Un enorme cartel tallado en madera dice “FM Pirámide”. Debajo, junto a sus caniches, espera Alicia Barletti, la primera relatora de fútbol de Río Cuarto. Su garage no solo es un lugar seguro para dejar el auto; también alberga, detrás de una cortina violeta, un estudio de radio. Un amplísimo vidrio separa el estudio de la cabina. Los cables se mezclan con productos “Bagues”. Perfumes y shampoos comparten estantería con un parlante que emite las canciones que la radio transmite. Maples de huevo cuelgan de las paredes para “atrapar el sonido”, dice Alicia. Están cubiertos por retazos de la tela violeta que hace de cortina. Una remera de Messi enganchada con alfileres indica que en ese lugar se habla de fútbol.
Hace ya 20 años que Alicia que tiene la radio en su casa. Relata los partidos de Estudiantes de Río Cuarto, Talleres de Córdoba y, sobre todo, de River Plate, el club de sus amores.
-Me encontré con el relato sin querer. Yo iba a comentar y mi compañero que relataba justo faltó. Luego me enteré que estaba internado, que no iba a llegar nunca. Jugaban Desamparados de San Juan contra Estudiantes de Río Cuarto, no me lo voy a olvidar jamás-, recuerda.
El periodismo deportivo es una profesión históricamente practicada por hombres. Casi no hay relatoras o comentaristas mujeres en los medios de comunicación. En el Mundial de Qatar, por primera vez en la historia de la televisión argentina, dos mujeres protagonizaron la transmisión de un partido oficial: Lola del Carril relató y Ángela Lerena hizo los comentarios. Al darle su voz al partido entre Suiza y Camerún, del grupo G, y se convirtieron en la primera dupla de mujeres en relatar un partido de la Copa del Mundo.
“Voy a tener el orgullo de ser la primera relatora en una Copa del Mundo de la historia de la televisión argentina. Mirar al lado y que esté la siempre profesional Ángela Lerena será otro de los goles. Con mi amiga seremos la primera dupla femenina en un mundial masculino” celebró, orgullosa, Lola en redes sociales.
¿Se imaginan aquel relato icónico de Víctor Hugo Morales en el Mundial de México ‘86 o el de Rodolfo de Paoli en la final del Mundial de Qatar, pero con voz femenina? Del Carril y Lerena fueron bastardeadas en Twitter -en su mayoría por hombres- durante los 90 minutos que duró el encuentro entre Suiza y Camerún. Se burlaron de la voz de Lola y de los análisis de Ángela. Al término del partido, Lerena defendió su trabajo y el de su colega:
-Fuimos construyendo nuestro camino y lo abrimos para distintas mujeres.
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Martina Miani es estudiante de Comunicación Social y trabaja como periodista deportiva y comentarista de fútbol. En una de sus primeras coberturas, la incomodidad y el horror invadieron su cuerpo. Nunca olvidará las palabras de acoso que un colega pronunció desde la cabina de transmisión: “Que lindas estas señoritas que vinieron a alegrarnos la tarde”.
-Me pareció un comentario recontra machista. No fuimos a alegrarle la tarde a nadie, fuimos a trabajar y estábamos haciendo el mismo laburo que ellos. Me pareció innecesario y horrible y nos pusimos muy incómodas. Después, cuando estábamos saliendo del lugar, nos gritaron hasta un número de teléfono. Un montón de personas siguen creyendo que vamos a la cancha porque nos gustan los jugadores-, refunfuña la periodista.
Martina trabaja en la 91.1 FM Del Sol, en Adelia María. Hace móvil en el campo de juego y comenta algunos partidos. No se siente discriminada por ser mujer. “Cuando no comento no creo que sea porque no confían en mí, sino porque ya hay un comentarista que trabaja desde hace años en la radio. Yo soy la suplente. Pero por una cuestión de que no vivo en Adelia, sino Rio Cuarto y no puedo viajar todos los fines de semana a las transmisiones. También hago las redes sociales y el minuto a minuto en cada partido. Es complicado hacer el minuto a minuto y comentar al mismo tiempo”, detalla. Y si bien en su caso trabaja con total libertad, admite que “la realidad es que está normalizado que las mujeres se encarguen solo del deporte femenino. Y no me parece correcto”.
En Río Cuarto son contadas las mujeres que trabajan como periodistas deportivas en los medios hegemónicos. El único canal de aire de la ciudad nunca tuvo a una mujer en este rol. A nivel nacional la mayoría de los programas televisivos cuentan con una o dos mujeres en el equipo, mientras que el resto -entre cinco y diez, sin contar al conductor- son todos hombres. “Si hay que ver el vaso medio lleno, celebro que años atrás era impensado ver a mujeres en programas hegemónicos de alcance nacional e internacional. Me parece que el caso de Morena Beltrán es un destape, aunque al principio fue recontra sexualizada por la audiencia”, reflexiona Martina. “No estamos para darle placer a nadie, somos mujeres y estamos trabajando al igual que ellos”, insiste.
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El árbitro pita y el silbato marca el final del encuentro. La luna y los reflectores son mudos testigos del final. A veces al resultado lo marca un cartel luminoso en el estadio; otras, la atención de la gente o el diálogo iniciado durante el descenso de las escaleras. En el aquelarre de cables, césped y botines que irrumpen al final del partido los periodistas buscan la palabra de los protagonistas: el que hizo el gol, el capitán del equipo o el arquero que sacó mil pelotas. “Muchas veces me preguntaron si era fotógrafa o me miraban raro porque me acercaba al banco de suplentes. No soy fotógrafa, soy periodista. Una vez me preguntaron si era la novia de uno de los futbolistas. Estoy trabajando, por eso estoy acá”, cuenta Agustina González, periodista deportiva de LV16. Y advierte que, en Río Cuarto, para la mujer el ámbito deportivo -especialmente el futbolístico- siempre fue un campo de batalla.
¿Qué tan abiertas están las puertas para las mujeres en un deporte tan machista? Agustina advierte que en los clubes se declama mucho más de lo que se hace: se suman equipos de fútbol femenino para dar cuenta que se trabaja en materia de género. Pero, por ejemplo, Estudiantes de Río Cuarto -uno de los clubes más importantes de la ciudad- nunca permitió que el equipo femenino jugara en el Estadio Candini. Y los partidos de fútbol femenino ocupan siempre un lugar subsidiario en la grilla de los domingos.
Según un relevamiento del Observatorio de la Discriminación en el Deporte, dependiente del INADI, más de 60 deportistas de 30 disciplinas diferentes describieron un panorama que da cuenta de la dinámica machista que recorre al deporte. “Las mujeres, en el ámbito del deporte y sobre todo en el fútbol, corremos con desventaja. Te miran raro. Pero nosotras tenemos que seguir marcando este camino, hay que meterse más. Como mujeres tenemos que cortar con esto y empezar a marcar que en realidad también estamos preparadas, y si estamos donde estamos es por nuestra profesión. Lo sabemos hacer”, afirma Agustina.
"No tiene sentido una mujer en un programa de fútbol". La frase, que parece de la prehistoria, fue pronunciada no hace tanto tiempo por Daniel Avellaneda, ex comentarista de Fox Sports. El machismo en el deporte y sobre todo en el periodismo deportivo no es un hecho aislado. Miguel Ángel Motta, periodista de Canal Doce de Córdoba, dijo que Sofia Martínez había tenido “un orgasmo” cuando entrevistó a Lionel Messi tras el pase a la final del Mundial de Qatar. Su comentario fue ampliamente repudiado en redes sociales, donde acusaron a Motta de envidioso y violento. Pero ese tipo de frases siguen resonando en programas de televisión, redacciones e informativos. Y también en la mesa familiar o cuando las mujeres del femenino juegan los sábados a las 11 de la mañana un partido definitorio.
Desde la primera vez que rodó la pelota en un campo de juego, el fútbol fue un ámbito de hombres. Pero la emoción de un grito de gol o la tristeza de una derrota no deberían ser sentimientos que excluyan a la mitad más uno de la afición. Al fin de cuentas, todos y todas no somos otra cosa que mendigos del buen fútbol.