Crónicas
Entrevistas
Actualidad
El Kiosco virtual
Reflexiones
Cultura
Música
Cine
Libros
Galería Magalú
Galerías multimedia
Quiénes Somos
Revista El Sur
Staff
Ediciones en papel
Suscripcion
Miguel Olaviaga
"Estoy fuera de la política partidaria, no de la política"
Foto: Miguel Olaviaga, del sindicalismo a la economía social.
Fue sindicalista, legislador y candidato a vicepresidente. Hoy preside el grupo mutual y cooperativo GESTA, que nuclea a una docena de entidades de la economía social. Una de ellas compró recientemente Hiper Libertad de Villa María. Y van por más.
Publicada el en Entrevistas

Fue dirigente del gremio de Comercio, encarcelado durante la dictadura cívico militar, electo diputado provincial entre 1987 y 1991 y senador provincial entre 1999 y 2001, cuando la Legislatura pasó a ser unicameral. Acompañó como candidato a vicepresidente a Margarita Stolbizer en 2015. Actualmente preside el grupo mutual y cooperativo Gesta, que nuclea a 12 entidades de la economía social, una de las cuales acaba de comprar en 4,5 millones de dólares el Híper Libertad de Villa María al grupo multinacional Casino.

- Comencemos por lo macro: ¿cuál es la situación del movimiento cooperativo argentino en el concierto internacional?

- Bueno, por primera vez en la historia de la Alianza Cooperativa Internacional, fundada en 1895, un presidente ha repetido mandato. Y es argentino: Ariel Guarco, que proviene del cooperativismo de servicios, más precisamente del sector de prestador de luz. Está al frente de la federación del sector en la provincia de Buenos Aires, pero hubo un trabajo cohesionado, decidido, de todo el movimiento; un trabajo sostenido desde las federaciones, de una tenacidad admirable, que acompañó el gran mérito de este joven que encabeza la representación universal. Diría que estamos en el período de más lozanía y plenitud de movimiento.

- ¿Qué se le reconoce a la Argentina en el concierto internacional de la economía social?, ¿cuál es el mérito del movimiento argentino para que se le conceda con los votos semejante cargo?

- Antes del evento que define las candidaturas está el trabajo de concebir una propuesta certera, sobre todo cuando se entrecruzan universalmente intereses o representaciones de intereses tan disimiles. Anteriormente había una fuerte impronta del sector del cooperativismo de crédito, proveniente de los países centrales. El problema era que muchas veces los candidatos no contaban con otro aval que el de su sector. Y Argentina consiguió que su candidato llegara con el aval de las entidades más representativas, desde Cooperar hasta Coninagro, es decir, una convergencia y una convivencia de federaciones de consumo, agrarias, de productores… De manera tal que los dos factores decisivos fueron el apoyo nacional y el perfil del candidato.

- ¿Y cuál es la situación del cooperativismo y el mutualismo fronteras adentro?

- Siempre se ha marcado una cierta distancia, porque la actividad mutual precede en el tiempo al cooperativismo. Se empiezan a reconocer los dos sistemas: el de servicios, prestado por la mutualidad, y el de producción, representado por el cooperativismo. Siempre al cooperativismo en Argentina se lo remitió al Grito de Alcorta, a la cuestión rural, y al mutualismo se lo asoció a lo urbano por esa fuerte penetración que tenían las líneas de pensamiento de filantropía de distintas colectividades. En este momento la fortaleza empieza por el reconocimiento mutuo de los actores, que si bien es cierto tiene formas específicas en su regulación, en este momento no mantienen antinomias. Las cooperativas se han instalado con servicios en un plano más urbano, lo que hace a una integralidad. Prestan servicios para la provisión de insumos para el campo, pero también servicios que requiere la población urbana como electricidad, televisión, ancho de banda y, lo que es más importante, el sistema se está empezando a instalar en lugares que estaban circunscriptos a la parte privada.

- ¿El Estado nacional está entendiendo esta evolución del sistema mutualista y cooperativista?

- El Estado nacional está en situación de verificar los ajustes y modificaciones que tiene que darse para sí mismo en la materia. Hay una voluntad cierta de utilizar la economía plural, que es un compendio de la economía privada, la estatal y la social, para armonizar a los tres sectores. Pero el Estado nacional tiene que despojarse de su sentido paternalista de la economía social, surgido de interpretaciones políticas verticales. A mí me parece que el desarrollo pasa por situar una interrelación horizontal. A los cien años de su independencia, Argentina tenía el noventa por ciento de su gente viviendo en el campo y un diez por ciento en la zona urbana; a los doscientos años, la relación era inversa: un noventa por ciento vivía en la zona urbana y un diez por ciento en el campo, con el agregado de los grandes conglomerados que se establecieron en el Gran Buenos Aires, el Gran Córdoba, el Gran Rosario… Se dice que hay un 10% del PBI que está en manos de la economía social. El Estado tiene la opción de tomar estas entidades como factores de apoyo de las grandes masas, que están requiriendo servicios; y en segundo lugar, la posibilidad de vincular lo político horizontalmente a la influencia que este sector de la economía social tiene.

- Explíqueme esta última idea.

- Desde el punto de vista constitucional el Siglo XIX fue el del constitucionalismo individual, el XX el del constitucionalismo colectivo y el XXI el del constitucionalismo ético. En algunas provincias se ha avanzado relativamente en la materia. Córdoba, por ejemplo, tiene las instituciones donde se asientan las cuatro patas la de la convivencia ciudadana. En el artículo 36 aparecen las entidades intermedias, cooperativas y mutuales. Por lo tanto podemos decir que hay indicios claros de un constitucionalismo social. Hay que revalorizar los mandatos constitucionales, porque hay muchísimos sectores del cooperativismo y de la economía social que no tienen clara conciencia que forman parte de lo que se define como economía plural, que está conformada también por otros dos sectores: el estatal y el privado. Necesitamos el reconocimiento, pero también interrelacionarnos. Eso de que nosotros somos un sector impoluto hay que revisarlo, porque hay que entender que somos un sector que debe curar sus propias cuitas hacia adentro. Tenemos un gran futuro por delante si logramos imaginar una articulación dentro de una polinomia: un tercio, un tercio y un tercio. Estamos frente a un modelo de gestión que es una complementariedad, no una alternativa. Allí equilibraríamos un gran problema que tiene que ver con la fuga de capitales, la economía en negro, el empleo en negro. Las cooperativas, las mutuales, la gente de la economía social, trabaja con economías en blanco, no tienen doble contabilidad, no sacan sus capitales al exterior. Ello sin perjuicio de que el sector tiene vicios; también que está infiltrado en algunos casos por situaciones hasta usurarias que tenemos que modificar. Necesitamos la economía de un sector que tenga responsabilidad social, con un Estado que no importe la dimensión que tenga sino la eficiencia y una economía social que se preserve a si misma con mecanismos de control. Eso sería lo ideal para lograr una economía nacional potente.

- El Grupo de Empresas de Trabajo Asociado (GESTA) es una suerte de ejemplo de los que usted dice, aplicado en el sector: cada entidad en lo suyo, con conducción independiente, pero complementándose. ¿Cómo empezó todo?

- La Asociación Mutual Mercantil Argentina podría ser la pionera, la incubadora. Nació en septiembre de 1981 y el origen de las entidades determina un poco su ADN. En nuestro caso era una búsqueda y una forma de resistir al autoritarismo, porque entonces estaban prohibidas las actividades sindicales, políticas… Era benévolo, digamos, porque el mutualismo nunca tomó parte de los grandes acontecimientos sociopolíticos del país. No hay ejemplos de mutuales que hayan estado en el 6 de septiembre de 1930, ni en los grandes desplazamientos internos después de que apareció el sistema de buque frigorífico con la cuestión del exilio interno del campo a la industria frigorífica. El mutualismo no tuvo gravitación en esos grandes y convulsionantes acontecimientos que vivía la Nación y no estaba bajo sospecha alguna. Y en AMMA nos juntamos gente que había quedado dispersa, que veníamos de la cárcel, de un emprendimiento personal, alguno que tenía una panadería, delegados que habían quedado sin empleo… Y nos juntamos con un fin -debemos decirlo- sin creer demasiado en el mutualismo. Hubo un referente, Miguel Ángel Samuel, que tenía la Mutual Ferroviaria, que toleró muchísimas imposturas y torpezas nuestras, como decirle que el mutualismo era un remiendo. Estábamos muy politizados porque veníamos de la represión, de las luchas sindicales, con la impronta de la Córdoba combativa. Cuando comenzamos lo que queríamos era pagar menos el coseguro de una orden médica, porque nos cobraban un peso y nosotros queríamos pagar 0,50. Pero al hacer un debate introspectivo nos dimos cuenta de que nos hacían falta otras cosas. Y apareció la vivienda, los centros de salud, los medicamentos, el turismo… Cada vez que el colectivo te demanda algo tenés que estructurar una respuesta. Entonces surgió una gran duda: crecíamos, pero no sabíamos si teníamos masa corporal o tejido adiposo. Entonces vino otro debate que nos dio grandes resultados: la especificidad, es decir, empezar a atender el ordenamiento interno para llegar a ser entidades dedicadas cada una a lo suyo, como somos ahora. Somos doce organizaciones autosuficientes, todas con acreditación de ISO 9000 desde 2015, con autarquía resolutiva y unificación de personería a través de GESTA. Entendimos que no había que cerrar puertas, sino abrirlas. Para pertenecer había que ser afiliado al gremio de Comercio. Y un día, felizmente, nos planteamos por qué solamente afiliados a un sindicato y no todos los trabajadores. Y otro día dijimos por qué los trabajadores y no los cuentapropistas, que están con una necesidad equivalente. Y fuimos agrandando. Y un buen día pensamos por qué no ampliarnos a Córdoba… y por qué no al país… A 41 años del comienzo, esta amplitud nos fue enseñando el camino.

- Gesta, a través de AMMA,  acaba de producir uno de los hechos más notables de la economía local con la compra del Híper Libertad a un grupo internacional.

- No hay muchos antecedentes en el país de una negociación de una empresa multinacional con una empresa local de característica social. Porque no hubo intermediario, no hubo inmobiliaria, no hubo costos adicionales… Son 62.000 metros de terreno y 18.000 metros cubiertos con una infraestructura de diez años. Como se dice en materia de aeronavegación, vamos tratar de que sea una catástrofe controlada (ríe).

- Una inversión de 4,5 millones de dólares…

- Sí. Con financiamiento de tres entidades: el Banco Credicoop, el Banco de Córdoba y el Grupo Devoto de la economía social. Sus aportes equivalen a un tercio del valor total de la compra y lo demás son recursos propios, de una entidad que no tenía deuda alguna, que estaba muy capitalizada en materia de activos con inmuebles…

- ¿Qué inmuebles, el del ex Sanatorio Hernández…?

- Ese, el de la actual Clínica Maradona, es uno de ellos, y allí costó más la refacción que el inmueble, porque estaba totalmente deteriorado. Pero hay otras 20 propiedades surgidas de la compra de los policlínicos ferroviarios de Río Cuarto y Villa María, la sede del Banco Sicor en Almafuerte, la sede de la Clínica de la Madre y el Niño en Río Tercero, dos sanatorios de Bell Ville, el edificio de toda la banca de la cooperativa en Rosario… Aparte tenemos loteos muy importantes. Y ahora estamos aspirando a fideicomisos con capitales propios, que nos permitan disponer de una liquidez que no vaya en consonancia con la devaluación que te imprime la inflación sobre los depósitos en plazo fijo o la especulación rentística que se hace sobre el dólar. Porque no solamente le compramos el inmueble al Grupo Casino, sino que le compramos el stock de mercadería, lo que permitió no interrumpir la actividad ni un solo día, y le compramos todo el mobiliario -aunque haya que renovar parte- y nos quedamos con todos los trabajadores, el cien por ciento de los trabajadores en orden a la Ley de Contrato de Trabajo, respetando la antigüedad y la jerarquía de cada uno, a tal punto que el gerente que tenía el Libertad ahora actúa como gerente en nuestro híper.

- Más allá de que toda gestión en las entidades implica tomar decisiones políticas, quiero hablar de la política en sí. ¿Está retirado?, ¿la sigue de cerca?

- No. De lo que estaría retirado es de la actividad partidaria. Vos lo has dicho: en nuestras entidades hacemos política de la mañana a la noche, pero es una política que no está vinculada al sufragio o al lugar que podamos pelear. Cuando se llega a determinada edad en la vida (tiene 75 años), cuando uno puede tener en perspectiva lo recorrido, el sentido más altruista del ciudadano -que de eso se trata- es ser útil a la sociedad a la que pertenece. El lugar no está en las manos de uno. Yo he sido candidato a intendente en Villa María después de superar una interna y, bueno, no me fue beneficioso el veredicto del pueblo. También he participado con suerte diferente en contiendas provinciales y nacionales. La política me ha dado mucho espacio. Lo valoro, lo agradezco, pero ahora quiero disfrutar de otras cosas.

Sergio Vaudagnotto
- Periodista. -