Menem lo hizo. Fue el expresidente riojano, en la segunda década infame, quien convenció a Daniel Scioli -promocionado cultor de un deporte por entonces desconocido para los argentinos, la motonáutica- para que se sumara al lote de famosos que procuraba alistar como refuerzos en su equipo. La idea era afianzar la táctica y la estrategia del “pan y circo”.
Al igual que Javier Milei, su nuevo jefe político, Scioli tuvo como gran aliada y plataforma a la TV. Los buenos oficios de su padre, socio de Alejandro Romay en el porteño “Canal de la Palomita”, hicieron que la lancha “La Gran Argentina” (a veces sin rivales a la vista y siempre con el apoyo de la estatal YPF) navegara por el prime time en “Nuevediario”.
En el show informativo por excelencia de los ‘90, las peripecias náuticas de “el hijo de José”, cronicadas en forma entusiasta por el periodista Enrique Moltoni, se mezclaban con las bizarras crónicas de José De Zer, los análisis políticos de Fernando De la Rúa y la opinión con “las manos limpias” de José Corzo Gómez. Al cotizado noticiero (50 puntos de rating diarios) se lo publicitaba con el eslogan “las dos caras de la verdad”. Todo un presagio.
Tras su debut en las urnas, el heredero de un emporio de electrodomésticos y piloto de offshore -en ese orden- se estrenó como funcionario el 10 de diciembre de 1997, como diputado nacional del Partido Justicialista por la Provincia de Buenos Aires. También veloz en las aguas de la política, el ocho veces campeón mundial -con varias pasadas por nuestro Lago San Roque- se las ingenió desde entonces para mantenerse en carrera, a pesar de su carácter parco y de la desangelada prédica de “fe, esperanza y optimismo” que le sumaba a su historia de superación personal.
“Pichichi”, como se hace llamar por sus compañeros del equipo de fútbol del Club Villa La Ñata, donde cultiva su yeite de goleador, fue secretario de Turismo y Deporte con Alberto Rodríguez Saá y Eduardo Duhalde, vicepresidente con Néstor Kirchner, dos veces gobernador bonaerense, máxima autoridad del PJ, candidato a sucesor de Cristina en el Sillón de Rivadavia y ministro y embajador con Alberto, el otro Fernández.
Con opaco desempeño pero brillante marketing, Scioli fue un todoterreno de los diferentes peronismos. El año pasado pugnó hasta último momento por instalar una nueva candidatura presidencial, hasta que declinó sus pretensiones y aceptó encolumnarse detrás de la figura del postulante oficialista Sergio Massa. Consumada la derrota en el balotaje del 19 de noviembre de 2023, el expiloto pegó el volantazo y se cambió a la escudería libertaria, primero haciendo horas extras en la embajada de Brasil y luego asumiendo como secretario de Turismo, Ambiente y Deportes.
El sueño de ‘El Pibe’
La intención de habilitar el desembarco de capitales privados en los clubes del fútbol argentino -vieja obsesión de Mauricio Macri, su principal aliado político- ya es casi un asunto de Estado para el actual Gobierno nacional, que incluyó el tema subrayado con fibrón rojo en el megadecreto que anunció con bombos y platillos el 20 de diciembre.
En medio de las discusiones sobre la validez del polémico DNU 70/2023 –“El fútbol argentino no tiene necesidades ni urgencias”, plantaron bandera desde la AFA–, quien cazó el guante en la Cámara Baja fue el cordobés Héctor Baldassi, representante del PRO y titular de la Comisión de Deportes en ese recinto. “Más allá de lo que pueda decir el decreto, no está de más reforzar esta chance desde el ámbito legislativo”, señaló el ex referí.
Apenas el ministro del Interior Guillermo Francos le dio la bienvenida a la abigarrada troupe gubernamental (“Estamos seguros que harás un gran aporte”, le escribió en su cuenta de ‘X’ el 30 de enero), Scioli se puso al frente de la causa que impulsa la habilitación de las SAD y comenzó a pulir el escrito de 15 carillas y 32 artículos que había presentado Baldassi.
Para ese cometido, además de ratificar al árbitro mundialista en Sudáfrica 2010, “Pichichi” sumó a Julio Garro, exintendente de La Plata y flamante subsecretario de Deportes de la Nación, y a la diputada nacional marplatense Juliana Santillán, quien se presenta en ‘X’ como ‘Diplomada en Economía Austríaca en el ESEADE’, el instituto de educación superior fundado por ‘el prócer libertario’ Alberto Benegas Lynch (h).
Como una suerte de ‘Quinto Beatle’, en la mesa donde se define la letra chica del proyecto del Fútbol SA, aparece Guillermo Tofoni, discretísimo exarquero con pasado en Argentinos Juniors al que ‘Don Julio’ Grondona sacó del ostracismo y convirtió en ‘El Dueño de la Selección Argentina’. Esa ‘chapa’ lució hasta después de Qatar 2022, cuando ‘Chiqui’ Tapia, empoderado por la tercera estrella mundialista, lo dejó afuera del negocio.
Autoproclamado “el hombre de Milei en el fútbol”, el CEO de Wold Eleven –empresa que en Córdoba organizó varios partidos amistosos del seleccionado nacional y el torneo veraniego que protagonizaron Talleres, Belgrano, Boca y River en 2000, 2001 y 2002– es un ferviente impulsor de la privatización en el deporte más popular del mundo, a la que considera ‘una asignatura pendiente en nuestro país’.
De ello da cuenta un artículo que publicó en setiembre pasado en el diario ‘El Cronista Comercial’ y que tituló “Dolarización y fútbol: la tierra prometida”. En el escrito, Tofoni –pareja de la diputada Santillán– defendía una de las principales banderas de campaña de Milei, y se regodeaba con un posible triunfo del libertario en el mano a mano con Massa: “Ruge como en las increíbles sagas de Narnia, la venida de un León”.
¿En qué te han convertido?
Parafraseando la recordada frase de Macri, en el debate previo al “punta y hacha” presidencial de hace nueve años, el diputado nacional de Unión por la Patria Eduardo Valdés –nació en Córdoba, pero representa a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires– le apuntó a Scioli a través de sus redes sociales, achacándole su entusiasta participación en la elaboración del proyecto de Ley de Sociedades Deportivas.
Sin tanto floreo discursivo, Pablo Toviggino, tesorero y comedido tuitero de la AFA desde que Tapia ostenta el cargo de capo máximo del fútbol nacional, también le dedicó algunas glosas en la red del pajarito a la flamante incorporación de La Libertad Avanza: “¿Sos el que impulsó un proyecto contra las SAD o el que ahora pide aprobarlas?”.
Valdés y Toviggino sabían muy bien de lo que tuiteaban. Tras remover un poquito el archivo, le recordaron a Scioli su adhesión a una propuesta legislativa del 23 de octubre de 2018, cuyo fundamento era “brindar la protección legal a instituciones deportivas, frente al poder excluyente de algunos sectores económicos”. “Si se habilitan las Sociedades Anónimas Deportivas, los clubes de barrio dejarán de ocupar un lugar central en la comunidad”, declamaba por entonces el otrora campeón de motonáutica.
“Eso fue hace seis años. Desde entonces pasaron muchas cosas en el fútbol y en otros ámbitos de la vida”, argumentó el hoy muchacho mileista cuando quedó en evidencia su furtivo cruce de vereda. “Yo no cambio de opinión, simplemente quiero dar una opción. También evoluciono y me doy cuenta de los cambios que hay en el mundo”, puntualizó en una entrevista televisiva con el condescendiente propalador oficialista Jonatan Viale.
“No se trata de exigir un modelo, sino de interpretar al fútbol con una lógica distinta. Hay que observar lo que pasa en países como Brasil, Chile o Paraguay, donde los clubes de fútbol tuvieron un gran crecimiento, como destacó el presidente Milei", apuntó el secretario de Turismo, Ambiente y Deportes, en referencia a la expansión de las SAD en Sudamérica.
"No se puede rechazar lo que funciona bien en otros lugares", puntualizó el funcionario. Y repitió otra de las muletillas favoritas de quienes promueven la privatización de la pelota en nuestro país: “El 95% de los futbolistas de la selección argentina juegan en clubes que son sociedades anónimas”.
Pacto de Mayo
En una visita a Córdoba que realizó en marzo pasado, con motivo de la primera reunión anual del Consejo Federal de Turismo, Scioli aprovechó para elogiar la gestión que Andrés Fassi lleva adelante en Talleres. En la ocasión, el funcionario aludió a la institución de barrio Jardín como “un caso interesante de participación de capitales privados en el fútbol”.
El mandamás de la ‘T’ -el único club del fútbol argentino que saludó el triunfo de la Libertad Avanza en las urnas- es uno de los más fervientes impulsores del Fútbol SA en Argentina y una figura que Milei mira con cariño pensando en un eventual desembarco en el “Predio Lionel Messi”.
Cuando Toviggino, el incontinente “monje negro” de la AFA, señaló públicamente como “mulos de una idea ajena” al presidente de la T y a su par de Estudiantes de La Plata Juan Sebastián Verón, “Pichichi” fue uno de los primeros en asumir la defensa de los dos popes en cuestión. “Es un gran dirigente, con una trayectoria y un prestigio intachable en el fútbol argentino”, dijo sobre “La Brujita”. Respecto al directivo cordobés, quien intenta replicar su experiencia de casi tres décadas en el Grupo Pachuca de México, remarcó que “está llevando adelante una gran transformación”.
El pasado 23 de abril, Scioli y Fassi estuvieron cara a cara en Buenos Aires. “Invité al presidente de Talleres para hablar sobre la transformación deportiva y social que está llevando adelante el club”, publicó el funcionario en X. La foto del encuentro, que también tuvo como partícipes al subsecretario Garro y a la diputada Santillán, causó un gran revuelo en la AFA. “Lástima que a Talleres lo quieran hacer una SAD. Vayan a jugar con el Guadalajara o los Rayados de Tegucigalpa, no vengan más a la Liga. Acá mandan los clubes”, se despachó el exvicepresidente de Nueva Chicago Daniel Ferreiro, otra de las espadas de ‘Chiqui’ Tapia.
En el epígrafe de la postal que lo muestra junto a Fassi, Scioli anunció para la última semana de mayo una visita a las instalaciones del club albiazul. Quien ofició de celestino fue el camaleónico Gustavo Santos, actual director Regional para las Américas de la Organización Mundial del Turismo (OMT) y número 1 en la lista de los 130 socios que integran la Asamblea de Representantes de Talleres, considerado estatutariamente como el “órgano supremo” de esa entidad.
Las meditaciones futboleras del ‘prócer libertario’
En campaña, Javier Milei no ocultó su simpatía por “el modelo inglés”, al hablar de la forma jurídica de los clubes de fútbol. Ya como presidente, incluyó el tema de las SAD en el extenso compendio de reformas conocido como “Ley Bases”. La movida fue interpretada como un guiño a Mauricio Macri, quien le prestó varios jugadores del PRO -incluido “el Messi de las finanzas” Luis Caputo- para que terminara de armar su equipo de gobierno. “Sí, es un tema de necesidad y urgencia”, afirmó recientemente el mandatario. “La inversión entra muy rápido porque es un negocio muy fácil”, añadió al justificar su apoyo al ingreso de capital privado al fútbol.
Más allá de la inocultable intención de tirarle un pase-gol a Macri, la matriz del pensamiento mileista puede descifrarse leyendo un ensayo que circula por Internet con el pretencioso título ‘Meditaciones sobre el fútbol’. El texto lleva la firma del economista Alberto Benegas Lynch (h), el “prócer libertario” que propuso romper vínculos con el Vaticano, entregó un polémico Doctorada Honoris Causa al Presidente de la Nación y engendró a “Bertie”, el legislador que pregona la no obligatoriedad de la educación.
“La sociedad anónima abre las puertas a fuertes incentivos para mantener auditorias y llevar a cabo gestiones redituables para el club, en lugar de los déficits crónicos y endeudamientos permanentes, fruto de la asociación civil sin fines de lucro, la figura más generalizada en países subdesarrollados”, señala el texto. “Mientras en el béisbol, el basquetbol, el hockey y el fútbol americano los derechos de propiedad están claramente establecidos, en nuestro fútbol existe una total indefinición al respecto; los clubes y el deporte mismo no son propiedad de nadie”, añade.
En otro tramo de sus glosas, aludiendo al “fanatismo” en el fútbol, Benegas Lynch (h) aporta esta perlita: “No parece muy razonable que haya que atender a fans del fútbol en clínicas médicas a raíz de infartos producidos por un gol del equipo contrario”. No se queda atrás uno de los párrafos iniciales de estas presuntuosas “meditaciones” que sobrevuelan el ciberespacio: “Antes de seguir adelante, declaro que en lo personal no me atrae el fútbol. Puede ser que esto derive de un complejo: estuve pupilo en un colegio inglés donde hice todo tipo de deportes, pero me concentré sobre todo en el rugby, donde era capitán de uno de los equipos, y en el tenis”.