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#40AñosDeDemocracia
Los cuadros están bien guardados
Foto: Los intendentes de la democracia, del Palacio Municipal a un depósito oficial.
En el Palacio de Mójica se exhibieron durante mucho tiempo una treintena de retratos de intendentes de Río Cuarto, hoy preservados en un depósito. En los años del terrorismo de Estado hubo seis comisionados municipales: uno fue condenado por delitos de lesa humanidad, otro fue electo concejal y otro da nombre a una de las avenidas más importantes de la ciudad.
Publicada el en Crónicas

Seis hombres ocuparon el sillón de Mójica entre 1976 y 1983, durante la última dictadura cívico militar. Uno de ellos ya habían gobernado la ciudad como intendente electo por el voto popular; otro fue premiado con una banca en el Concejo Deliberante cuando retornó la democracia;  y el más conocido fue condenado a cadena perpetua en Mendoza por su participación en crímenes de lesa humanidad. “Vivir en Río Cuarto y conocer su historia es algo muy especial, porque te sorprende”, advierte Omar Isaguirre, coordinador del Archivo Histórico de la ciudad.

Al escribir las palabras “Intendentes de Río Cuarto” en el buscador de Google, el primer resultado que arroja internet redirecciona al usuario a una lista de intendentes que comienza en 1999 y termina en la actualidad. Los apellidos Cantero, Rins, Jure y Llamosas forman parte de la historia reciente y la actualidad política de la ciudad. El segundo resultado arroja una lista más amplia, que abarca el período de 1886 a 2008. Los apellidos ya no resultan tan conocidos y la mayoría tiene una equis al lado para indicar que han fallecido. Entre los resultados de la búsqueda también hay un informe periodístico que transcribe esa misma lista, pero aclara que siete de esos nombres fueron intendentes de la dictadura: Juan Pablo Ubaldo Díaz, Alcidez Paris Francisca, Ernesto Ramiro Alonso, Jaime Gil, Alberto Raúl Biglione y Fernando H. Bertolone.

Durante mucho tiempo hubo un registro artístico de los intendentes de Río Cuarto en el Palacio de Mójica. Era una colección estable, ubicada a la izquierda de la entrada principal al edificio municipal. Su autor es Daniel Maza, más conocido como “Mazita”, que en1995 ganó un concurso organizado por el flamante Archivo Histórico Municipal para recrear los rostros de los jefes políticos de la ciudad.  “Al ser una muestra fija la gente se cansa y siente que a eso ya lo conoce”, dice Isaguirre a  modo de justificación del levantamiento de la muestra, al comienzo de la primera gestión del actual intendente Juan Manuel Llamosas.

Hoy aquéllos retratos están en el depósito del Museo de Bellas Artes del Centro Cultural Trapalanda. Rocío Toledo, profesora de Artes Visuales y empleada del lugar, recuerda que “una vez que se levantó la muestra en el Palacio los cuadros se trajeron al depósito, porque las obras de arte deben estar a resguardo, como patrimonio”. De los treinta retratos que hizo Maza, sólo diez se conservan en buen estado. La serie comienza en 1883 y culmina en la última gestión de Antonio Benigno Rins, en 1999. Pero hay un dato que no pasa desapercibido: no hay rastro de los intendentes de facto. “La única condición del concurso era retratar solo a los intendentes democráticos, no a los de facto”, explica Isaguirre. Rodeado de cajas, archiveros, mapas, diplomas y reconocimientos, señala: “La colocación de los cuadros, como los bustos que están en la Casa Rosada, representan homenajes. Y no se puede dar el mismo rango de homenaje a Mugnaini que a esta gente que no fue designada por la voluntad popular”.

Los retratos de la dictadura

En su edición del 25 de marzo de 1976, el diario La Calle titulaba: “Asumió como Comisionado Municipal en Río Cuarto el Comodoro Ubaldo Alfonso Diaz”. El diario consignaba que el día anterior la intendenta democrática Delia Castagno de Rodríguez Vázquez había llegado al Palacio a las siete y a las diez asumió el Comisionado Militar, que había sido dos años jefe del Área Material Río Cuarto, en Las Higueras. En la misma página del diario figuraba otro título: “Clausura del Concejo y Cese de funcionarios”. Ediciones de los días siguientes dedicaban varias páginas a difundir noticias relacionadas con gremialistas “ultimados”, explosiones en la finca de otro sindicalista y el pedido de captura de un ex ministro.

Ese mismo año, el interventor provincial designó como Comisionado Municipal a Alcides Paris Francisca, que ocupaba la Secretaría de Gobierno y Cultura de Alfonso Díaz. “Un nombre que mucho no dice, pero que era un criminal. Actualmente está condenado a cadena perpetua, pero vive en su casa por su edad. Nació en el año 1931, tiene 92 años”, señala Isaguirre. Un informe de La Izquierda Diario amplía la información de Isaguirre: Paris Francisca fue condenado tres veces a cadena perpetua,  pero “goza de prisión domiciliaria en la ciudad de Rosario y fue visto en junio pasado (por junio de 2022) en un acto en el Liceo Aeronáutico Militar en la ciudad de Funes, Santa Fe, infringiendo su pena”.

Paris Francisca fue reemplazado por Ernesto Ramiro Alonso, de quien no se tiene demasiada información, pero sí registros fotográficos de la época.

“Blanqueo” y (des)memoria

En abril de 1979 fue designado Comisionado Municipal el escribano Jaime Gil, un político que había sido intendente democrático en dos períodos anteriores y que dejó su impronta en importantes obras públicas de la ciudad. “Era una buena persona, fue una elección en su vida, de todas maneras para la política quedó condenado, los radicales tardarían en reivindicarlo, en ‘lavar su imagen’. Hoy en día le hacen homenajes en la Casa Radical de calle Cabrera”, señala Isaguirre.

Durante su período como Comisionado De Facto, Gil ordenó el entubado subterráneo del arroyo El Bañado desde la calle Alvear hasta Irigoyen, construyó el dispensario de Banda Norte, extendió el alumbrado público a distintos barrios periféricos y renovó el parque de maquinarias del municipio. El propio Concejo Deliberante “reconoció la tarea brillante y la honestidad de este hombre que administró los destinos de la ciudad, destinando su nombre a una avenida riocuartense”, apunta Eduardo Tyrell  citando el libro “Hombres y mujeres de Río Cuarto”, de Gonzalo Otero Pizarro. Gil dejó el municipio para convertirse en ministro de Bienestar Social de la Provincia. “Su convencimiento con la dictadura estaba demostrado”, apunta Isaguirre.

El sucesor de Gil en el Palacio de Mójica fue el abogado Ernesto Raúl Biglione. “El tipo se blanqueó porque en las elecciones del ‘83 se presentó como candidato a intendente y salió tercero. Es decir  no fue intendente, pero sí concejal”, reseña Isaguirre. Y precisa que cuando cambió el ministro de Gobierno de la Provincia, reemplazó a Biglione por Fernando Bertolone. Pero entonces pasó algo inédito para un gobierno de facto: la gente salió a las calles a pedir por la restitución de Biglione. “Toda la ciudadanía estaba movilizada en las calles y se enviaron decenas de telegramas para que lo dejaran a Biglione, pero el gobierno militar no dio el brazo a torcer: se nombró a Bertolone, también abogado, que provenía del Partido Demócrata, Bertolone. Él fue quien le entregó el mando al primer intendente elegido en democracia: Miguel Ángel Abella”, reseña Isaguirre. El “Chicharra” Abella gobernó en sintonía con un gobernador –Eduardo Angeloz- y un presidente –Raúl Alfonsín- de su mismo partido: la Unión Cívica Radical. Biglione controló su gestión desde su banca en el Concejo Deliberante.

A los retratos de los intendentes de la democracia que engalanaban las paredes del Palacio de Mójica se suman después los de Alberto Cantero y Antonio Rins. Los de Juan Jure y Juan Manuel Llamosas, en cambio, quedaron pendientes: “Mazita”, se retiró del arte y nunca terminó la colección.

“No es lo mismo que estén en un depósito a que estén en la Municipalidad. Algún día los repondrán”, se esperanza Isaguirre.

Lourdes Silva
- Estudiante de Comunicación Social -