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Un boom que no se refleja en más empleo
No todo lo que brilla es "campo"
Foto: El campo crece, el trabajo no.
El Observatorio de Trabajo, Economia y Sociedad advierte que el crecimiento económico del sector agropecuario no se traduce en mejoras laborales y sociales.
Publicada el en Crónicas

Una vez más, el reclamo del sector agroexportador se hace escuchar durante las últimas semanas. El disparador fue el aumento de dos puntos en las retenciones, de 31 a 33 por ciento, a los derivados de la soja decretadas por el presidente Alberto Fernández en marzo pasado. Con tractorazos en Plaza de Mayo y en distintas rutas del país, productores agropecuarios y referentes de la oposición defienden que el sector es uno de los que más aporta al crecimiento económico, generando beneficios para todo el país, pero que son también los más afectados por el pago de impuestos. Sin embargo, el análisis del panorama económico provincial señala que el agronegocio crece “a costa del resto”. Así lo indica el licenciado en Economía Natán Spollansky de OTES, en base a los informes que vienen realizando desde dicho observatorio.

El profesional explica que el crecimiento y la dependencia del agro provocan un proceso de desindustrialización y una distribución desigual de los recursos, con un impacto directo en el desempleo y la pobreza. Los números de la provincia de Córdoba relevados por el observatorio son ilustrativos en este sentido: desde 2019 la producción agropecuaria se consolidó como la actividad de mayor peso en la economía provincial, desplazando a industria y comercio. Mientras tanto, el desempleo y la pobreza en el Gran Córdoba comenzaron a crecer desde 2017, ubicándose actualmente en ambos casos por encima del promedio de todos los aglomerados del país. 

A ello se suma un Gobierno que privilegia con sus políticas al sector agropecuario: en base a un análisis del presupuesto 2022 de la Provincia, OTES advierte que los gastos destinados a esta actividad aumentaron casi un 300% respecto al año anterior, mientras que decrecen partidas destinadas a servicios sociales. 

Crece el agro, baja el empleo

En abril pasado, los ruralistas presentaron un proyecto de ley para eliminar todos los derechos de exportación sin gradualismo. Plantean que la medida no tendría costo porque sería compensado por una quita de subsidios y por un crecimiento de la economía gracias a los aportes del sector. Además aseguran que no se perderían puestos de trabajo porque serian reabsorbidos por la generación de más empleo en el interior.

Sin embargo, los informes del observatorio muestran que en los últimos 10 años el crecimiento del campo por encima de los otros sectores económicos afectó negativamente en relación al empleo y los salarios. “Hasta 2013 la industria era el sector de mayor tamaño en Córdoba, luego en 2019 se encontraba en tercer lugar, detrás del Comercio y del sector agropecuario, que se consolidó como la actividad de mayor peso en la economía provincial”.

Este proceso de desindustrialización se observa también en términos del empleo: “La industria viene perdiendo puestos de trabajo desde 2016. Así, el Comercio, que también viene decreciendo aunque en menor magnitud, pasó a ser el sector que más emplea en la provincia. La agricultura por su parte, a pesar de su crecimiento en términos de producción, es constante y de poca magnitud en cuanto a empleo registrado”, señala el informe. Por otro lado, los salarios en todos los rubros vienen perdiendo contra la inflación desde 2018; sin embargo, los de la industria son los más elevados, mientras que los salarios del sector agropecuario son de los más bajos de los sectores analizados.

Spollansky explica: “Una particularidad nacional que se replica en Córdoba hoy es que en la pospandemia han caído los niveles de pobreza y desempleo, pero los indicadores de desempleo caen a nivel de 2017 y de pobreza a nivel de 2019, no se condicen: es gente que tiene trabajo e igual es pobre, y esto muestra la precarización total de las condiciones de empleo. En Córdoba esto está muy ligado a que el sector que más crece es el campo y casi no genera empleo por más que aumente su nivel de actividad”.

Mientras tanto, la inestabilidad de las exportaciones causada por la guerra entre Rusia y Ucrania profundiza esta situación. Según la FAO -Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura-, el índice de precios de los alimentos en marzo de 2022 se situó en el nivel más alto desde 1990, con un alto impacto en la inflación a nivel mundial. En Argentina, este escenario se traduce en que, mientras la población sufre el alza en sus bolsillos, la rentabilidad del agronegocio aumenta. Por la suba de los precios de los commodities, la Bolsa de Comercio de Rosario proyectó un crecimiento de las exportaciones de granos y derivados en 2022, con una facturación récord de alrededor de US$ 41.000 millones, donde más de la mitad de dichos ingresos corresponderán al complejo sojero.

Esta coyuntura es justamente la que determinó el reciente aumento de los derechos de exportación a derivados de la soja por parte del gobierno nacional. Desde OTES señalan que “las retenciones son políticas que pueden ser efectivas para controlar la inflación” no solo ante este contexto mundial sino también ante la desigualdad en la distribución de la renta en Argentina, que es de por si un causal de la inflación. Más aún, agregan, “teniendo en cuenta la tendencia a nivel local de generación de activos externos para la fuga de divisas de los principales sectores, porque todos los recursos terminan siendo llevados a moneda extranjera y salen de circulación en la economía local”.

Córdoba desigual

Lejos de una política estatal para equilibrar esta desigualdad, la Provincia de Córdoba parece profundizarla. Según otro informe realizado por OTES que analiza el Presupuesto 2022, el gasto destinado a Ganadería, Agricultura y Recursos Naturales aumentó casi un 300% respecto al año pasado. “Además del creciente gasto destinado al sector agropecuario, este recibe un 35% de lo asignado a Transporte a través del Fideicomiso de Desarrollo Agropecuario. Mientras que los programas de incentivo a la Industria caen un 4,5%”, advierte el análisis del observatorio.

“El presupuesto creció un 14 por ciento de 2021 a 2022 pero todo ese aumento va dirigido a la elite agroexportadora en detrimento de Servicios Sociales”, expresa el economista. El informe detalla que dentro de este rubro los únicos componentes que crecieron en gasto público fueron Salud y Educación, aunque en menos del 4%, mientras que Promoción y Asistencia Social y Vivienda y Urbanismo sufrieron un recorte del 2% y 23% respectivamente.

“La pobreza y el desempleo del aglomerado del gran Córdoba están por encima del resto del país, y así y todo el Estado sigue enviando recursos a un sector que no genera empleo ni distribuye la riqueza. La política de Estado en Córdoba es entonces poner al sector agroexportador por encima del resto de sectores económicos”, reflexiona Spollansky.

En esta sintonía, la posición del gobernador Juan Schiaretti coincide con el reclamo del sector agroexportador de que las retenciones a las exportaciones deben eliminarse hasta llegar a cero: “Es otra metida de mano en los bolsillos de los cordobeses”, expresó en sus redes sociales. Ante ello, desde OTES advierten: “Más que las retenciones en sí, lo que hay que discutir es el uso que se le da a esta recaudación, la federalización de ese gasto: en Córdoba es importante que esa recaudación vuelva en términos de beneficiar al resto de la sociedad, no para seguir privilegiando al agro”.

Lucía Maina Waisman
- Periodista -