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La polémica campaña del candidato de Cambiemos en Río Cuarto
Identidad robada
Foto:
Desde su cuenta de Facebook, el candidato a intendente Eduardo Yuni mantiene diálogos imaginarios con falsos vecinos de la ciudad. Revista El Sur devela la verdadera identidad de los supuestos “adherentes” del postulante de Cambiemos. Algunos se enteraron por esta revista que están utilizando su imagen en una campaña desleal que roza lo delictivo
Publicada el en Crónicas

“Existe un vacío legal en torno a la legislación respecto de las redes sociales. Hay figuras colaterales como falsedad ideológica o sustitución de identidad, pero es difícil probar el delito. Lo que sí puede hacer el damnificado es iniciar una demanda por daño moral”, explicó una alta fuente de la Justicia Federal de Río Cuarto al evaluar la práctica del candidato de Cambiemos a la intendencia de Rio Cuarto, Eduardo Yuni.

Ayer, esta revista mostró cómo el candidato, desde su cuenta de Facebook, interactúa con supuestos vecinos de la ciudad que no son tales, tienen historial cero en sus perfiles, no tienen amigos y apenas muestran la fotografía de su rostros. La mayoría de esos perfiles, además, fueron creados –o actualizados- a fines del mes pasado.

La enorme repercusión que tuvo la difusión de los falsos adherentes de Yuni motivó que llegaran todo tipo de mensajes a la redacción de El Sur. Uno de ellos señalaba que ninguno de los supuestos “amigos” del candidato figura en los padrones de la ciudad de Río Cuarto que serán utilizados el próximo 12 de junio, cuando los riocuartenses concurran a las urnas para elegir al sucesor de Juan Jure en el Palacio de Mójica.

Hoy El Sur está en condiciones de probar que en realidad los vecinos que participan activamente del Facebook de Yuni sí existen, pero no viven en Río Cuarto. Y que en una práctica comunicacional y publicitaria desleal, que roza lo delictivo, el think tank creativo de Cambiemos se apropió sin autorización de sus fotografías personales, sustituyó su verdadera identidad y los hizo aparecer como entusiastas seguidores de la actividad proselitista de su candidato. Una verdadera estafa.

Sorprendido por una consulta llegada desde otro continente, el español Darío Eme Hache respondió afirmativamente a una consulta de esta revista sobre si la fotografía del supuesto vecino Lucas Abrodos era en realidad la suya. Hache es un activo twittero –tiene más de 1600 fotos y videos subidos en su cuenta personal-, que suele hacer todo tipo de bromas en las redes sociales. Pero nunca se le ocurrió robarle la identidad a nadie.

Hache se mostró preocupado por el uso de su imagen en un país que hasta ayer le resultaba ignoto.  “Espero que pueda ayudarme para seguir los pasos adecuados como para conseguir que eliminen esa imagen o, si se diera el caso, denunciar”, escribió al email de esta revista cuando constató que su rostro, con identidad falsa, aparecía comentando las actividades proselitistas del candidato a intendente de una ciudad que no había escuchado nombrar en su vida.

Cambalache

Otra de las sorpresas detectadas en una afanosa búsqueda por internet develó la verdadera identidad de Catalina Riccite: la bellísima rubia que apareció en el Facebook de Yuni elogiando su visita de campaña al barrio Cola de Pato es en realidad una “chica de Badoo” que promociona sus bondades junto a otro centenar de sensuales bellezas oriundas de la Madre Patria.

La señora Cynthia Molina, que también irrumpió en el Facebook de Yuni conmovida por la actividad del candidato con los humildes, parecía una rústica ama de casa jubilada y algo solitaria, al punto que su foto de perfil solo era acompañada por un naranjo en flor. En realidad, la señora es muy solicitada y viaja con frecuencia, ya que su verdadero nombre es Ana Teresa López de Llergo y es una prestigiosa investigadora, doctora en Ciencias de la Educación y catedrática emérita en Pedagogía de la Universidad Panamericana. Sus datos académicos –además de su foto- aparecen junto a los de otros investigadores en una página web que promociona la calidad académica de la Universidad Libre Internacional de las Américas.

Ramiro Soler, el joven ruludo que agradecía a Yuni su preocupación por la calidad de la educación tras su visita a los directivos de la Facultad de Ciencias Humanas de la UNRC, es en realidad un reconocido escritor brasileño radicado en Alemania. Se llama Sérgio Beija Flor, es poeta, músico y artista  plástico reconocido a nivel internacional. Sería un hecho auspicioso para Rio Cuarto que la Universidad Pública lo invitara a disertar sobre arte o que UniRío se interesara por la divulgación de su poesía y sus ensayos sobre música clásica.

Fausto Merino, el apuesto joven que figura en su perfil con musculosa y un paisaje marítimo de fondo –al que los inventores de su nueva identidad agregaron una tranquera rodeada de abundante vegetación- es en realidad Nicolás Sassano. Y difícilmente haya podido expresar su apoyo a los “excelentes docentes” de la UNRC porque nunca estudió en Río Cuarto, como dice su falso perfil creado por los marketineros de Cambiemos, ya que vive en Mar del Plata. Ese dato elemental explicaría el mar de fondo (en sentido literal) en su fotografía. En este caso, a diferencia del naranjo de la doctora López de Llergo, la imagen de la tranquera que invita adentrarse en la naturaleza también fue extraída de su perfil auténtico.

Detrás de cada rostro apropiado por los publicistas de Eduardo Yuni hay una historia real. A cada uno de esos rostros expuestos en las redes sociales, Cambiemos les arrebató su identidad, convirtiéndolos en personas que no son, fijándoles residencia en una ciudad que no conocen, cambiándoles el nombre –y por tanto la identidad- para lograr el mezquino objetivo de aumentarle adherentes a su candidato a intendente. Falsos adherentes, se entiende.

Detrás de cada perfil trucho de Facebook hay una historia de vida que todos deberían respetar, especialmente un dirigente político que aspira a gobernar la segunda ciudad de la provincia; que promete honestidad, trabajo y desarrollo para todos los riocuartenses. ¿Cómo creerle a un candidato oficialista que promete el cambio si para llegar al poder es capaz de robar fotos de la web y sustituir identidades para engrosar una falsa lista de adherentes? Es un engaño a la buena fe de los electores.

El juego del candidato de Cambiemos es peligroso. Falseando identidades, se coloca al borde mismo de la legalidad, en la delgada frontera que separa la picardía del delito. Que el vacío legal en torno al uso y abuso de internet le permita moverse con cierta soltura en zona de riesgo no habla de su audacia comunicacional, sino de su falta de ética. Al dialogar con personas falsas, Yuni no solo le está mintiendo a sus seguidores verdaderos; usufructúa identidades ajenas para aparentar una adhesión que no tiene. Y eso es una estafa.

Hoy mismo, a pesar de la importante repercusión que tuvo ayer la publicación de la historia de los amigos imaginarios de Yuni en esta revista, los marketineros de Cambiemos siguieron robando identidades con total impunidad. Al cierre de esta nota, el último comentario que tenía el Facebook de Eduardo Yuni sobre su promocionada reunión con las cooperativas de trabajo del sur de Córdoba era de un ignoto Edgardo Figueroa –en realidad se trata de Carlos Avalos, fundador de Los Bichos, una de las primeras bandas rockeras de Córdoba-, que comentó: “excelente laburo estás haciendo. Felicitaciones Eduardo”.

Esta vez, Eduardo Yuni prefirió no contestar.

Hernán Vaca Narvaja
- Periodista y escritor -