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Lucía Toledo Milot
"Hace rato que el sindicalismo corre detrás de los hechos"
Por | Fotografía: Diego Cabrera
Foto: Lucía Toledo Milot considera que el sindicalismo debe abrir sus puertas a las juventudes y disidencias.
La delegada regional del Sindicato de Empleados de la Industria del Vidrio ingresó a la CGT en 2015 y fue la primera secretaria de Juventud de la Confederación General del Trabajo. Crítica de la intervención regional actual, aspira a un sindicalismo que se aggiorne y se abra al diálogo y a las juventudes.
Publicada el en Entrevistas

Lucía Toledo Milot tenía 26 años cuando fue elegida para ocupar la Secretaría de Juventud y Niñez en la CGT Regional Córdoba, intervenida actualmente con una comisión normalizadora de ocho integrantes. “Estaba en el lugar indicado, en el momento indicado”, dice. Antes de ser delegada del Sindicato del Vidrio (Seivara), perteneció al Sindicato de Calls Centers. Entre sus anhelos, ambiciona ser secretaria general de su Seccional y “si puedo ser secretaria de la CGT Nacional, lo voy a ser”.

- ¿A instancias de qué se formó la Secretaría de Juventud?

- Es una Secretaría que venía trabajando la Juventud Sindical de la CGT en ese momento, que no estaba muy ordenada. La idea era poder darle voz y voto y meterla dentro de la Comisión Directiva. En el plenario donde se votaban los nuevos cargos, esta Secretaría había quedado olvidada; un compañero músico me postuló y gané.

- ¿Cómo te acercaste a la militancia gremial?

- Por mis hijos. Tengo dos: una hija de catorce años y un hijo de ocho. Cuando me separé del papá de la mayor estaba trabajando nueve horas en Telecom y pedí una reducción horaria porque no podía con todo. Ellos compararon esa situación con alguien que quisiera ir a andar en bicicleta y que por los horarios de trabajo no pudiera. Pero yo trabajaba para pagar el alquiler y la niñera. Entonces empezó una persecución sindical, en 2016 llegué a un acuerdo y me fui a un call center. Esa situación me hizo dar cuenta que uno es un número más. Nunca más me voy a olvidar de ese número de legajo. Yo era U530418, no era Lucía.

- ¿Cómo está la cuestión de género en el sindicalismo?

- No hay una conciencia real de parte de las conducciones para que las mujeres ocupemos roles de toma de decisiones. Nos mandan a todos lados, pero a la hora de armar las listas no estamos. Por eso el cupo es necesario y es la forma en la que una entra y genera los mecanismos para no ser la única. La frase “si llega una, llegamos todas” es muy linda, pero no es tan así. Hay que trabajar mucho para no ser la única. La CGT Regional Córdoba, hasta julio de 2022, era una de las CGT con más participación de mujeres en la comisión directiva.

- ¿Y qué pasó?

- Hay una situación complicada a partir de la intervención y la realidad es que hoy son todos hombres. Yo creo que en muchos lugares era necesaria la intervención porque no había unidad, pero no podés decir que no había unidad en una CGT que tiene 72 sindicatos y que solamente cinco que dicen que no la hay.

- Es una suerte de retroceso.

- Sí, y más allá de las valoraciones que uno pueda hacer en relación a (José) Pihen, él tuvo la capacidad de construir una CGT con una sola cabeza desde el 2015 hasta esta parte, lo que no pasa a nivel nacional.

- ¿Cómo ves el sindicalismo en materia de formación?

-  Falta poner a los delegados a caminar. Así se genera un cuadro, en la cancha, en la acción. Ahí es donde ves si lo que leíste es aplicable o no.

- ¿Hay apertura hacia las juventudes?

- En algunos sindicatos, como el del vidrio, sí. Nuestro secretario nacional tiene 38 años. Pero en muchos otros, no. 

- ¿Con qué creés que tiene que ver?

- Hay sindicatos que no quieren ser de puertas abiertas, quieren ser gestores, administradores. Aunque hay otros que son más combativos y no se quedan en la cuestión sectorial; entienden que son un actor político y juegan desde ahí. Te puede gustar cómo juegan o no, pero saben que su rol va más allá de dar beneficios y cerrar paritarias. En Córdoba el Sindicato de los Porteros, por ejemplo, no participa en nada, no disputa poder. Pero Gráficos es muy combativo. La herramienta del sindicato sirve, depende de quién la tiene y cómo la usa.

- ¿Cómo ves al sindicalismo en el contexto de las nuevas tecnologías y las redes?

- Hay algunos sindicatos que le dan un poco más de importancia, pero no veo nada diseñado para convocar a los jóvenes a militar. Eso me desespera un poco. Me parece que no entienden las redes. También siento que a veces hay una intención de no querer romper con la figura del sindicalista malo, que te aprieta, como si no quisieran renunciar a eso. Ahí es donde choco con mis compañeros. Les hablás de tareas de cuidado y te dicen: “A mí con problemas personales no me vengas’. Y se olvidan que hay una ley que obliga a las empresas a pagar una niñera o una guardería.

- ¿Cómo imaginás el sindicalismo que viene?

- Creo que las medidas de fuerza son necesarias y las vamos a necesitar siempre. El paro, las marchas, la calle, son herramientas que nunca hay que abandonar. Pero sí creo en un sindicato que pueda ir un paso más adelante. Siento que el sindicalismo hace rato que viene corriendo detrás de las cosas, ni siquiera a la par.

- ¿En qué lo ves?

- En que el hambre o que el sueldo no alcanza los hace olvidar de lo importante: la formación, el vínculo, el diálogo. En Córdoba armamos la Mesa Generación Córdoba 20-40, en la que las segundas y terceras generaciones de empresarios y diferentes sindicatos nos juntamos a dialogar. Creo en el sindicalismo del diálogo. El capital y el trabajo van a estar siempre, más allá de los gobiernos, entonces tenemos que lograr acuerdos, al menos con el empresariado que apuesta al país.

- ¿Tenés aspiraciones políticas partidarias?

- Soy peronista. Pero me hice peronista porque primero me hice sindicalista. No me interesa tener un cargo que sólo implique levantar la mano. No trabajaría para ocupar un lugar, creo que si me vienen a buscar es por mi trabajo en el sindicato. Pero no es mi principal objetivo.

- ¿Qué opinás de la frase “Yo manejo mis tiempos, soy mi propio jefe”?

- Es un hermoso invento del capitalismo. Me parece que abona al individualismo y a generar división entre los mismos trabajadores. Veo esa frase y pienso en la contracara: no tenés vacaciones, aguinaldo. Un emprendedor es lo mismo que un trabajador de la economía popular, no tienen ningún tipo de beneficio ni marco de derecho.

- ¿Es necesaria una reforma laboral?

- Sí, porque el trabajo tiene nuevas formas. Eso sí, sin tocar los derechos adquiridos. Si hoy hubiera un 17 de octubre no alcanzaría con el sector formal. Interpretar a este país es entender que hay personas que no quieren trabajar en relación de dependencia, pero tampoco quieren estar desprotegidas. Hoy hay un montón de trabajadores que no entran en la ley actual y es necesaria una ley que contemple a quienes hoy no contempla.

Pirata de pura cepa

Además de dedicarse al sindicalismo, Toledo Milot armó, con unas amigas, la barra del equipo femenino de Belgrano, la primera del país. “Estábamos en una previa del masculino, por entrar al Gigante y dijimos: ¡Hay que ir a alentar al equipo femenino! Y así empezamos. Se sumaron las chicas de la Red Belgrano y hoy somos cincuenta. El primer objetivo que nos pusimos como Las Piratas de Alberdi fue el recibimiento del 21 de septiembre, que es el Día de la jugadora”, recuerda.

De jugar en Esquiú, la barra empezó a “molestar” por las redes sociales para que el equipo jugara en Alberdi. “Metimos 30.000 personas y fue una movida que arrancó con la barra. Al partido siguiente ya abrieron la tienda y hoy somos una organización con todo: comisión de redes, administración, trapos, música, mística. Muchas venimos de la militancia y sabemos que la organización es lo único que garantiza que las cosas funcionen”, dice. Y destaca que la premisa es generar una nueva cultura del aguante: “Es una barra en la que hay disidencias, infancias, un ambiente más familiar. Hasta hacemos nuestras propias reversiones de los temas”.

Guillermina Delupi
- Periodista -