El puntapié inicial se produjo en el estadio Julio César Villagra, el 23 de marzo de 2012. La inauguración de la ‘Biblioteca Popular y Deportiva 26 de Junio’ fue la primera jugada del entonces incipiente Departamento de Cultura del Club Atlético Belgrano, ‘los siete locos’ que entendieron que al partido también había que jugarlo en la cancha grande de la sociedad.
La apertura del espacio, ubicado debajo de la Tribuna Preferencial del ‘Gigante de Alberdi’, contó con la presencia de Gastón Turus, Juan Carlos Olave y Guillermo Farré, por entonces integrantes del plantel de fútbol de la ‘B’ y protagonistas del histórico regreso a Primera División ante River Plate de 2011, en la fecha que justamente inspiró el nombre de ‘la biblio’. “Fue un homenaje al ascenso”, dice Víctor Baissi, uno de los pioneros.
“Acondicionamos un lugar que estaba totalmente destruido, empezamos a recibir muchas donaciones de libros y de revistas, y la cosa empezó a funcionar. La idea siempre fue abrir ese espacio para toda la comunidad. El piberío del barrio venía y se quedaba toda la tarde allí”, puntualiza.
“Queríamos que la biblioteca tuviera vida, ruido y colores, que no fuera algo rígido y alejado de la gente. Ahí fueron surgiendo algunos talleres, como teatro, guitarra y apoyo escolar”, destaca Baissi, a quien Silvia Viera y Juan Del Campillo, sus compañeros de área con los que compartió esta entrevista, definen como ‘el Arturo Orgaz de la cultura belgranense’.
Los tres destacan el impulso que en aquellos inicios, todavía tiempos del gerenciamiento de Córdoba Celeste, recibieron de Jorge Franceschi y Cecilia Montenegro. También señalan como bisagra un encuentro casual que algunos promotores de la cultura ‘pirata’ tuvieron con el músico Hugo Lobo, líder de Dancing Mood. “Eso nos voló la cabeza. El loco había armado una pequeña orquesta en la sede del club Atlanta y nos demostró todas las cosas que podían hacerse con nada”, puntualizan.
Después que Belgrano levantó la quiebra y volvió a manos de los socios, el primero de julio de 2011, integrantes de Cultura (entre ellos Baissi y Del Campillo) se sumaron a la comisión directiva y el área se convirtió en un espacio más integrado a la vida institucional del club.
Jugar en equipo
“El Cordobazo en Alberdi”, una actividad que se realizó en 2015 y que incluyó la proyección de la película “Tosco, grito de piedra”, fue otro de los hitos de Belgrano Cultura. Allí empezó a afianzarse el vínculo del club con la historia y las causas barriales, que tuvo como hecho emblemático la recuperación del Centro Cultural Comunitario ‘La Piojera’, en 2019.
“Fueron surgiendo distintas movidas y se empezaron a fortalecer vínculos. Trabajamos con el Instituto de Cultura Aborígen (ICA) que dirige Horacio Saravia, un cura muy piola. Hicimos convenios con los centros vecinales de Alberdi, Alto Alberdi, Villa Páez y Marechal. Y empezamos a celebrar cada año el Día del Niño y el Día de la Independencia de Perú. En un tiempo también funcionó en el estadio el Plan FinEs, que es el programa de finalización de estudios primarios y secundarios, y muchos de nosotros fuimos docentes. Las aulas estaban donde ahora es la Tienda”, explican.
“Sin querer queriendo, nos fuimos profesionalizando. Hoy somos cerca de cincuenta personas las que trabajamos en Cultura y todos lo hacemos como voluntarios, menos dos empleados que son part time, ya que no tenemos presupuesto asignado, más allá de que el club colabora con algunos gastos. Cada uno nos fuimos especializando en algún tema concreto, generando microespacios, para que el área pueda lograr un mejor funcionamiento, ya que todos tenemos nuestros trabajos y otras actividades”, destacan.
En sus once años de existencia, el Departamento de Cultura de Belgrano generó un amplio abanico de propuestas que incluyeron una hemeroteca, una fotogalería, un cineclub, charlas de género y derechos humanos, clases de inglés e italiano, un club de lectura y talleres de los más diversos: historia de fútbol y narrativa, celumetrajes, circo para niños, fotografía, música y cuentos, teatro comunitario y “los legendarios makrame y cajón peruano”, según refiere Del Campillo, con la mirada cómplice de sus laderos. La alusión no es casual y tiene su explicación: “José Palazzo (el productor artístico) nos bardeó en Twitter porque habíamos repartido unos folletos promocionando nuestras actividades, entre ellas la enseñanza de ese tipo de tejido y de ese instrumento, y le respondimos con una carta que llevó la firma de muchos socios de Belgrano. Le terminó saliendo el tiro por la culata, porque su actitud generó una reacción positiva hacia nuestro trabajo, incluyendo a mucha gente que nos puteaba hasta el día anterior”.
“Al principio había mucha gente a la que no le gustaba que nuestra área existiera. Decían que Belgrano era un club de futbol. ‘Che, déjense de joder con cultura y traigan un delantero’, les reclamaban a los directivos. Hoy esas voces se acallaron, no sabemos si por vergüenza, porque se convencieron o por qué otro motivo”, puntualiza el trío de entrevistados.
Cuestión de Estado
Entre los eventos que el colectivo cultural ´pirata’ considera emblemáticos de su gestión sobresale “La semana de Belgrano”, cuya 12 edición se llevará a cabo la última semana de junio. “Tratamos de generar un evento por día, para recordar la fecha en la que el club volvió a manos de los socios. El año pasado hicimos actividades en el predio de Villa Esquiú y en la pensión, y una entrevista con Farré (actual DT del equipo) que salió en las redes”, cuenta Silvia. “Para esta ocasión estamos tratando de organizar un homenaje a nuestro campeón mundial en Qatar 2022, ‘el Cuti’ Romero, que en esos días va a estar de vacaciones en Córdoba’, anticipa.
Desde 2016, Belgrano también participa en forma ininterrumpida en “La Noche de los Museos”. “La primera vez que el club se sumó a ese circuito cultural nos avisaron con muy poca antelación. No fue sencillo armarlo, pero no podíamos desaprovechar la oportunidad, ya que desde hace rato veníamos insistiendo con el proyecto del museo propio. Se sumaron los integrantes del departamento de socios y fuimos un montón. Ahí Belgrano también fue pionero entre los clubes cordobeses”, subrayan.
Dos veces por mes, Cultura Belgrano organiza el “Paseo Pirata”, un tour para los socios del club celeste, que comienza en la esquina donde está asentada la escultura del ‘Chango’ Rodríguez, Santa Rosa y Pasaje Aguaducho, y termina en la cancha de Belgrano. En el trayecto pueden observarse plaquetas y murales que conectan algunas gestas y episodios emblemáticos de Córdoba con la historia del barrio Alberdi.
“Nosotros repetimos como un mantra que ‘Belgrano es Alberdi’, pero no se trata de un slogan. Puede sonar como algo romántico o idealista, pero es tal cual. No se puede concebir al barrio sin el ‘Gigante’, el Cordobazo, el cementerio San Jerónimo, la cervecería Córdoba, la reforma universitaria o el hospital de Clínicas. Y no es algo forzado, en todo hay una conexión”, enfatiza Víctor.
De los tiempos más cercanos, el colectivo rescata como mojones la recuperación del Himno de Belgrano, que la Orquesta Sinfónica y los cantantes Guadalupe Gómez y José Curado grabaron con su letra original en el Teatro del Libertador; y la asignación del nombre ‘Miguel Delavalle’ (exjugador de la ‘B’ y primer integrante cordobés del seleccionado argentino) a un pasaje aledaño al estadio Julio César Villagra.
Superados los temores que el recambio de autoridades había generado entre sus integrantes, Baissi, Del Campillo y Viera destacan que “la cultura ya es una cuestión de Estado en Belgrano”, porque ha logrado trascender las sucesivas gestiones presidenciales de Armando Pérez, Jorge Franceschi y Luis Fabián Artime. “Nos hemos ganado un espacio en el club”, afirman.
“Lo vemos al ‘Luifa’ muy involucrado. Siempre que lo llamamos para participar de alguna actividad, está presente. No sé cuántos presidentes de clubes están en la inauguración de un mural”, subraya Silvia.
A modo de epílogo, Baissi marca la cancha: “Nosotros no descubrimos nada nuevo, sólo nos dedicamos a unir piezas para rescatar el patrimonio más importante que tiene Belgrano: una identidad que está marcada por el pulso del barrio Alberdi, en su diversidad obrera, estudiantil y popular”.
Locura por Diego
Los integrantes de Cultura Belgrano reconocen como su acción ‘más loca’ el viaje relámpago que algunos de ellos realizaron a Buenos Aires para entrevistarse con Dalma, la hija de Diego Maradona, el 9 de julio de 2021. El motivo del encuentro fue entregarle el carnet de socio del club que le habían hecho en vida al astro, y una réplica de la camiseta que el excapitán del seleccionado argentino utilizó en un amistoso que jugó para el Pirata ante Vélez Sarsfield en el Estadio Kempes, apenas once días después de su consagración como campeón del mundo en México ’86.
“Lo del carnet fue una idea del periodista Juan Cruz Taborda Varela, que tiene un vínculo muy estrecho con nosotros. Se lo hicimos en vida y habíamos quedado en entregarlo personalmente en marzo de 2020, ya que Diego nos iba a recibir después de un entrenamiento de Gimnasia y Esgrima La Plata, pero justo cayó la pandemia”, cuenta Del Campillo.
“Después el Diego se nos fue, y entonces se nos ocurrió contactar a Dalma. Nos mandó a decir que estábamos locos, pero que si queríamos fuéramos a verla a la radio donde trabajaba. Todavía era época de barbijo y puñito, pero nos pusimos a hablar con ella, todos nos emocionamos mucho y terminamos a los abrazos”, añade. “Después nos fuimos en auto hasta Segurola y La Habana, donde Maradona vivió en Devoto; y también a la casa de sus padres en Villa Fiorito, y en el trayecto escuchamos a Dalma que contaba al aire del encuentro que había tenido con nosotros”, concluye-