De arco a arco. Si consultores, encuestadores, politólogos, gurúes y pitonisos logran quebrar una prolongada sequía goleadora, el próximo número uno del país será un jugador con ínfulas y vocación de golero. Otro más. Entre Javier Milei y Sergio Massa pareciera estar la puja para ver quién se queda con el anhelado puesto que hoy ocupa Alberto Fernández.

A esta altura del partido, el Presidente apenas si ataja críticas. Hay que remontarse hasta el verano de 2022 para verlo con decisión adentro de la cancha, tratando de contenerle algún penal a un pibito que ponía a prueba sus reconocidas dotes -las futbolísticas- en las arenas de Mar de Ajó. Por entonces el arco ya le quedaba un poco grande.

Un lejano y difuso recuerdo eran aquellas jornadas de gloria, en las que el “1” sorprendía a propios y extraños trasmitiendo firmeza y seguridad desde su posición. Tiempos en los que era sagrado el ‘picado’ de los viernes entre ‘Casa Rosada’ y ‘Ministros’ en la Quinta de Olivos, si hablamos de fútbol. “Alberto es un arquerazo”, solía decir el otrora ministro de Economía Martín Guzmán, uno de los delanteros más cotizados del Team Gabinete, que se terminaría yendo con la pelota a otra parte.

En la residencia presidencial hace rato que está reservado para los primeros días de diciembre el camión de la mudanza que cargará entre las pertenencias del actual inquilino un buzo y un par de guantes que adornan el despacho principal. Los preciados souvenirs son obsequios de Marcelo Pontiroli, arquero que tuvo un paso por Belgrano en los inicios del nuevo siglo y que dejó muy buenos recuerdos en Argentinos Juniors, el club que el 2 de abril de 2020 le entregó el carnet de socio honorario como regalo de cumpleaños al actual mandatario.

Alberto suele recordar con especial afecto al célebre equipo del ‘Bicho’ que en 1985 se consagró campeón de la Copa Libertadores de América y disputó la final de la Copa Intercontinental contra Juventus de Italia (“el mejor que vi en mi vida”, según sus palabras), donde jugaban los cordobeses Emilio Nicolás Commisso, José Luis Pavoni y Enrique Vidallé.

El teorema Gorosito

“Si hacés las cosas bien, es posible que te vaya bien”. Cuando daba sus primeros pasos apoyado en el bastón de mando, Alberto citaba con frecuencia esa frase que el entrenador Néstor ‘Pipo’ Gorosito le dijo durante un almuerzo que ambos compartieron con el entonces presidente de Argentinos Juniors Luis Segura. Terminó siendo su jefe de campaña en las fallidas elecciones de la AFA en 2015. “A partir de ahí lo llamé el teorema de Gorosito, y lo apliqué en todo”, le gusta presumir.

El 3 de agosto de 2022, Gorosito no pasó inadvertido en la Casa Rosada: integró el selecto lote de invitados a la asunción de Sergio Massa como ministro de Economía, Agricultura y Desarrollo Productivo. Ambos se reconocen “amigos” desde los tiempos en que coincidieron en el Club Atlético Tigre, uno como DT y otro como ‘hombre fuerte’ de la entidad bonaerense. El 2 de junio de 2019 celebraron juntos en Córdoba la obtención del primer y único título que tiene Tigre en Primera División -la Copa de la Superliga- tras vencer en la final a Boca. Una de las postales de aquella noche en el Estadio Kempes muestra a Massa abrazado al goleador cordobés Carlos ‘Chino’ Luna, que este año encabezó la lista de candidatos a concejales de Juntos por el Cambio en San Fernando.

En política Massa se destaca como jugador de toda la cancha, un polifuncional que ha vestido varias camisetas. En fútbol su puesto favorito es el de arquero y despunta el vicio en las juntadas familiares. Suele compartir equipo con los Galmarini: su suegro Fernando, ex secretario de Deportes menemista; y su cuñado Martín, ex jugador de Tigre y River Plate. El superministro también jugó en el insólito empate 38-38 de la asamblea extraordinaria de la AFA de 2015 que pretendió dirimir la sucesión de Julio Grondona, a favor de la candidatura de Marcelo Tinelli.

Fiel a su estilo, el aspirante presidencial de Unión por la Patria cultiva buenas relaciones tanto en River como en Boca. Con Jorge Pablo Brito lo une un vínculo de un década y media que se refleja en la camiseta de Tigre, donde sobresale el logo de la banca privada que preside el pope riverplatense. Con Juan Román Riquelme la afinidad tiene que ver con una cuestión de vecindad: el ídolo y vicepresidente xeneize vive en Don Torcuato y como hombre de la zona se reconoce simpatizante del elenco de Victoria. A mediados de 2017 Massa quiso llevar a Riquelme a su club, pero éste terminó firmando para Argentinos Juniors, el equipo de Alberto.

"Para muchos es Riquelme el ídolo, el goleador, pero sigue siendo Román de Torcuato para la gente de ahí, y eso habla muy bien de él como persona", declaró sobre su afinidad con el boquense, con quien atesora largas y distendidas charlas de mate en su casa. Riquelme divide opiniones entre Massa y Milei. Una grieta entre ambos.

‘El Loco’

Aunque hoy juegue como extremo por derecha, el candidato libertario también tiene un pasado de arquero. Fue en sus tiempos de adolescente, en las inferiores de Chacarita Juniors, donde sus excompañeros lo recuerdan como ‘el Loco’. “Se tiraba de cabeza, no le importaba nada. Volaba de un palo al otro y gritaba todo el tiempo”, coinciden los testimonios.

Luego tuvo un breve paso por San Lorenzo: “Estuvo atajando un año, más no. Llegó hasta la reserva y después le perdí el rastro”, relató Manuel ‘Sopa’ Aguilar, exjugador del Santo y campeón con Talleres de la Copa Conmebol 1999. Décadas más tarde, Milei revalidaría el mote hablando con su perro muerto a través de una médium, designando asesores a sus mascotas, paseándose por los estudios de televisión con un discurso desenfrenado y liderando actos en la calle con una motosierra encendida.

“Intentaba replicar, con muchas dificultades, el estilo de (Ubaldo) Fillol, el más grande de todos los tiempos”, reconoció en algunas de esas entrevistas en las que le tiran centros para que no extrañe sus tiempos de cuidapalos. Remarcó su preferencia por ‘el Pato’ con un fundamento económico: “En la discusión entre Fillol y (Hugo) Gatti, no existe discusión. De los once jugadores sólo uno puede tocar la pelota con la mano, es un recurso escaso. Gatti usaba los pies, era un ineficiente”. No fue el único pelotazo que Milei le tiraría al mítico arquero del Boca de los ’80, con quien comparte apodo. “La cantidad de veces que me fui de la Bombonera a las puteadas, por los goles idiotas que se comía, es descomunal. Además, era un irresponsable. Recuerdo un día contra Instituto que se atajó la vida. Boca ganaba 2 a 0 y para tener la tarde perfecta hizo un penal, el cual no atajó”, supo escribir en sus redes sociales el candidato más votado de las PASO. Fue a comienzos de este año, luego de que Gatti declarara que Emiliano ‘Dibu’ Martínez había sido más importante que Lionel Messi en el Mundial de Qatar.

Milei no titubeó a la hora de criticar a uno de los íconos de la historia boquense y mucho menos en cambiar su pasión por los colores azul y oro en medio de un partido, ni más ni menos que la final de la Copa Libertadores que se jugó el 9 de diciembre de 2018 en Madrid. “Hinché por Boca. En realidad, no es que hinché. Estaba mirando el partido, pero cuando entró (Fernando) Gago, que fue otro acto de populismo, hinché por River”, reveló en una entrevista con el diario español El País.

Su identificación con el club de la Ribera porteña ya venía devaluada desde 2013, y él mismo explicó el motivo: “Tengo bastante con vivir en un país populista para ser hincha de un equipo que tomaba decisiones populistas. Me refiero a la contratación de Riquelme, por parte de Angelici (Daniel, ex presidente de Boca y operador político-judicial de Mauricio Macri), cuando estaba claro que no iba a funcionar, y efectivamente no funcionó".

Milei se terminó comiendo un gol en contra, cuando su admirado ‘Pato’ Fillol acompañó recientemente a Sergio Massa en el acto donde el superministro presentó sus propuestas de campaña orientadas al deporte.

Línea de tres

Por derecha, Patricia Bullrich. La referente de Juntos por el Cambio, cuyo caballito de batalla hoy es “terminar con el kirchnerismo”, cumplió la consigna de “sacar a Hugo Moyano de Independiente” un año atrás. “¡CHAU MOYANO! Se terminan la patota y la mafia en Independiente… Las nuevas autoridades reconstruirán el club; nosotros, el país”, posteó la candidata en Twitter. “Nunca creí que me iba a alegrar por Independiente, pero estoy muy contento con el resultado de las elecciones”, apuntó en la red del pajarito el racinguista Horacio Rodríguez Larreta, quien después perdería contra su vieja aliada el ‘clásico’ de las primarias amarillas. 

En el Rojo de Avellaneda Bullrich jugó fuerte en el armado de la lista opositora ‘Agrupación Independiente’, que promocionó como un Dream Team pero terminó siendo un rejuntado de políticos, operadores, mediáticos y comedidos, con el exministro de Seguridad y actual diputado bonaerense Cristian Ritondo como ‘jugador franquicia’.

De hecho quien resultó presidente electo con un respaldo del 71% en las urnas, el conductor televisivo Fabián Doman, apenas permaneció en su cargo seis meses, casi el mismo tiempo que duró su paso por el directorio de Edenor. “No llegaron los apoyos políticos y económicos que me habían prometido”, se quejó tras su dimisión.

A Doman lo sucedió Néstor Grindetti, el intendente PRO de Lanús, que pidió  el cambio para enfocarse en el partido que jugará por la gobernación bonaerense. “Sacar de la provincia a (Axel) Kiciloff es más importante que Independiente”, se sinceró en diálogo radial. Fue el influencer Santi Maratea a través de una colecta quien terminó sacándoles las papas del fuego a los amarillos rojizos, al menos por el momento.

Volante cordobés

Por el medio, Juan Schiaretti. El gobernador cordobés que encabeza la boleta  de Hacemos por Nuestro País nunca ocultó su simpatía futbolística: “Nací hincha de Racing de Nueva Italia, mi viejo era hincha de Racing de Nueva Italia y todos mis tíos maternos también”, se jactó alguna vez. Durante sus tres mandatos provinciales, su debilidad por los colores celeste y blanco trascendió las declaraciones de amor: llegaron subsidios, apoyo publicitario y un seguimiento puntilloso de la intervención judicial que tuvo a su cargo la normalización del club ente 2013 y 2018.

“¡Gracias por esta alegría!”, tuiteó ‘el Gringo’ el 13 de noviembre de 2022, cuando La Academia se aseguró el regreso a la segunda categoría del fútbol argentino tras 17 años. Días más tarde, de regreso de una gira por Arabia Saudita y España, Schiaretti recibió en ‘El Panal’ a jugadores, cuerpo técnico, auxiliares y directivos racinguistas. “Los éxitos no son casualidades, son producto del trabajo y de la organización y creo que realmente los clubes de Córdoba vienen trabajando muy bien”, dijo antes de recibir de obsequio una camiseta y un carnet de socio vitalicio.

Durante su primera gestión, Schiaretti presidió el acto en el que la vieja platea descubierta del Estadio Kempes fue rebautizada Roberto Gasparini, en homenaje al ídolo racinguista. El “Pato” estuvo acompañado por varios de sus compañeros en el equipo subcampeón del Nacional 1980. Aquella campaña histórica fue seguida por Schiaretti desde su exilio en Brasil, donde supo jugar para la macrista empresa Sevel.

Estudiantes por izquierda

Por izquierda, Myriam Bregman. La postulante del Frente de Izquierda Unidad es una reconocida seguidora del fútbol y simpatizante de Estudiantes de La Plata. "Cuando empecé a ser un poco más grande, me di cuenta que no era necesario ser de River o de Boca y que podía elegir, y siempre me gustó Estudiantes”, explica sobre su simpatía por El Pincha.

Diputada nacional y abogada en varios juicios por violaciones a los derechos humanos, Bregman acompañó al entrenador Ángel Cappa en la reciente presentación de ‘Fútbol y Política. Conversaciones desde la izquierda’, el libro que escribió en coautoría con el sociólogo chileno Marcos Roitman. “Me parecen interesantísimos los temas que van relacionando y mechando en el libro con anécdotas del fútbol, de cómo el capitalismo se va metiendo por todos los poros”, destacó la candidata en su intervención.

Ya en tiempo de descuento, la candidata del FIT también brindó su visión sobre la realidad del complejo mundo de la pelota: “El sistema socioeconómico dominante mercantiliza todo, incluido el fútbol. Hay demasiado capitalismo, y ya sabemos que el capitalismo lo arruina todo”.