Cada año, un nuevo país se convierte en sede de un encuentro que convoca a poetas de diferentes lugares del planeta, que se embarcan en una aventura itinerante para llevar poesía y literatura a lugares olvidados.

En el seno de este movimiento no hay ideologías o creencias predominantes, la única premisa es estar “de éste lado de la vida, para protegerla y denunciar a quien la ataca”, como explica Luis Arias Manzo, su creador. 

Este año, el evento desarrollado en Chile en el mes de noviembre llegó a escuelas rurales, universidades, parajes y casas museo de la mano de una veintena de poetas de cuatro continentes.

- ¿Cuáles han sido los caminos que te han traído hasta este lugar?

- Yo vengo de una familia muy pobre y mi vida ha sido muy movida desde muy joven. Mis padres eran gente muy humilde. Conocí la pobreza desde niño, estudié en un colegio muy pobre y viví en un barrio al que podríamos llamarle ‘villa’, como le dicen ustedes en Argentina. Me comprometí en la militancia política durante el Gobierno de la Unidad Popular, con Salvador Allende y cuando ocurrió el Golpe de Estado, yo tenía 17 años. Entonces tuve que conocer la clandestinidad, salir de este país rumbo a Mendoza con mucho miedo porque era el año 1975 y se desarrollaba la Operación Cóndor en Argentina (NdelE: El Plan Cóndor fue una campaña de represión política y terrorismo de Estado que contempló operaciones de inteligencia y asesinatos, respaldados por Estados Unidos); muchos chilenos murieron durante esta operación atroz de la Dictadura del Cono Sur. Después me fui exiliado a Francia. Te cuento todo esto porque creo que estos acontecimientos van nutriendo una madurez en las personas. Muchos años después volví, como pocos volvimos del exilio porque muchos se quedaron afuera.

- ¿Cuánto tiempo estuviste exiliado?

- Desde 1975. Ese año llegué a Mendoza, ahí conformamos una célula y preparábamos a algunos compañeros que venían de Cuba y los metíamos a Chile de manera clandestina. Ya en 1979 me fui a Francia. Estuve fuera de mi país más de quince años.

- ¿Y cuándo volviste a Chile?

- Volví en 1991.

- ¿Cómo surgió en vos esta idea de armar un movimiento con poetas de todo el mundo?

- Cuando volví, lo hice con la esperanza de construir una sociedad mejor. Había triunfado la democracia en Chile y ya no teníamos dictadura. Entonces me comprometí mucho en la política, aunque nunca ocupé cargos de ningún tipo. Pero al poco de andar me fui decepcionando de todo lo que estaba sucediendo, con los políticos especialmente. Incluso con los de mi partido, el Partido Socialista de Salvador Allende, porque hoy no es el mismo que era en aquella época.

Y cuando terminaba el siglo pasado, entré en un estado de tanta decepción que me dije: Mira Luis, si tú ahora te mueres, está bien: miré hacia atrás y pensé que yo había caminado por este mundo con franqueza, con honestidad, que me había comprometido, que había conocido el frío, el miedo, la tortura, la cárcel. Y que la misión ya estaba cumplida.

- ¿Y qué pasó?

- Bueno, yo siempre había tenido una filosofía muy materialista y muy marxista, con muy poca espiritualidad, mucho menos creer en un Dios. Pero en ese momento aparecieron las musas, me hicieron escribir y me hicieron entender que había otro universo, que no era de la materia sino espiritual; de hecho todos los libros que yo he escrito tienen que ver con eso, todos tienen que ver con el amor. Y una de las musas me dijo que tenía una misión muy grande que cumplir en este mundo; y yo estaba realmente alucinado con ella. Para el año 2004 ya había escrito varios libros y recorrido muchos países: Argentina, Bolivia, Perú, Ecuador, había asistido a algunos encuentros de poetas y me daba cuenta que los poetas estaban todos dispersos, que no había un horizonte claro. Cada uno llegaba, leía, siempre quería leer más dejando a los otros de lado, entonces me dije que la poesía no podía ser solamente eso. Que la poesía debía servir para algo, que estaba llamada a cumplir un rol en los asuntos de la humanidad.

- Y empezase a unir a poetas del mundo…

- Sí, escribí un Manifiesto Universal de Poetas del Mundo y se convirtió en algo tan grande que me empezaron a llamar poetas de todos lados, de Túnez, del mundo árabe; tradujeron el manifiesto a varios idiomas.

- ¿Cuáles son los pilares de ese Manifiesto?

- Primeramente, advertir que la humanidad está en una situación de peligro, por no decir terminal, por el cambio climático. Con lo que está pasando con el calentamiento global, los niveles de las aguas de los océanos van a seguir subiendo, se va a reducir la superficie habitable del planeta y mientras tanto el crecimiento demográfico sigue su curso; se estima que para fines de este siglo seremos 12 mil millones de habitantes y según los cálculos de los científicos -que los políticos no quieren escuchar- no vamos a caber más de 3 mil millones para vivir holgadamente. Esto va a traer más conflictos y aquí hay una disputa que tiene que ver con quién se queda con el dominio del planeta; obviamente van a ser los poderosos, quienes tienen armas nucleares, nosotros no las tenemos. Van a comenzar a escasear los alimentos y el agua dulce, no solamente en los países subdesarrollados sino en todo el mundo, eso ya se está viendo. Ya se están viendo las llamadas migraciones climáticas. Y todos sabemos que los conflictos se resuelven de dos maneras: por la fuerza o por la razón. Cuando es por la fuerza es porque la razón ha fallado, ha fallado la palabra. Entonces nosotros apostamos como movimiento a que los conflictos se resuelvan a través del diálogo. El diálogo se construye con la palabra y la palabra es la materia prima del arte poético. Cuando resolvimos esa ecuación nos dimos cuenta que sí, que la poesía sí tiene algo que hacer en los asuntos del mundo.

Luego, llamamos a ser más unidos, a sentirnos todos iguales, a no ser soberbios. Aquí no hay ni pequeños ni grandes poetas; todos debemos contribuir a través de nuestro arte a mejorar la vida y evitar que este planeta se destruya y se destruya la humanidad.

- ¿Cuántos poetas forman parte hoy de este movimiento?

- Contando los poetas que nos han dejado en estos diecisiete años de historia, somos casi 9.500 poetas de ciento cuarenta países, de los cinco continentes.

- ¿Cuáles son las características de los encuentros que realizan y qué países han visitado?

- Hemos llevado nuestro evento a Mozambique, Italia, Bolivia, Brasil, España, Suecia, Alemania, Marruecos, Argentina, Francia, Taiwán, Colombia y Cuba. Los poetas que participan en cada encuentro van a colegios, universidades, sindicatos (de pescadores, de mineros, de campesinos), visitan centros culturales, casas de reposo de adultos mayores, jardines infantiles, lo que provoca un impacto extraordinario, enriquecedor tanto para el público como para los poetas visitantes.

- ¿Cuántos encuentros han realizado desde que se constituyó el movimiento?

- En Chile hemos realizado 15 encuentros internacionales denominados ‘Tras las Huellas del Poeta’, en los que participaron más de doscientos poetas de diferentes países, incluso del lejano oriente. Este encuentro tiene la particularidad de ser un evento itinerante en el que los poetas recorren más de 15 ciudades durante un promedio de doce días; unos 1.800 kilómetros, aproximadamente. Pero también estamos muy orgullosos de otro encuentro internacional, que tiene la misma característica que ‘Tras las Huellas del poeta’. Es un evento denominado ‘Camino al Sur’, que hacemos con las comunidades mapuches del sur de nuestro país. El primero se realizó en febrero de 2011; en ese oportunidad los poetas recorrieron más de 3.500 kilómetros.

- ¿Cuáles son los próximos encuentros programados?

- Con la realización del XVI encuentro en Chile este año (ver Recuadro), hemos retomado la organización de eventos en otros países, que había sido suspendida por la pandemia, y ya tenemos lanzada la convocatoria para el Segundo Encuentro en Cochabamba (Bolivia), que tendrá lugar del 18 al 26 de marzo del año que viene. Además ya estamos pensando en la organización de otros eventos en diversos continentes.

Tras las huellas del poeta, en Chile

Entre el 4 y el 13 de noviembre se desarrolló el XVI Encuentro de Poetas del Mundo en el que se dieron cita poetas de México, Argentina, India, Perú, Colombia, Costa Rica, Polonia, Armenia y Túnez.

Con una agenda cargada de actividades que incluyeron visitas a las casa museo de Pablo Neruda y Gabriela Mistral, la comitiva también llegó a escuelas y parajes del norte chileno. “Recorrimos unos 2.000 kilómetros, con mucho cansancio y poco espacio para descansar pero con el calor humano que nos llamaba para no dejar de asistir a ninguna cita”, detalló Arias Manzo.

Los poetas pasaron por la Universidad Central de Santiago para ir luego hacia el norte, pasando por Los Vilos hasta llegar al Valle del Elqui: “La agenda fue muy apretada pero había escuelas a las que no podíamos dejar de asistir, como fue el caso de una escuelita muy humilde del norte chileno. Lamentablemente no podemos llegar a todos los lugares que quisiéramos y aún nuestros gobiernos no han comprendido la importancia que tiene penetrar en las conciencias de nuestros jóvenes y niños para convertirlos en personas mejores y que sean capaces de enfrentar el mundo que se nos viene”.