Crónicas
Entrevistas
Actualidad
El Kiosco virtual
Reflexiones
Cultura
Música
Cine
Libros
Galería Magalú
Galerías multimedia
Quiénes Somos
Revista El Sur
Staff
Ediciones en papel
#DespuésDelMundial
Larga vida al rey
Foto: Lionel Messi, en la historia grande del fútbol mundial.
Lionel Messi se consagró en Qatar y, aunque quiere disfrutar “unos partidos más como campeón del mundo”, ya avisó que muy difícilmente esté en la próxima Copa de la FIFA. El entrenador Lionel Scaloni le guarda la camiseta número “10”. Mientras tanto, Claudio “Chiqui” Tapia, el presidente de la AFA, enciende velas para que el capitán no cuelgue la celeste y blanca y el seleccionado argentino no se devalúe como producto
Publicada el en Crónicas

El momento soñado no estuvo exento de incomodidad. Cuando Lionel Messi subió al podio de los ganadores, con todos sus compañeros del seleccionado argentino esperándolo para soltar el festejo, Tamim bin Hamad Al-Thani, el emir de Qatar, se adelantó sin reparar en el VAR y lo ungió como ‘El Rey del Fútbol’, colocándole el bisht, la túnica que en Medio Oriente representa status en la realeza y la alta jerarquía religiosa.

Aunque ansioso por recibir la Copa del Mundo, “la Pulga” se entregó sin reparos al ceremonial y protocolo improvisado por el ideólogo y anfitrión del polémico Mundial 2022, quien al mismo tiempo es su patrón. Tamim bin Hamad Al-Thani oficia como máxima autoridad de Qatar Sports Investments, el fondo soberano de su país que en octubre de 2011 compró por 100 millones de euros al club francés París Saint Germain.

A la vuelta de la esquina esperaba Gianni Infantino, el presidente de la FIFA, con el trofeo de oro y malaquita por el que Messi alguna vez dijo que cambiaría los siete Balones de Oro que colecciona en su museo personal y todos los títulos de su carrera, que eran 41 antes de Qatar.

La postal victoriosa del capitán argentino, bisht y Copa incluidos, dejó en un conveniente segundo plano al cuestionado tándem Al-Thani/Infantino. A pocos metros, Claudio “Chiqui” Tapia, el titular de la Asociación del Fútbol Argentino, saboreaba las mieles de un triunfo que lo posiciona dentro de los poderes del fútbol y también en la cancha grande de la política, donde lo miran con recelo de uno y otro lado de la grieta.

Tapia fue otro de los grandes ganadores de Qatar 2022: haber sido el artífice de la era Scaloni (más que un acierto, un inusual golpe de suerte) es la carta fuerte que se guarda para jugarla cuando haya que revalidar la permanencia en el Sillón de ‘Don Julio’ Grondona, un año antes de la próxima cita mundialista: Estados Unidos-México y Canadá 2026.

Con la tercera estrella grabada en el escudo de la AFA, Tapia también puede jactarse de los 52 millones de dólares que ingresaron a la tesorería de Viamonte 1,366, en concepto de premios pagados por la FIFA y la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol). La cifra equivale al 40 por ciento del pase de Enzo Fernández, el Golden Boy mundialista, tasado en 127 millones de dólares por el Benfica de Portugal. O al monto que PSG deberá desembolsar para retener a Messi hasta junio de 2024. Para el devaluado fútbol argentino es un montón: 17 mil millones de pesos.

El año pasado, la obtención de la Copa América en Brasil le había permitido a la matriz del fútbol nacional embolsar otros 14 millones de dólares, equivalentes a 4.600.000.000 de la divisa de nuestro país.

Negocio redondo

Cuando Diego Maradona levantó la Copa del Mundo en México ’86, “Chiqui” Tapia tenía 18 años y alternaba como bufetero y delantero en Barracas Central, el club cuyo estadio hoy lleva su nombre. En una nota del periodista Andrés Burgo, publicada el 19 de junio de 2022 en el diario ‘Tiempo Argentino’, Gustavo Castro Sosa, excompañero de equipo del actual mandamás de la AFA, describe al Tapia de aquellas épocas como “un ‘9’ nato, siempre olfateando y yendo para adelante, sin retroceder”. Cualquier parecido con la realidad, no debe ser casualidad.

A diferencia de Tapia, Guillermo Tofoni ni siquiera llegó a jugar 15 partidos en la primera del club de sus amores. Probó suerte como arquero en las inferiores de Argentinos Juniors, aunque no llegó demasiado lejos. El mundo del fútbol le tenía reservado un puesto mejor. Tofoni hoy es ‘El Dueño del Seleccionado Argentino’. Una empresa de su propiedad, World Eleven, ostenta los derechos de imagen y explotación comercial de todos los representativos de la AFA hasta el 31 de diciembre de 2030.

Hábil y polifuncional jugador, Tofoni hizo pie en ‘la Casa Madre’ del fútbol argentino en 2009 y logró gambetear los vaivenes de las sucesivas gestiones de Grondona, Luis Segura, Armando Pérez y el propio Tapia, Además de ponerle precio al caché del equipo albiceleste (las “promos” vigentes son “con Messi” y “sin Messi”), el frustrado golero es el encargado de negociar con las autoridades de las provincias que pugnan por la visibilidad que les concede la presencia de “Leo” y sus laderos.

Otro que se está frotando las manos: con el título mundial conseguido en Qatar, la cotización del elenco albiceleste se disparó más que el dólar blue.

Más allá de los avatares del juego -que la pelota entre al arco, pegue en un palo o se vaya a las tribunas-, Tofoni también tiene un As en la manga. Como si se tratara de una cadena de comidas rápidas, en agosto de 2020 World Eleven comenzó a vender franquicias de AFA-Football Technology, los centros de formación donde, según se promociona, chicos y chicas desde 6 a 16 años pueden capacitarse “bajo el riguroso proceso educativo y deportivo que la AFA aplica desde hace más de 40 años”. El puntapié inicial fueron tres academias que se abrieron en Emiratos Árabes Unidos, en el marco de un convenio que incluyó el incómodo partido amistoso que el equipo de Lionel Scaloni jugó ante el seleccionado de ese país, dirigido por el argentino Rodolfo Arruabarrena, a seis días de su debut mundialista.

Se supone que la tercera coronación mundialista también le dará impulso a este negocio, montado con la meta inicial de abrir 200 unidades en un plazo de cinco años, con una facturación global estimada de 100 millones de dólares. “El contrato es por una década y en contraprestación nos hacemos cargo de 14 giras de distintas selecciones. Además, la AFA cobrará un royalty por cada chico que se incorpore al sistema”, fue la escueta precisión que brindó Tofoni sobre su flamante conchabo.

La pelota al “10”

“Quiero disfrutar unos partidos siendo campeón del mundo”. En medio de los festejos, ya cerca de su familia y sus compañeros y lejos del emir y de Infantino, Messi lanzó la frase que fue un bonus track para los corazones argentinos. Antes del debut en Qatar, “la Pulga” había encendido las alertas y presagiado el fin de una era: “Este seguramente será mi último Mundial”.

Más de uno habrá respirado aliviado, empezando por la doble T (Tapia y Tofoni). La imagen del capitán argentino es uno de los “caballitos de batalla” que la sociedad tiene para promocionar su nuevo producto, que incluye campus, clínicas y “programas a medida para organismos gubernamentales, federaciones, colegios, clubes, universidades y ONG´s”.

“A Messi habría que guardarle un lugar para el próximo Mundial Si son 26 jugadores, ¿qué más da? Hay que dejarle la ‘10’, y después que él decida”, redobló la apuesta Scaloni en la conferencia de prensa posterior a la final mundialista con Francia. “Creo que se ganó el derecho a decidir qué quiere hacer con su carrera y con la selección argentina. Si llega a definir que no, ya veremos, pero siempre tendremos una esperanza”, puntualizó.

A mediados de 2014, Argentina deberá defender su condición de campeón continental, aunque la 48° edición de la Copa América aún no tiene sede. “No podemos organizar ese torneo. En este momento hay cosas más importantes que el fútbol en nuestro país, y además no hay estadios en condiciones”, declaró en noviembre pasado Francisco Egas, la máxima autoridad de la Federación Ecuatoriana de Fútbol. La renuncia de los ecuatorianos dejó picando tres opciones para un nuevo emplazamiento: Perú, Colombia-Argentina (iban a organizar el torneo de 2020, que se postergó y se mudó a Brasil debido a la pandemia) y Estados Unidos.

El seleccionado argentino también deberá afrontar las Eliminatorias para el máximo certamen de la FIFA de 2026, más allá de ser el campeón vigente. Esto se debe a una modificación reglamentaria previa al Mundial de Alemania 2006, que dispuso la participación directa sólo de los anfitriones.

Si Messi se propone seguir batiendo récords, dentro de tres años y medio podría convertirse en el primer futbolista en participar en seis Mundiales y en uno de los jugadores de campo más veteranos en la historia de la Copa. El camerunés Roger Milla lidera la tabla de los “viejitos”, ya que integró el equipo de su país con 42 años en Estados Unidos 1994. Lo sigue el argentino Ángel Labruna, que a los 39 años tuvo su debut y despedida en el máximo torneo de la FIFA en Suecia 1958. Ambos delanteros, como Tapia.

El Top Ten de los más experimentados de la Copa del Mundo se completa con el egipcio Essam El Hadary (45), el colombiano Faryd Mondragón (43), el irlandés Pat Jennings (41), el inglés Peter Shilton (40), el italiano Dino Zoff (40), el tunecino Ali Boumnijel (40), el escocés Jim Leighton (39) y el inglés David James (39). Todos arqueros, igual que Tofoni.

Hugo Caric
- Periodista -