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#VillaCiudadParque
Los artesanos al poder
Foto: Diego Ruiz, intendente electo de Villa Ciudad Parque.
La increíble historia de un grupo de artesanos que se propuso cambiar el mundo y gobierna hace cuatro años una de las localidades más bellas del valle de Calamuchita. La paliza a Juntos por el Cambio y el apoyo a Juan Grabois.
Publicada el en Crónicas

Hace más de 20 años, un grupo de artesanos que viajaban por el mundo decidieron establecerse en Córdoba y tomar las riendas del destino de su comunidad. A fines de los noventa, Pablo Riveros y un grupo de compañeros viajaban por Latinoamérica. Vivían de las artesanías que producían y decidieron quedarse un tiempo en Guatemala. “Estábamos un poco cansados de andar”, recuerda Pablo. Encontraron lugar en la Casa Verde, un espacio comunitario que los recibió y desde donde empezaron a pergeñar la aventura política que los trae hasta el presente.  “Hacíamos un trabajo comunitario con la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG), un partido político que se conformó cuando se hizo el Acuerdo de Paz en Guatemala, aunque lo nuestro no tenía que ver con lo partidario sino que era más bien social”. Pablo tenía 23 años y era un artesano del metal: trabajaba bijouterie en bronce, cobre y oro. Junto a otros artesanos habían recorrido Bolivia y Ecuador, amuchados como una familia. En Guatemala nacieron Lautaro y Quetzalí, dos de los hijos de Pablo y Daniela (su compañera de aquel momento, artesana como él).  

Los abuelos

La experiencia en Guatemala los forjó en lo socio comunitario, pero fue el fútbol el germen de lo político. “Nos integramos con la comunidad Cakchiquel y el vínculo se terminó de expresar muy fuertemente cuando armamos un equipo de fútbol para participar del campeonato municipal federado. Se convirtió en un verdadero fenómeno social en todo el pueblo Panajachel. Se llamó “Los Lagartos” y salimos campeones. El pueblo se encariñó con nosotros y literalmente llenaba los estadios. Ese vínculo comunitario nos marcó. A pesar de que nos buscaron para seguir jugando en un equipo de la primera división de Guatemala, seguimos viajando un poco más, pero con las ganas de vivir una experiencia comunitaria en Argentina”, evoca Riveros. “Ahí sucedió algo inesperado: un amigo del grupo al que conocía desde la escuela secundaria, Fede Rosembaum, se volvió a la Argentina y durante una cena con su abuelo éste le contó que tenía un terreno en Villa Ciudad Parque (se llamaba entonces Falda de los Reartes). Antes de que se fuera yo le había comentado que mi abuelo tenía un terreno en ese mismo lugar y que andábamos con ganas de irnos ahí y establecernos”. Poco tiempo después llegaron a Villa Ciudad Parque y comenzaron una experiencia inédita integrando la naturaleza, la comunidad y la vocación política para transformar la realidad.

La experiencia en Calamuchita fue muy parecida a la de Guatemala. Otra vez el fútbol fue la herramienta de integración con la comunidad. “Para los indígenas en Guatemala éramos “gringos”, porque no éramos de ahí. A partir del campeonato que ganamos, dejamos de ser gringos y pasamos a ser “lagartos”, o sea: ni gringos ni locales. Los indígenas veían al lagarto como la persona que no hablaba la lengua nativa, pero que conocía el pueblo. Algo parecido nos pasó acá. Llegamos a Los Reartes en el 2005, participamos de un campeonato de fútbol y lo ganamos. Al igual que en Guatemala, la gente nos empezó a mirar de otra manera, sólo que acá fuimos “los artesanos”. Está claro que el fútbol es una gran herramienta de integración. Hay un libro de Galeano, “El Futbol a sol y sombra”, que habla mucho de eso”, dice Riveros.  

Además de la experiencia guatemalteca, el regreso de Pablo Riveros a la Argentina, en 2003, estuvo signado por un hecho histórico que también aportó a su formación política: “Vine justo para la asunción de Néstor Kirchner el 25 de mayo de 2003. Fue casualidad que viniera en esa fecha para que mi familia conociera a Quetzalí. No te puedo explicar la sorpresa que tenía al ver todo lo que estaba pasando en Argentina, lo que Néstor generaba. Había algo que yo, desde lejos, no estaba viendo. Me gustó por ejemplo que eligiera el Congreso y no la Casa Rosada para asumir, el Congreso es la casa del pueblo y muchas cosas más”, recuerda.

El trabajo en Villa Ciudad Parque que lo consagró como jefe comunal en 2019 fue intenso, duro y sostenido a lo largo de 15 años. La construcción comunitaria se consolidó a partir de la creación de la Asociación Civil El Semillero, verdadero motor de las actividades socioculturales del pueblo. La lucha contra las fumigaciones y el colectivo “Paren de fumigar” fue otro mojón en la consolidación de un espacio político con el eje puesto en lo ambiental y el cuidado de la naturaleza. “Estábamos rodeados de soja y nos fumigaban al lado de nuestras casas”, recuerda. Ganada esa batalla (hoy no hay fumigaciones en la zona), se impulsó la creación de la Unión Vecinal, con la que perdieron dos elecciones antes de conseguir el triunfo en 2019.

En sólo tres años, la gestión de Pablo Riveros puso a Villa Ciudad Parque en el mapa político de Córdoba: creó zonas ambientales protegidas en torno al Río Los Reartes y el Lago Los Molinos, estableció cotas de construcción en la sierra, construyó los edificios del jardín de infantes, el secundario, aulas de la escuela primaria, la Escuela Popular de Artes, y hasta impulsó junto a otras localidades la creación de la Universidad de las Sierras, de la m ano de Flacso Argentina. También construyó el nuevo edificio para el dispensario y creó una empresa estatal de investigación y producción de aceite de cannabis, único emprendimiento autorizado en Córdoba por el Ministerio de Salud de la Nación. Construyó un polideportivo, recuperó tierras ganadas al agronegocio y logró que emprendimientos inmobiliaros que estaban eximidos irregularmente por la gestión anterior hasta el 2024 pagaran los impuestos correspondientes. Con ese dinero se adquirió una ambulancia y se amplió la flota de vehículos de la comuna. Un verdadero huracán  para una población de apenas tres mil habitantes. Riveros asegura orgulloso que Villa Ciudad Parque es el pueblo que más creció en obras en toda la provincia.

Proscripto

El reciente proceso electoral se tiñó de escándalo cuando la jueza electoral Marta Vidal impugnó a Pablo Riveros para competir por su primera reelección. La jueza hizo lugar a un pedido de uno de los candidatos opositores, el juecista negacionista Rubén San Sebastián (Frente Cívico). La impugnación incluyó también a Héctor Polcan, un ex jefe comunal que iba por el Partido Demócrata. La jueza se amparó en el artículo 6 de la Ley 10.406 que prohíbe que miembros de una comisión sean reelegidos de manera indefinida. Interpretó que el cargo de secretario de Comuna, que Riveros ejerció entre 2015 y 2019 en representación de la oposición, sumaba como un mandato más. Una interpretación rígida y alejada del sentido común, acusada de antidemocrática, que perjudicó a los vecinos y vecinas de las comunas al impedirles elegir a quienes demostraron buena gestión. 

A diez días de las elecciones la Unión Vecinal tuvo que cambiar de candidato: se bajó Pablo Riveros y se postuló Diego Ruiz. A pesar de la insólita proscripción dispuesta por Vidal, la continuidad del proyecto político que comenzó en diciembre de 2019 fue avalada por una verdadera avalancha de votos. “Fue una campaña muy rara, muy intensa, vertiginosa, donde tuve que ponerme el traje de candidato en sólo diez días. Por suerte la gente me conoce, porque trabajo en la gestión y pertenezco al proyecto político desde su origen. Creo que la gente entendió lo qué pasaba y apoyó la continuidad”, dice Ruiz. La Unión Vecinal triunfó por el 67 por ciento de los sufragios.

Movimiento Verde

“Villa Ciudad Parque marcó una huella que motivó, esperanzó y generó un montón de expectativas en movimientos, espacios, proyectos socioculturales, comunitarios, socio ambientales de distintas localidades, fundamentalmente de las Sierras de Córdoba, que nosotros llamamos el Movimiento Verde Cordobés”, dice hoy Pablo Riveros, para quien las recientes elecciones arrojan un saldo institucional muy potente, porque no es sólo Villa Ciudad Parque la que cristaliza un proyecto político con vocación de poder para gobernar articulando el Estado, la naturaleza y la comunidad: Natalia Di Pace será la nueva jefa comunal de Cerro Azul, Victoria Pita asumirá como concejal en Villa Rumipal y Federico Fiumato hará lo propio en Capilla del Monte. El Movimiento Verde cordobés suma otros triunfos en Las Rosas, La Bolsa, La Rancherita, Los Molinos, Agua de Oro y Salsipuedes.

“Creo que es positivo que haya ganado Llaryora”, dice Riveros. “Es una renovación del peronismo que venía gobernando la provincia –agrega-, con el que tenemos muchísimas diferencias, encarnado en Schiaretti. Me parece que Llaryora ha mostrado en la Municipalidad de Córdoba tener un interés particular por la economía circular y el ambiente y eso hay que explotarlo, trabajarlo, articularlo y promoverlo. Esperemos tener un buen vínculo, o por lo menos otro vínculo, distinto al que veníamos teniendo con Schiaretti”.

En las Paso, el grupo acompañará a Juan Grabois. “Creo que Juan va a hacer una elección muy buena; es épico y tiene mística. La sociedad se está derechizando, por eso el peronismo tiene un candidato de derecha como (Sergio)  Massa. Ojalá Juan tenga un resultado trascendental y logre llegar a la elección general. De lo contrario habrá que apoyar a Massa, porque del otro lado el panorama es siniestro”, concluye Riveros.  

Carlos Ruiz
- Periodista -