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#Economía
Milei lo hizo
Foto: Milei celebró el 25 de Mayo en Córdoba, donde su programa económico está haciendo mucho daño.
Decenas de empresas cordobesas ya están en procesos preventivos de crisis y cae de manera abrupta la cantidad de trabajadores registrados. Por ahora al ajuste lo paga el sector privado. ¿Cómo cree el Gobierno nacional que se recuperará la economía?
Publicada el en Crónicas

Aunque cueste creerlo, el gobierno de Alberto Fernández tuvo algunas bondades que mostrar en materia económica. El nivel de desempleo presentó niveles muy bajos, inclusive mejores que durante la presidencia de su “amiga” Cristina Fernández.

En el caso de Córdoba, Fernández dejó el gobierno  en diciembre con sólo el 5,5% de desocupación, mientras que en Río Cuarto la cifra de gente sin trabajo se ubicó en el 2,6%. Estos datos no se observaban en la provincia mediterránea desde la primera mitad de la década pasada, cuando el país crecía “a tasas chinas” durante la presidencia de Néstor Kirchner.

Esta realidad no sólo se expresaba en los fríos números de la macro economía, sino también en la vida cotidiana: estar desocupado no era un problema que surgiera de las conversaciones familiares o las mesas de café. En todo caso con Alberto el debate era que, pese a tener trabajo, la plata no alcanzaba. Y es que  el alto nivel de empleo no fue acompañado durante la gestión del “Frente de Todos” de un incremento en la calidad de vida porque la inflación fue horadando el poder adquisitivo del salario.

La propia Cristina Fernández lo planteó en los primeros discursos en los que intentó sin éxito marcarle la cancha al presidente. Pero ningún estudio de opinión marcaba por entonces que la desocupación fuera una preocupación de los argentinos. Eso cambió en los seis meses de gestión de Javier Milei: una encuesta nacional del grupo Mide publicada en el diario Perfil determinó que por primera vez en dos décadas el tema que más preocupa a los argentinos es la pobreza, luego la inflación y en tercer lugar la desocupación.

En otras palabras, la profunda recesión provocada por la gestión libertaria en apenas seis meses  ya impacta de lleno en la vida de los argentinos, preocupados ahora por la pobreza y la desocupación, dos realidades que se condicionan y van de la mano.

Córdoba ¿va?

Córdoba no es la excepción de este problema. El último informe oficial de la Secretaría de Trabajo provincial se conoció en los primeros días de mayo y sus números son elocuentes: desde el inicio del año, 43 empresas cordobesas ya iniciaron procedimientos preventivos de crisis y 7.851 trabajadores están con suspensiones de jornadas y reducciones salariales de hasta el 50%. Al trasladar el dato de empresas a trabajadores afectados, la cifra es todavía más dramática: en las empresas que están con procedimientos preventivos de crisis trabajan 18.691 personas.

La Secretaría de Trabajo de la Nación determinó que luego de meses de crecimiento constante del nivel de trabajadores registrados -es decir aquellos que cuentan con obra social, aportes patronales y ART- en febrero se observó la primera caída. Desde que el proyecto libertario llegó a Balcarce 50 y Martín Llaryora al Panal, 3.000 trabajadores del sector privado dejaron de estar registrados en Córdoba. Eso quiere decir que directamente fueron despedidos o que continúan con sus empleos pero sin ninguno de los beneficios que establecen sus convenios colectivos de trabajo como ART, aportes patronales y obra social. Al no estar registrados dejaron de existir legalmente y por ende sus condiciones laborales empeoraron.

El problema no termina ahí. El economista y docente universitario Nicolás Casas desagregó los datos de la subocupación demandante y le dio que la ciudad de Córdoba, ya era en diciembre pasado, era el segundo conglomerado poblacional del país en ese ranking: el 12,4% de los capitalinos buscaba trabajar más horas, pese a que por entonces había semipleno empleo.

Los subocupados demandantes son aquellos trabajadores que cumplen tareas por menos de 35 horas semanales y buscan más horas de trabajo. En la necesidad de buscar más tiempo de empleo impacta de manera directa la situación salarial y el proceso inflacionario.

La economía y la política nunca se pueden pensar por separado. Al momento de precisar los problemas de empleo en la Provincia, los números de la Secretaría de Trabajo aportan un dato revelador: la crisis de empleo está golpeando más en los departamentos del sudeste cordobés, aquellos donde La Libertad Avanza superó el 70% de votantes en el balotaje de noviembre. Hay un ejemplo paradigmático: Luque.

La empresa de capitales mexicanos Mabe, ex Drean, despidió a principios de abril a 200 de sus 900 trabajadores de su planta de Luque. El dato político es que en esa localidad del este cordobés Javier Milei se impuso en el balotaje con el 82 por ciento de los votos, el porcentaje más alto de todo el territorio provincial.

El contraste se da en todo el país, porque –se sabe-, Córdoba no es una isla.

Una encuesta de la Unión Industrial Argentina (UIA) realizada en la primera quincena de mayo a más de 1.210 empresas, determinó que el 24% de las consultadas había disminuido su dotación de personal. Es el porcentaje más alto desde enero de 2021, en plena pandemia y cuando recién comenzaba a normalizarse algunos aspectos de la economía y de la circulación de personas. Para tener magnitud de la caída, es equivalente a la situación que existía cuando no se podía ir a comer en un bar por restricciones que imponía el aislamiento.

El mismo estudio precisa que “el 53% de las empresas encuestadas enfrentó caídas de la producción en el primer cuatrimestre, el 60% una disminución en las ventas y el 37% una baja en las exportaciones”.

El dato se complementa con otero surgido del denostado Banco Central, que detectó que en el primer trimestre del año se cerraron 275 mil cuentas sueldos, alrededor del 3% de las que existían antes del 10 de diciembre. El cierre de esas cuentas bancarias se vincula inequívocamente a la recesión y la pérdida de puestos de trabajo en el sector público y privado.

El Gobierno nacional predica que ajustando las variables macro económicas, no emitiendo dinero y bajando la inflación la economía comenzará a recuperase en “V”: tras tocar fondo, comenzará la recuperación. Y será a la misma velocidad que la caída. Pero nadie explica el cómo: sin aumento del consumo y con menor nivel de actividad (la caída de la actividad económica tiene valores similares a la crisis del año 2001), la “V” parece una quimera. Los datos muestran hasta ahora un solo vector en línea descendente, que no encuentra todavía su piso.

Los historiadores repiten como un mantra que “la historia sirve para observar en el pasado hechos que permiten explicar el presente”. Quienes vivimos la década del ’90 no podemos evitar cierto deja vu del círculo vicioso del que no podemos salir: ajuste de la economía, baja de la actividad económica, disminución de la recaudación de impuestos y un Estado nacional que vuelve a ajustar porque el déficit crece. Las presidencias de Carlos Menem, Fernando De la Rúa y Mauricio Macri parecen no haber dejado ninguna enseñanza. El retorno libertario a los dorados años 90 viene con repetición de políticas, construcciones de sentido, libertad de mercado, relaciones carnales y apellidos emblemáticos.

La economía argentina tenía muchos problemas el 10 de diciembre del 2023, pero había uno que no existía: el desempleo.

Milei lo hizo.

Mattias Meragelman
- Periodista -