir, un contacto con lo que podríamos denominar la comunidad militante de Alicia.

La figura clave de esa comunidad militante es Pedro Catella, su único hijo, construí un vínculo que fue creciendo con los años y forjamos un contacto más estrecho con él. Se juntaron dos mundos, yo como militante buscaba a Alicia y él (Pedro) creo que también estaba buscando a su madre, esa búsqueda combinada ayudó mucho a escribir el libro.

 

 

¿Considerás que hay vigencia en su obra?

Creo que corresponde hablar más de la antivigencia, estos son tiempos no revolucionarios, hasta te diría contrarrevolucionarios. Por lo tanto, son tiempos que trituran figuras como la de Alicia. Ahora bien, sigo algunas referencias del viejo maestro Ricardo Piglia, que decía: "el verdadero gesto vanguardista consiste en correrse de lo inmediato y de las modas". Leer a viejos autores o autores que no estaban de moda era un gesto de vanguardia.

Entonces, ir a la historia de Alicia y a sus textos es un gesto de vanguardia. Más que preguntarme por la vigencia, yo me pregunto por la necesidad. Ahí digo que la figura de Alicia es absolutamente necesaria para este tiempo. ¿Por qué? Porque nos convoca a repensar proyectos emancipadores, algo amplio y general. Luego porque la figura de Alicia está asociada a un modo de pensar la política como autodeterminación popular y no como gestión de lo dado, de lo que es y lo que está. Su figura nos invita a pensar otras figuras, militantes críticos, militantes cercanos a la figura del intelectual orgánico, militantes muy alejados de las artes gestionarias, militantes revolucionarios por hacer una síntesis.

Es una figura que sin abjurar de su peronismo, logró conciliar esa idea con el socialismo como una estación sumamente necesaria para pensar la nación. Esta idea es central en Alicia, sin socialismo no hay destino para la nación. Creo que hablar de vigencia y actualidad es válido siempre que se plantee en términos de necesidad.

De las hazañas cometidas por Alicia ¿Cuál es tu favorita?

Creo que las hazañas más valiosas siempre son colectivas. Alicia participó de varias hazañas colectivas, entre el período del '40 al '70, son varias décadas. Todos esos años fueron años de acumulación de saberes, organizativos, prácticos, teóricos, recursos simbólicos de las clases subalternas. Ella fue parte de eso que realmente fue una hazaña colectiva. Por eso el pueblo argentino logró, al final de ese período, el cuestionamiento al orden establecido como nunca antes ni después se vio en Argentina. Esa enorme impugnación al poder y el pueblo tentado de intransigencia fue el resultado de un largo proceso de acumulación. Alicia fue parte de todo esto.

Luego, en un sentido más específico, Alicia fue parte de la resistencia peronista que también fue una gran hazaña colectiva. También fue parte de la resistencia a la dictadura del '66, ella fue parte del espíritu del cordobazo, del rosariazo, el tucumanazo, el viborazo y todos esos "azos".

En el plano de las hazañas individuales, Alicia fue una mujer con algún nivel de responsabilidad en la dirección de grupos nacionalistas en la década del '40. No era común una mujer joven dirigiendo y siendo referenta. Con 25 años, fue co-directora de la revista cultural Sexto Continente. También fue la persona que más tiempo estuvo detenida durante el proceso de la revolución fusiladora, más que cualquier hombre incluso, estuvo año y pico en prisión en condiciones durísimas. Protagonizó una fuga cinematográfica, en la que se recuerda más al Bebe Cooke, pero ella también protagonizó una fuga en Montevideo. Alicia fue miliciana en Cuba... Los marinos la califican en el '56, '57, de temeraria, por esa actitud que sostuvo a lo largo de su vida. Cuando es secuestrada y torturada en la ESMA, ella mantiene su entereza.

 

 

¿Qué aprendizaje te arrojó el libro una vez finalizado?

Podría decirse que el aprendizaje apareció a través de textos pero también por medio de personas. La relación con Pedro fue muy importante, era un hijo que estaba buscando a su madre, de reconciliarse con su historia. Acompañar ese proceso o meter mi búsqueda en eso fue muy importante. Partí de algunas intuiciones, sabía que Alicia estaba muy tapada por situaciones históricas que tendían a ocultarla, a ocultar una figura de esas características y esa naturaleza. Tapada por la derrota, y eso lo comparte con muchos y muchas, pero también estaba tapada por su condición de mujer y los relatos patriarcales, de ser mujer "de".

Hasta encontré que algunos de sus compañeros y compañeras la taparon cuestionando su vehemencia, su intransigencia, y también cuestionando su conducta personal. Alicia era una mujer que ejercía su libertad en todos los órdenes de su vida, incluidas sus relaciones personales. Muchos compañeros la condenaban moralmente, por haber sido infiel al Bebe. Siendo que la relación de pareja que ellos habían construido era abierta, al estilo de Sartre y Simone de Beauvoir.

Al mismo tiempo, Alicia tuvo relación de amistad amorosa con Allende, con el Che, de esto no se podía hablar, incluso yo mismo dude de encarar estos aspectos en la vida de Alicia. Sentí que podía caer en lo banal y frívolo de la chismografía, pero como estas situaciones habían servido para ocultarla, tuve que dar cuenta de la situación, de entenderla un poco más. Una consigna del feminismo reza que lo personal es político, entonces cómo no dar cuenta de ello.

Descubriste a la par que avanzabas...

Sí. La escritura fue un proceso de descubrimiento. También fue un proceso de establecer vínculos con personas concretas que habían conocido a Alicia, que es necesario destacar un acontecimiento fundamental como es la conformación del fondo Cooke-Eguren en 2016, que hoy está disponible para consultar en la Biblioteca Nacional. Allí están todos los trabajos de Alicia que se desconocían.

Fundamentalmente se conocen sus trabajos de poesía o los artículos que ella escribió en la revista Nuevo Hombre, pero la cantidad de cartas que ella se envió con dirigentes son textos maravillosos. Cartas al Bebe, varias cartas donde retoma a Cooke y toma la posta de escribirle a Perón, cartas a Cámpora, a Righi, a Atilio López, a Tosco. Aparecen trabajos de Alicia en su época de estudiante. Alicia es una de las pocas mujeres que participa en el famoso congreso de Filosofía en Mendoza del '49, y creo que es la única mujer relatora. Las cartas que le envía a su hijo mientras estuvo en Cuba durante la crisis de los misiles, un momento donde todos creían que la guerra era inminente y muchos no cubanos que estaban allí por solidaridad se van, ella se queda y le explica la revolución a su hijo de 12 años. Es una descripción sobre las maternidades revolucionarias.

Yael Ardiles
- Estudiante de Ciencia Política. -